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La ya llamada 'ley Celaá', que de salir adelante, se convertirá en la octava reforma de la enseñanza en España, ha agitado de momento a la comunidad educativa murciana, dividida ante un articulado que desmonta el ideado en su día por el exministro Wert (la Lomce), resta peso a la Religión y a la educación concertada, y trata de evitar la segregación temprana de los estudiantes y rebajar sus altas tasas de repetición de curso, entre otras cuestiones. La ley que impulsa el Ministerio de Educación para derogar la Lomce ha dividido en su debate a padres, docentes y directivos de centros, que, por encima de la polémica, coinciden de manera unánime en reclamar un pacto por la educación que ponga fin a la sucesión de reformas y contrarreformas. Todos los sectores son una voz también a la hora de reclamar al Gobierno que tome en cuenta la opinión de padres y docentes antes de seguir legislando «sin consenso».
Uno de los puntos de fricción se localiza en la devaluación de la asignatura de Religión, que pierde peso. Aunque el Gobierno se atiene a los acuerdos firmados con la Santa Sede y la asignatura seguirá siendo de oferta obligada para los centros y de opción voluntaria para el alumnado, la nueva ley no establece una asignatura espejo como alternativa, como ocurre en la actualidad, de lo que se deduce que la calificación no contará en la nota media. La decisión ha sido aplaudida por la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA), que no obstante considera que se queda corta. «La Religión debe de estar fuera de los colegios; la Católica y todas», reclama la presidenta de los padres de centros públicos, Francisca López. Los sindicatos de enseñanza también secundan esa postura, así como los directores de centros.
Contenidos Establece que un 55% de los contenidos y materias serán definidos por el Estado en las comunidades autónomas con dos lenguas oficiales y un 65% en las que solo tengan una lengua oficial, como es el caso de la Región de Murcia.
Itinerarios ESO Elimina los itinerarios actuales en cuarto de Educación Secundaria Obligatoria, cuando los estudiantes escogen entre enseñanzas académicas (que orientan hacia Bachillerato) y enseñanzas aplicadas (hacia Formación Profesional). Refuerza la educación comprensiva en esta etapa y mejora la atención al alumnado con dificultades de aprendizaje.
Título único Garantiza la obtención de un título único al final de la ESO, tanto para los alumnos que hayan cursado 3º y 4º de esta educación obligatoria a través de programas de mejora de oportunidades, como desde la Formación Profesional Básica.
Bachillerato Permite mayor flexibilidad en los estudios de Bachillerato, que seguirá siendo de dos años pero los estudiantes que hayan finalizado primero con más de dos asignaturas suspensas no tendrán que repetir el curso completo, sino solo las materias pendientes.
Repeticiones Persigue disminuir el índice de repetición al permitir que, si el estudiante tiene que repetir, la decisión ha de ser adoptada de manera colegiada por todo el equipo docente y, en el caso de que finalmente se produzca la repetición, se pondrá en marcha un plan individualizado de seguimiento para el estudiante.
Titulación por compensación En Bachillerato, propone un modelo de compensación de una materia pendiente con carácter excepcional, que será decidido por el equipo docente en conjunto e implica el cumplimiento de unos requisitos previos. Es un modelo semejante al de Francia o Reino Unido y una práctica habitual en el Bachillerato Internacional y en la Universidad.
Religión Se atiene a los acuerdos firmados con la Santa Sede respecto a la asignatura de Religión, que seguirá siendo de oferta obligada para los centros y de opción voluntaria para el alumnado, aunque la nueva ley no establece una asignatura espejo como alternativa, como ocurre en la actualidad.
Valores Contempla la asignatura de Valores Cívicos y Éticos en un curso de Educación Primaria y en otro de Secundaria Obligatoria y, de forma transversal, habrá contenidos de la asignatura en todas las materias.
Consejos escolares Persigue restaurar la participación de toda la comunidad educativa en la planificación y gestión de los centros, estableciendo un equilibro entre sus representantes en los consejos escolares y dándoles una mayor responsabilidad en la elección del director o directora y la gestión y evaluación de los centros escolares.
