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SAN JAVIER

«No tengo problemas éticos para entrar en combate», afirma la primera piloto de F18

Rosa María García-Malea recibirá el martes su despacho de teniente en un acto que presidirá el Rey y será destinada al Ala 15 en Zaragoza

ALEXIA SALAS SAN JAVIER

Jueves, 5 de julio 2007, 12:31

Casi diez años después de que la Academia General del Aire abriera sus puertas a las mujeres, el Ejército del Aire celebra la llegada de la primera mujer en España piloto de aviones de Caza y Ataque. Una almeriense de 26 años, Rosa María García-Malea López, formará parte de la élite de los pilotos españoles cuando el próximo martes el Rey Juan Carlos le entregue su despacho de Teniente en la plaza de Armas de la base de La Ribera.

El Ala 15 de la base de Zaragoza, dedicado a la defensa del espacio aéreo español, será su primer destino. Su formación de 5 años junto al Mar Menor le servirá para formar parte de misiones de guerra a bordo de la mejor arma aérea de que dispone España hasta que llegue el deseado Eurofighter. Se trata del cazabombardero F-18, que ha participado en misiones como la guerra de Yugoslavia.

Tras su aspecto frágil, la alférez alumna García Malea esconde uno de los profesionales de alto nivel del Ejército del Aire. Vivirá los próximos años de su vida en alerta constante y pilotará la maquinaria aérea de guerra más puntera, un poder y una responsabilidad reservados a unos pocos.

«Siempre deseé ser piloto», confesó ayer en la pista militar de San Javier, asombrada de la expectación que ha despertado en la prensa nacional su carrera.

«Cuando vivía en Almería ya miraba al cielo para ver los aviones. Soy completamente feliz», afirma. Sobre sus misiones futuras, asegura que «no me supone un problema ético o moral entrar en combate. Estoy para servir a España y al pueblo; lo que manden mis superiores y el Gobierno». La alférez García Malea venció ayer su timidez para revelar que «me llama muchos la atención la Patrulla Águila y no me importaría formar parte de ella en el futuro».

Sin distinciones

No se ha sentido «ni discriminada ni favorecida por ser una mujer» y considera que «la formación militar, con su disciplina y esfuerzo, estar disponible las 24 horas, lejos de la familia y con un régimen interno duro, ha merecido la pena. Quiero seguir aprendiendo para ser cada vez mejor piloto y mejor persona», señaló. Relató cómo ha vivido, con sus 40 compañeros de la Promoción 58 -4 de ellos mujeres- «momentos buenos y difíciles, pero ha merecido la pena».

La joven piloto contó cómo ha aprendido a controlar las reacciones físicas que provoca la experiencia de volar a una gran velocidad. «Puedes pasar en algún momento a la visión túnel, que puede llegar a ser visión negra, es muy rápido, y necesitas muchos reflejos y formación. Normalmente aprieto la musculatura para que la sangre fluya y evitar la pérdida de conocimiento», explicó junto a uno de los aviones C101 que pilota la Patrulla Águila.

No es la primera mujer piloto que ha culminado su formación en la AGA, aunque sí la primera que se ha especializado en caza y ataque del Ejército del Aire.

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