«Queremos que nos den trabajo o que nos despidan»

Unos 90 trabajadores de la fábrica de frutas y conservas Molinense -la gran mayoría mujeres- se concentraron ayer a las puertas de la empresa para protestar por la situación que «nos tiene desde julio sin echar un día», dijo una de las afectadas. Según cuentan las empleadas, cuyo contrato es de fijas discontinuas, «solo unas quince hemos estado echando dos o tres horas unos dos días a la semana. El resto lleva desde julio sin trabajar. La empresa nos está poniendo a prueba para que nos cansemos y nos vayamos nosotras. Pero lo que queremos es que nos den trabajo o que nos despidan».

El 90% de la plantilla, según apuntó el sindicato que las representa, son trabajadoras «de unos 55 años que llevan más de 20 años en la empresa y que están sufriendo mucho con esta situación. Porque de perder el puesto, van a tener muchas dificultades para encontrar trabajo. Si se van ellas, supondría perder todos sus derechos. Muchas tienen hipotecas y han agotado las prestaciones. Y a las que sí han llamado para trabajar, con las pocas horas que han echado les pagan unos 250 al mes, en el mejor de los casos. En esta situación se están jugando su futuro como pensionistas», apuntó José Ángel Rubio, secretario de Iniciativas Sindicales Agroalimentarias. Además, aseguran que aún no han cobrado sus salarios de diciembre.

La situación es tan «insostenible» que el sindicato ha puesto a la empresa una demanda colectiva -en nombre de 80 trabajadoras- «para que se les despida y cobren su indemnización, pero los juzgados van tan lentos que esa no es la alternativa. Lo que exigimos es que Molinense aclare el futuro de la empresa», continuó Rubio. Y en ese futuro, el sindicato ha propuesto dos opciones: «Que elabore un plan de viabilidad creíble con financiación bancaria, o que venda la empresa a un comprador que está interesado en asumir las instalaciones y dar trabajo a la plantilla».

Fuentes de Molinense desmintieron a las trabajadoras, ya que «se ha llamado a unas 40 de ellas desde julio», y apuntaron que la intención es «seguir adelante y dar trabajo». Confirmaron que una serie de problemas han ocasionado «durante los últimos meses» esa falta de trabajo, como «las lluvias de septiembre que destrozaron la uva», pero también la pérdida «de un cliente muy fuerte de cítricos que entró en concurso de acreedores» y la falta de fruta «a consecuencia de la pérdida de socios». Pese a estas circunstancias, desde la empresa aseguran que están buscando nuevos socios para que aumente la entrada de fruta: «En el momento que empiece la campaña de naranja se empezará a llamar a la gente». Además, confirman que la semana pasada se instaló nueva maquinaria, «y eso no lo hace una empresa que vaya a cerrar». Sobre los salarios de diciembre, afirman que se pagarán «la próxima semana».

En búsqueda de soluciones, la plantilla se concentrará de nuevo el jueves 19, a las 12 horas, ante la Consejería de Agricultura.