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La sierra de La Sagra tiene la segunda cumbre más alta de Andalucía tras el macizo de Sierra Nevada. Un entorno idílico junto a la localidad granadina de Puebla de Don Fadrique incluido en la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC) y donde la empresa Vive Collados S L, una sociedad propiedad del grupo murciano Orenes, planea construir un proyecto turístico destinado a clientes de alto poder adquisitivo que ha puesto en pie de guerra a los ecologistas y a un grupo de vecinos de la zona.
La empresa adquirió un complejo turístico previo autorizado en 2006: Collados de La Sagra. «Son tres hectáreas, con un hotel y unas cabañas debajo de unas encinas», explica Augusto Arias, miembro de la Asociación Ecologista Cultural de La Sagra. «En 2007, ya quisieron ampliarlo a diez hectáreas los anteriores propietarios, pero lo rechazó la Junta de Andalucía», afirma. «Ahora Orenes ha presentado un proyecto donde dice que va a derribarlo entero y va a hacerlo nuevo, con 38 geocabañas que van a perforar en la roca, con piscina incorporada, jacuzzi, baño turco, en fin, todo tipo de lujos».
La Asociación Ecologista Cultural de La Sagra y Ecologistas en Acción, que protestaron contra el proyecto este sábado en la plaza Santo Domingo de Murcia, presentaron el pasado mes de mayo alegaciones al proyecto, que plantea la ampliación de 3 hectáreas ocupadas a 16 y la construcción de múltiples equipamientos, como un edificio de servicios comunes con recepción, restaurante, gimnasio, spa, saunas y piscinas interiores y exteriores; 38 apartamentos de un mínimo de 40 metros cuadrados, con spa integrado; un planetario; y un centro de visitantes.
«La construcción de ese proyecto es inviable, porque está violando la Ley de Gestión de Calidad Ambiental de Andalucía, la ley estatal y las leyes comunitarias», asegura Augusto Arias, que recuerda que el complejo actual recibió ayudas del plan Leader de más de 360.000 euros y subvenciones de la Junta de Andalucía de hasta 500.000 euros. «Una barbaridad. Si lo van a demoler, que las devuelvan», subraya.
Desde Grupo Orenes indican que «se trata de la ampliación del complejo que ya existe y que está totalmente adaptado al entorno y las normativas existentes». Además, puntualizan que el proyecto «no se está desarrollando al ritmo previsto» y que «no se espera que se ejecute a corto plazo». «Se han iniciado contactos con todos los organismos públicos necesarios y se está trabajando de forma directa con ellos para cubrir cualquier posible eventualidad y adaptarnos a las exigencias que se requieran», apuntan. Desde el grupo, defienden que trabajan «por hacer un proyecto sostenible » y que realizarán «las adaptaciones que sean necesarias, para seguir protegiendo el ecosistema rural y minimizar cualquier impacto medioambiental». «Esa es siempre una de las prioridades de la empresa», destacan las mismas fuentes. «También lo es fomentar el empleo en la zona, colaborar en frenar la despoblación y poner en valor el entorno rural como un motor de crecimiento y oportunidades», concluyen.
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