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El rector de la UMU, José Luján, y el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez, tras la firma del convenio. Guillermo Carrión / AGM
Las pruebas para reforestar las praderas marinas empezarán el próximo verano en Águilas

Las pruebas para reforestar las praderas marinas empezarán el próximo verano en Águilas

El nuevo convenio entre la Consejería de Medio Ambiente y la UMU permitirá restaurar la Posidonia en la costa regional o la Cymodocea en el Mar Menor

Viernes, 11 de octubre 2024, 12:32

La pradera de Posidonia oceanica, icónicas en las costas de la Región de Murcia, es una de las especies más longevas de la Tierra y el organismo más grande del medio marino, extendiéndose a lo largo de kilómetros y kilómetros. Protege el litoral de los temporales y la erosión de las corrientes, captura dióxido de carbono y mantiene la calidad del agua en los mares, además de servir como refugio para los alevines. Con una tasa de recuperación muy baja, esta fanerógama se ha visto amenazada por determinadas actividades como la pesca de arrastre, el fondeo, los emisarios submarinos o los desechos de la acuicultura en la Comunidad.

Que una pradera degradada recupere un estado de salud óptimo puede llevar siglos, «por eso vamos a acelerar este proceso», explica el profesor de la Universidad de Murcia, Arnaldo Marín Atucha, del departamento de Ecología e Hidrología. La institución académica y la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor han firmado este viernes un convenio de colaboración que da inicio al nuevo plan de 'Estrategia Regional para la restauración y potenciación de las Praderas de Fanerógamas Marinas', adelantado por LA VERDAD en agosto.

Los investigadores de la UMU que participarán en el proyecto comenzarán con la recolección de rizomas y semillas tanto de la Posidonia como de Cymodocea, otra planta marina de suma importancia para algunos ecosistemas regionales como el Mar Menor. La germinación se hará 'ex situ', en laboratorios, para luego «llevarlo al campo marino, donde estableceremos protocolos de trasplantación». Anteriores ensayos han permitido, «con éxito elevado», que hoy en día sigan creciendo algunos rizomas que tienen diez años. «Una vez que la plantemos, el sistema de esta planta es autónomo, seguirá creciendo y restaurando», explica el experto.

Elaborar una nueva cartografía de estas praderas y conocer qué zonas presentan mayor deterioro será uno de los objetivos del proyecto. El equipo liderado por Marín Atucha ya ha trabajado con esta reintroducción de la Posidonia en la playa aguileña del Hornillo, lugar por donde empezarán los ensayos de reforestación a partir del próximo verano. El convenio, dotado con casi 400.000 euros de la Comunidad Autónoma, se extenderá hasta 2026, con posibilidad de prorrogarlo otros dos años.

El profesor insiste en una cuestión importante: «Hay que centrarse en que cesen los impactos, porque si no, no tendría sentido restaurar las praderas». La Región tiene una de las mayores extensiones de Posidonia del Mediterráneo y, en general, mantiene un buen estado. Sin embargo, en zonas como la bahía de Portmán, el vertido de estériles mineros al agua durante el siglo pasado acabó con la presencia de esta planta marina en el entorno. La Manga, Cabo de Palos y Calblanque sí son zonas donde la fanerógama tiene mayor presencia.

Valor ecosistémico incalculable

La intervención sobre la Posidonia irá aparejada a la restauración y conservación de la Cymodocea en el Mar Menor, planta que ha sufrido un grave retroceso en la laguna por la crisis ecológica y la colonización del alga Caulerpa. «Es otra fanerógama característica del Mar Menor a la que se hará una evaluación y las intervenciones necesarias para su recuperación», ha explicado Juan María Vázquez, consejero de Medio Ambiente, «queremos evitar la destrucción de estas dos especies porque su valor ecosistémico es incalculable».

Este departamento del Gobierno regional firmará, al margen de esta estrategia, un nuevo convenio con el Ejecutivo balear en poco tiempo, comunidad donde están trabajando desde hace años en varias líneas de investigación para la restauración y conservación de la Posidonia. Por su parte, el rector de la UMU, José Luján, ha querido poner en valor «el conocimiento que generan las universidades», para luego transferirlo a la sociedad, como ocurre en estos trabajos con praderas marinas. «Todo el mundo entiende que lo que afecta al medio ambiente o al Mar Menor es de importancia capital para la ciudadanía y obra bien la Consejería en llamar a la puerta de su universidad pública para que seamos capaces de contribuir a la resolución de esos problemas», ha sentenciado el responsable universitario.

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