
PP y Vox afrontan la semana decisiva en busca de un pacto en la Región de Murcia apoyado por Feijóo y Abascal
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Miras, que este domingo se ve con el líder popular, tendrá que cambiar de relato si al final hay coalición con AnteloLópez Miras tendrá que decidir al final entre lo menos malo, o entre lo malo y lo peor, para lo que se suele definir como ... el bien común. Aunque influyen y mucho los intereses de su partido. Puestos a considerar que exista un acuerdo preliminar entre PP y Vox para evitar la repetición electoral en la Región de Murcia, a falta de concretar los detalles, la cuestión de fondo que se plantea es cómo venden ambas formaciones políticas dicho pacto de cara a sus electores y a la opinión pública.
Han sido tantos los órdagos lanzados, las posiciones maximalistas, las líneas rojas y el nivel de exigencia de cada parte, que ahora tendrán que fabricar un relato para explicar las respectivas cesiones y concesiones. Puede que Vox reduzca su petición de una vicepresidencia, dos consejerías y su singular examen de idoneidad del Ejecutivo; mientras que López Miras tenga que desdecirse dejando que Vox entre en su gobierno bajo una fórmula por definir, ya que su santo y seña ha sido hasta ahora querer gobernar en solitario y denostar las coaliciones. Su asistencia hoy a Pontevedra, a la apertura del curso político del PP, propiciará un encuentro con Núñez Feijóo del que pueden salir algunas claves de cara a una semana decisiva para la gobernabilidad de la Región.
Eso o una repetición electoral que en estos momentos no parece que esté en el ánimo de Feijóo y Santiago Abascal. El escenario político nacional ha dado tantos bandazos desde el 28 de mayo que el problema de Murcia se ha ido acomodando a conveniencia de intereses manejados desde Madrid. Tal es así que en estos momentos pocos conciben que fracase el nuevo intento de pacto de PP y Vox en Murcia, teniendo por delante la investidura de Núñez Feijóo los días 26 y 27 de septiembre con el apoyo incondicional de Abascal. Una ruptura en Murcia socavaría ese clima de entendimiento tejido entre ambos líderes y sería una mala propaganda para la propia investidura.
De ahí que muchos den por hecho un acuerdo los próximos días, que habría que vestir con un relato que resulte mínimamente coherente. José Ángel Antelo tendrá que exhibir algún triunfo ante su electorado, aunque rebaje sus exigencias, que están inducidas desde otras instancias; mientras que López Miras deberá abdicar de algunos de sus postulados y presentar a Vox como un partido constitucionalista con el que está «condenado a entenderse», en palabras del alcalde lorquino, Fulgencio Gil, quien lanzó otro mensaje de fondo, también teledirigido: «Existe una dinámica general de colaboración entre los dos partidos a todos los niveles, por lo que creo que en los próximos días se sacará adelante la investidura (de López Miras)».
En la anterior legislatura, el PP se coaligó de forma entusiasta con Ciudadanos para arrebatarle el poder al PSRM que ganó las autonómicas; un regalo de los naranjas. La situación degeneró después, a raíz de la fallida moción de censura, en un 'gobierno frankenstein' con expulsados liberales y de Vox. Seguro que López Miras guarda un mal recuerdo de esos años, pero su aversión a las coaliciones no se compadece con los pactos forjados en los ayuntamientos entre ambos partidos, incluidos cuatro municipios en los que el PSOE fue más votado (Molina de Segura, Cieza, Las Torres de Cotillas y Puerto Lumbreras). Si el PP hubiera dejado gobernar a los socialistas es estos ayuntamientos, quizás la situación regional fuera ahora diferente si Pepe Vélez y su grupo se hubieran abstenido en la investidura de Miras.
La entrada en escena de Fulgencio Gil equivale a preparar el camino hacia ese posible pacto, aunque oficialmente ningún partido reconoce por ahora que estén negociando en Murcia o que haya novedades. En esta ocasión y visto los antecedentes, no lo van a retransmitir en directo.
Los socialistas murcianos son los primeros convencidos de que existe un acuerdo entre bastidores y se remiten a la investidura que intentará Feijóo, que no debería verse obstaculizada por una pelea con Vox en Murcia y una repetición electoral para el 25 de octubre. Si ocurre, sería la tercera cita con las urnas que se lleve a cabo en la Región en seis meses, un hecho que probablemente pasaría factura a PP y Vox, mientras que la izquierda podría ganar votos.
El riesgo es muy elevado para López Miras, ya que en este escenario tan cambiante tendría muy lejos la mayoría absoluta. Ahora no se respira en el PP la euforia de los resultados autonómicos y locales. Este 'impasse' para tratar de conformar el Gobierno regional ha tenido una cuota de desgaste para López Miras; mientras que Núñez Feijóo no está en su mejor momento. Así pues, ¿de qué vale repetir las elecciones autonómicas si el resultado puede ser similar al actual, con algunos escaños bailando? Puede que incluso resulte mayor la dependencia del PP respecto de Vox si bajaran las expectativas de los populares.
López Miras ha ido a remolque de los acontecimientos y, probablemente, al final tenga que hacerse 'un Guardiola', emulando a su compañera de Extremadura, que primero renegó de Vox y luego lo metió en su gobierno, después de ser amonestada por Génova. El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, tampoco le hizo un favor a su partido cuando a las primeras de cambio (sálvese quien pueda) le dio a Vox todo lo que pidió, creando un precedente que ha influenciado y complicado al resto de comunidades en las que ganó el PP.
Con esto y con las directrices de Génova tiene que lidiar López Miras, a quien parece que le han dado el problema resuelto desde Madrid, a falta de que acepte, como en otros trances anteriores: en la moción de censura y en el intento de la alcaldesa de Archena, Patricia Fernández, de disputarle la presidencia regional del PP. En ambos, acudió en su ayuda Teodoro García desde Génova.
Suponiendo que Vox entre en el Gobierno regional, el PP tendrá un socio muy incómodo y peleón que pretenderá fiscalizar desde dentro todo cuanto pueda y marcar sus políticas, sobre todo en el Mar Menor. Al mismo tiempo, intentará colocar en la Administración regional a los militantes que pueda, como mandan los cánones. Así que el abanico de opciones que aún tiene por delante la Región (la repetición electoral, el pacto y la coalición) no invitan al optimismo de cara a los próximos años. Más todavía cuando se avecinan tiempos duros con los recortes que impondrá la UE para frenar la desorbitada deuda del Gobierno central y de las comunidades autónomas, lo cual condicionará muchas políticas.
La Asamblea empezará a mover la maquinaria política este lunes. Los grupos están preparados para una convocatoria de la Diputación Permanente o de la Junta de Portavoces. El primer asunto en agenda es la convalidación del decreto sobre la moratoria urbanística del Mar Menor, que debe hacerse antes del día 3. Ahí puede haber tensiones con Vox. En cuanto a la sesión de investidura de López Miras, puede ser a partir del día 1, o bien el 4 y 5, si Vox vota a favor. En ese caso, bastaría con la primera vuelta, pero conociendo el percal y a los protagonistas, todavía puede haber sorpresas.
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