Evaluaciones Incluye evaluaciones de diagnóstico para mejorar la calidad y la cohesión del sistema educativo, una de las cuales se efectuará en el último curso de Educación Primaria y otra, en el último de la ESO, con carácter muestral y plurianual.
Centros concertados Se elimina el criterio de «demanda social» para establecer la oferta de los centros concertados. Se establece que la programación debe asegurar la existencia de plazas públicas suficientes, una vez considerada la oferta existente de centros públicos y privados concertados. Corresponde a las comunidades autónomas el desarrollo del régimen de conciertos a partir de la regulación general establecida por el Gobierno.
Lenguas cooficiales Respecto al tratamiento de las lenguas cooficiales, la propuesta trata de combinar, «de manera equilibrada, la necesidad de garantizar el aprendizaje del castellano con la presencia adecuada de las lenguas propias de cada comunidad». Además, la nueva ley contempla que el nivel de competencia logrado en cada una de las lenguas -el castellano y la lengua cooficial-, sea objeto de un análisis permanente por parte de los centros educativos.
El presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), por contra, reivindica el derecho de los padres a «elegir qué tipo de educación quieren para sus hijos. Impedirlo supone un atropello; parten de la idea de que la educación de los hijos compete al Estado, y no es así, es un derecho de las familias», reclama Víctor Escavy. La introducción de la asignatura de Valores Cívicos y Éticos en un curso de Educación Primaria y en otro de Secundaria Obligatoria tampoco es del agrado de los padres murcianos.
El control a la expansión de los centros concertados (de titularidad privada pero sostenidos con fondos públicos) encuentra también el rechazo de Concapa y de la patronal del sector, que inciden en el estrangulamiento de su libertad de elección de centro. La eliminación del criterio de «demanda social» para el acceso a la educación concertada, que permitía justificar el incremento de plazas o la creación de centros, también ha soliviantado a las familias representadas por Concapa y a la patronal del sector, y en cambio ha recibido el respaldo de FAPA y de los sindicatos de educación, que reclaman que el sostenimiento de la escuela pública sea el criterio prioritario. «Es inadmisible que se cierren aulas de un colegio público y se amplíe la ratio en el concertado de al lado. Ese no puede ser el criterio», coinciden los representantes de Comisiones Obreras, Jorge Castillo; y de Anpe, Clemente Hernández.
La eliminación de los itinerarios actuales en cuarto de Educación Secundaria Obligatoria, cuando los estudiantes eligen entre enseñanzas académicas (que orientan hacia Bachillerato) y enseñanzas aplicadas (hacia Formación Profesional) sí agrada a los representantes de los docentes y de los padres, que se muestran partidarios de una Secundaria única, tal y como propone la reforma, y que «no segregue a edades tempranas», demanda el presidente de la Asociación de Directivos de Centros Públicos de Educación Secundaria de Murcia, Raimundo de los Reyes.
Otro de los objetivos pioritarios marcado por el documento del Ministerio es la disminución de la tasa de repeticiones de curso. En la Región, el porcentaje de alumnos que ha repetido algún curso a los 15 años es del 39%, muy por encima de la media nacional, del 33%, y a un destierro de la media de los países de la OCDE que participan en el informe PISA, de poco más del 12%. Una medida, a juicio de docentes y padres, beneficiosa para el sistema, «ya que la experiencia demuestra que la repetición no es efectiva», considera la presidenta de FAPA, quien tampoco tiene nada que objetar a la implantación de un modelo de compensación de una asignatura pendiente con carácter excepcional, que será decidido por el equipo docente en conjunto e implica el cumplimiento de unos requisitos previos, al terminar segundo de Bachillerato, lo que evita, a su juicio, «que el criterio de un solo docente marque el futuro del estudiante».
La mayor participación de los consejos escolares es aplaudida por la Presidenta de la Asociación de Directores de Primaria, Mariola Sanz; y el de la Asociación de Directivos Direcmur, Rubén Escavy, quienes consideran que su aportación a la gestión de los centros es fundamental. Sanz y Escavy, como los sindicatos de educación y los padres, reclaman además que el proyecto de ley se acompañe de «una memoria económica que garantice cuestiones como la rebaja de las ratios. Sin financiación, no hay nada».
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