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'Brexit' o no 'Brexit', los residentes británicos en la Región no se quedarán al margen de las elecciones municipales del próximo mayo. El acuerdo firmado ayer entre España y el Reino Unido mantiene el derecho al voto en las urnas locales a los vecinos ingleses, pase lo que pase a finales de marzo con la desconexión británica de la UE. Su voto se tiene cada vez más en cuenta en las campañas electorales, pues su orientación puede cambiar el signo de una alcaldía en los municipios con más colonias 'british'. No solo es el colectivo extranjero con más ciudadanos con derecho a voto en la Región -en las elecciones de 2015 eran 6.872 los que solicitaron votar, y en las próximas podría casi duplicarse por el aumento de los empadronados-, sino que hay municipios donde podrían inclinar la balanza política.
En Mazarrón ya son 5.401 los inscritos en el censo municipal -frente a los 3.724 de hace dos años-, es decir, un 17,11% de la población local, y además se encuentran más movilizados que nunca. Primero por la mayor actitud activa que les ha despertado el 'Brexit' ante la incertidumbre que afecta a sus prestaciones más directas -la sanidad, las pensiones, los impuestos, la movilidad en las fronteras...- pero, también, por conflictos locales como los daños nunca reparados en las viviendas de Camposol. «Pensamos que recibiremos más atención a nuestros problemas durante la campaña electoral», afirma Silvana Buxton, presidenta de la Asociación de Residentes de Camposol. Confirma Buxton un aumento de los empadronamientos de ingleses, incluso de algunos que llevaban varios años en la Región pero que no se habían registrado en el censo municipal «porque temían que afectara a sus pensiones, pero les estamos informando de que no es así, y de que el municipio recibirá más fondos si cuenta con más población censada», explica.
La situación catastrófica de la urbanización Camposol ha empujado a la propia Silvana Buxton a participar activamente en la política local. Hasta ahora ayudaba e informaba de la burocracia local a sus compatriotas cada lunes en el Consistorio, pero en mayo formará parte de la candidatura municipal del PSOE. «Sí, los ingleses tienen más interés ahora por la política local porque sufren el abandono del Ayuntamiento», explica Buxton, quien señala que, «de las 4.000 viviendas del barrio, más de 600 están en una rambla que recibió la avalancha de agua hace dos años, otras 300 están construidas sobre una montaña que se ha hundido, y otros propietarios han devuelto sus casas sin recibir nada a cambio». Ella y otros 120 residentes han presentado una querella por estafa múltiple a la constructora, aunque creen que es el Ayuntamiento el responsable, ya que de las 4.000 viviendas de Camposol, «solo 50 tienen el certificado de habitabilidad, pero tampoco tenemos alumbrado público ni una conexión a la depuradora en muchas calles».
En Los Alcázares no fueron las inundaciones sino «la desconexión con la burocracia municipal» lo que ha despertado la visión crítica del colectivo inglés, uno de los más numerosos de la Región, según indican los colectivos ingleses de Los Narejos. «Incluso poner una denuncia es complicado».
El aumento de empadronamientos se nota sobre todo en San Pedro del Pinatar, donde el pasado año se registraron 45 ingleses nuevos en el censo municipal, frente a las 19 altas de 2017. Nada que ver con los 94 nuevos censados en 2005, durante el 'boom' inmobiliario en la costa mediterránea, aunque las cifras vuelven a repuntar. «Sentimos que donde las comunidades de británicos son lo bastante grandes, las autoridades locales hacen un esfuerzo por escuchar nuestras necesidades», dicen Eileen y John Knowles, vecinos de la costa pinatarense, donde la comunidad inglesa participa activamente en la vida social y cultural: organizan funciones teatrales bilingües benéficas, desfilan en el Carnaval con su propia comparsa y promueven actividades a través de la Asociación de Angloparlantes de San Pedro del Pinatar (Adapt).
Para John Wilson es importante que «podamos tener voz en la comunidad local donde vivimos aunque, en lo que afecta al país, ninguno de nosotros puede influir». El voto municipal es fundamental para Celia Drinkall, ya que «resido aquí y pago mis impuestos, y las decisiones de los ayuntamientos afectan a mi vida». Otra integrante de Adapt, Janet Blake, nunca ha votado hasta ahora en España pero piensa hacerlo en las próximas elecciones municipales. Para Jane Cronin, por ejemplo, «es importante el voto porque quiero seguir participando plenamente en la sociedad española. Me hubiese molestado mucho si se hubiera perdido». Cree que «las autoridades españolas tienen la clara intención de tranquilizarnos sobre nuestra situación». Irene Frame, por ejemplo, cree que el acuerdo bilateral es positivo porque «debemos votar en las municipales; no solo gastamos aquí nuestras pensiones, sino que queremos participar como ciudadanos en el desarrollo futuro de las comunidades».
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