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SERGIO CONESA
Murcia
Lunes, 29 de enero 2018, 07:49
Una de las cosas que más enfada y preocupa a cualquier persona es que los amigos de lo ajeno entren a su casa. No es solo el valor económico de lo que puedan llevarse, resulta igual de desagradable la sensación de inseguridad o el hecho que que desconocidos hayan podido acceder al interior, observar nuestras pertenencias y revolver todo lo que hay en la vivienda a su antojo. Sin embargo, a la hora de cambiar una cerradura, la principal barrera para evitar que un ladrón entre, pocos suelen informarse a fondo sobre las características de las distintas opciones en el mercado y eligen la opción más económica, a pesar de que pueda salir más cara a la larga.
Para Toni, de Sil Cerrajeros, "lo más importante es montar un bombín y un escudo de seguridad de calidad. Antes del bombín está el escudo protector que dificulta poder acceder a él". Como es lógico los hay de todos los precios: un bombín normal puede comprarse por una cifra entre 35 y 50 euros, mientras que uno de alta seguridad supera los 120. Lo mismo sucede con los escudos de seguridad: los estándar oscilan los 30 euros, mientras que los modelos más recomendables se encuentran sobre los 100 euros, según detalla este profesional. Considera "fundamental tener dos cerraduras", por lo que la anterior debe complementarse con un tradicional cerrojo, que puede variar desde los 100 euros a más de 200 si buscamos más seguridad. La diferencia de precio entre unas cerraduras y otras suele ir de la mano de las medidas que incorporan contra las técnicas más usadas por los ladrones para entrar.
Un aspecto que considera Toni importante tener claro es que "si un ladrón quiere entrar a una casa lo va a conseguir, la diferencia es el tiempo que tarda en acceder. Si una cerradura normal pueden llegar a abrirla en poco más de un minuto y en la otra necesitan más de 20 la diferencia es importante". Ese tiempo puede ser clave para que busquen otro objetivo más sencillo de abrir o que alguien pueda ver a la persona manipulando la cerradura.
Según la experiencia de este trabajador, "el método más usado en la Región de Murcia para entrar en una casa es el de extraer el bombín. Colocan un extractor, parten el bombín y entran en un proceso que puede ser tan rápido como un minuto". Otra técnica habitual es el llamado 'bumping', que consiste en introducir en el cilindro una llave manipulada y golpear la misma con el fin de desbloquear los pistones o el uso de un taladro para perforar las clavijas de la cerradura, aunque esta última tiene la desventaja del ruido que se genera.
Además de por los robos, indica Toni que el motivo que el que más se requiere los servicios de un cerrajero en la Región es "en la ocupación de viviendas", ya que aprovechan la debilidad en la seguridad de muchas cerraduras para entrar con facilidad y quedarse dentro.
El siguiente paso en seguridad, más allá de la cerradura, sería cambiar la puerta por una acorazada, lo que supone un desembolso muy superior.
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