El Rey felicita a los 'moraos' y recuerda que la Reina es madrina de la cofradía

Parece que, de un instante a otro, sucederá, que por aquella esquina remota de Las Agustinas asomará un nazareno estante camino de la iglesia de Jesús, ese útero donde cada primavera se convoca la cátedra de los nazarenos, ese corazón morao de la ciudad hasta donde, llueva o truene, nadie se atreve a acudir sin vestir su túnica. Porque el día de ayer amaneció espléndido, cuajado de tanta luz como si fuera la mañana misma de un Viernes Santo al uso, primaveral.

Si el Rey quedó maravillado con la exposición, como exclamó en diferentes lugares del recorrido, no menos satisfecho se mostró de comprobar que la cofradía de la que es Mayordomo de Honor custodia con el mismo fervor de siempre las geniales tallas de Salzillo. Cuando la Casa Real comenzó a organizar la visita, según fuentes próximas a la exposición, pidieron que Su Majestad entrara, por expreso deseo, por la puerta del templo privativo de Jesús.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que preside el abogado Rafael Cebrián, recibió ayer el aplauso de gran parte de cuantos acompañaron al Rey en su recorrido. De hecho, la iglesia de Jesús fue descrita como el corazón de la exposición. Hasta este templo acudió Su Majestad, más de un domingo, cuando era un joven cadete. Y de aquellas visitas mantiene el cariño hacia una de las tallas: el San Juan, que ayer volvió a alabar.

Cuando alguien le recordó que era Mayordomo de Honor, don Juan Carlos advirtió: «Pues sí. Y la Reina es su madrina». Además, Su Majestad, aparte de recorrer toda la exposición acompañado por Cebrián, demostró el cariño y conocimiento que posee sobre la obra salzillesca cuando se inclinó ante el paso de La Cena para observar cómo Salzillo había tallado con maestría los pies de cada uno de los apóstoles. También aplaudió más tarde, en otro momento del recorrido, que el ahora Papa Benedicto XVI hubiera visitado el Museo Salzillo cuando era cardenal.