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Los catedráticos y profesores titulares tienen la última palabra en las elecciones a rector de la Universidad de Murcia (UMU), que se celebran, en primera vuelta, el próximo martes. Su opinión y sus votos sentarán cátedra, ya que 'valen' mucho más en el escrutinio de papeletas que los de varios centenares de estudiantes y administrativos juntos. Dentro de ese grupo de poderosos, con capacidad para decantar la balanza en uno u otro sentido, las potentes facultades de ciencias (Biología, Veterinaria, Medicina, Química...) tendrán un peso determinante en el resultado final.
Tanto el rector como el Claustro de la Universidad de Murcia son elegidos por sufragio universal ponderado, lo que significa que, aunque todos tienen derecho a expresar su opinión y a que sea tenida en cuenta, las papeletas tienen diferente peso en el recuento según el grupo al que pertenezca el votante.
Los votos de los 1.028 miembros del Grupo A, integrado por los funcionarios doctores de los cuerpos docente e investigador (profesores doctores y catedráticos con vinculación permanente a la Universidad), valen el 51% del total. Los del Grupo B (el resto del personal docente contratado) pesan el 14%, y suman un censo de 1.848 electores; los de los estudiantes (el grupo más numeroso, con 30.319 alumnos con derecho a voto), el 25%; y los del personal de administración y servicios (1.302 trabajadores), el 10%. Cuando se realice el recuento, la Junta Electoral Central de la Universidad aplicará pues, tras el escrutinio de los votos, los coeficientes de ponderación que correspondan para darles su verdadero valor.
Con esas cuotas de poder, los votos del Grupo A resultan decisivos, aunque el resultado pueda obviamente decidirse por cualquier papeleta. Y los de las facultades más antiguas y con peso (y, por tanto, con más docentes del Grupo A) serán decisivos. En ese grupo, las de Ciencias y Tecnología concentran la mayor cuota de poder, con casi 600 electores 'A' con derecho a voto incluidos en el censo. En concreto, Biología, Medicina, Química y Veterinaria superan, cada una de ellas, el centenar. También serán concluyentes las papeletas que decidan introducir en el sobre los catedráticos y titulares de las facultades de Letras, Economía y Empresa, Derecho y Educación, con cerca de 500 votantes con una cuota de decisión del 51%.
Los votantes del Grupo A son decisivos, pero también más previsibles: a estas alturas, la mayoría tienen su voto decidido, una opinión formada sobre los candidatos, y la voluntad de participar en los comicios. El grupo de los estudiantes es, sin embargo, impredecible. Su 25% puede ser tan determinante como el del grupo más poderoso ya que, voten muchos o pocos, el porcentaje se mantiene inamovible. Así fue en las últimas elecciones, que dieron una ajustadísima victoria a José Orihuela, quien se impuso en el recuento total de la segunda vuelta de los comicios a Juan María Vázquez por apenas 32 centésimas. Ese porcentaje, traducido en votos, equivaldría a solo dos sufragios de profesores (que pesan más en el cómputo) o 30 de estudiantes, que tienen menos valor en la ponderación. En aquella ocasión, el apoyo de los estudiantes a la candidatura de Orihuela, abrumador en facultades como Biología, Educación, Psicología, Matemáticas y Medicina, pudo decantar la balanza.
El resultado de las votaciones al Rectorado más impredecible de las últimas décadas se conocerá sobre las nueve de la noche del martes, cuando se prevé que esté completado el escrutinio de las 34.497 papeletas de profesores, estudiantes y personal de administración y servicios de la Universidad de Murcia con derecho a voto. Los resultados ponderados se podrán seguir a tiempo real en la web de la institución.
Un sufragio atípico que podría terminar sin un nuevo rector, ya que es complicado que alguno de los cinco candidatos que concurren a los comicios, los catedráticos José Luján, Pedro Lozano, José Antonio Gómez, Emilio Martínez Navarro y Pablo Artal, consigan el respaldo suficiente para lograr la mayoría absoluta requerida para ser rector. La profusión de candidatos -nunca se habían presentado tantos- y el sistema de voto ponderado complica al extremo que ninguno de los cinco consiga la mayoría absoluta (el apoyo proporcional de más de la mitad de los votos a candidaturas válidamente emitidos) en esta primera vuelta. En ese caso, los dos aspirantes más votados pasarían a una segunda vuelta, fijada para el jueves 15 de marzo. Así ocurrió también en las anteriores elecciones, cuando concurrieron cuatro candidatos. En aquella ocasión, como en esta, se daba por segura la celebración de la segunda votación.
Con todo, el resultado de la primera vuelta marcará el final, ya que dependiendo de quiénes sean los dos candidatos que pasen a la segunda, se dibujarán nuevos escenarios en los que caben todas las opciones, con alianzas, cambios en el sentido del voto o abstención.
Los cinco candidatos darán hoy por concluida la campaña electoral, que ha ido desatando los nervios en la recta final, con acusaciones de inducción al voto, quejas de profesores indignados por lo que han calificado de juego sucio y una actividad frenética en las redes sociales. El 17 de abril es la fecha fijada para el acto de toma de posesión del candidato que resulte elegido, después de que se completen los períodos de alegaciones y tras las vacaciones de Semana Santa.
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