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María Vallet, el año pasado en Oviedo, donde fue jurado del premio Príncipe de Asturias. mario rojas
«Ya podemos construir 'Robocops'»

«Ya podemos construir 'Robocops'»

María Vallet Regí, una de las científicas españolas más reconocidas, estará mañana en la Región para despertar el interés por la investigación en los más jóvenes

Lunes, 8 de abril 2019, 07:23

María Vallet Regí (Las Palmas de Gran Canaria, 1946) podría haberse retirado hace años para disfrutar de una jubilación tranquila, pero en ese caso la ciencia española habría perdido a uno de sus principales referentes. Catedrática de Química Inorgánica de la Complutense de Madrid, el reconocimiento le ha llegado en forma de numerosos premios, desde el prestigioso Jaime I, que concede la Comunidad Valenciana, al Premio Nacional Leonardo Torres Quevedo. Desde 1977, cuando con apenas treinta años publicó por primera vez en 'Nature', no ha dejado de estar en primera línea. Los alumnos de los IES Ramón Arcas de Lorca y Vega del Táder del Molina de Segura tendrán la oportunidad de escucharla mañana en sendas conferencias, abiertas al público en general, en las que abordará la irrupción de la nanotecnología en Medicina.

Hablar de esta tecnología es mirar hacia el futuro, hacia las gigantescas posibilidades que se abren en innumerables campos. Pero también es mirar al presente, porque la nanotecnología ya es una realidad en Medicina, recuerda Vallet, en conversación telefónica con 'La Verdad'. «Ya hay aplicaciones concretas, claro que las hay», subraya. «Tenemos la posibilidad de dirigir fármacos a sitios concretos» del organismo, con enorme precisión, y también de mejorar el diagnóstico rápido, explica. Hace tres años, el Consejo Europeo de Investigación concedió al equipo que lidera Vallet 2,5 millones de euros para avanzar en tratamientos efectivos contra enfermedades graves de los huesos, como el cáncer, las infecciones y la osteoporosis.

LA CITA

  • Lorca Mañana en el IES Ramón Arcas. 9.00 horas.

  • Molina de Segura Mañana en el IES Vega del Táder. 13.00 horas.

  • Organiza Fundación de Estudios Médicos de Molina (FEM).

En concreto, y en el caso del cáncer, se trata de dirigir fármacos, utilizando nanopartículas como vehículo, hacia las células malignas. De esta manera, «podemos hacer que el fármaco llegue directamente a donde hace falta y, por tanto, disminuir mucho las dosis», explica. Se gana en eficacia, al tiempo que se reduce significativamente la toxicidad. «Hablamos de menos dosis que irían solo a donde tienen que ir (las células cancerosas) dejando inalterado» el resto del tejido.

Pero esta tecnología abre la puerta también a multiplicar la precisión de otros tratamientos, como los dirigidos a combatir infecciones. «Se abusa mucho del antibiótico, y de esta manera podemos dirigir dosis más pequeñas a puntos totalmente localizados. Ocurre exactamente igual que en el caso del cáncer», detalla Vallet.

La catedrática de Química Inorgánica ha trabajado en el desarrollo de materiales que permitan evitar infecciones y mejorar las prótesis actuales. «Realmente, ya podemos construir un 'Robocop' con los biomateriales de los que disponemos. Prótesis de cadera, de rodilla... Si tenemos en cuenta que ya hay piezas para sustituir prácticamente todo, podemos llegar a tener un 'Robocop'». Eso sí, está lejos de creer que eso nos sitúe a las puertas de un salto evolutivo, como plantean algunos pensadores. «Ni se me ocurre pensarlo; lo que digo es que se puede sustituir y reparar prácticamente todo el cuerpo humano, no que se pueda construir un ser humano», matiza.

Órganos y hueso

Se pueden reparar, por ejemplo, órganos y hueso gracias a la medicina regenerativa, que camina hacia la 'fabricación' de órganos de 'repuesto'. «Hay muchos grupos que están trabajando en esto desde hace años». Uno de ellos, el del hellinero Juan Carlos Izpisua, que ha logrado la creación de 'mini riñones' a partir de células madre de ratón.

Lo más relevante de toda esta carrera científica es que nos puede ayudar ya no a vivir más años, sino a vivir mejor, advierte Vallet. Porque esta parece ser la asignatura pendiente. La esperanza de vida se ha disparado en las últimas décadas, pero en ocasiones a costa de una mala calidad en los últimos años de existencia.

Que en la avanzadilla de todo este desarrollo científico estén mujeres como María Vallet es, por fortuna, cada vez menos inusual. La catedrática de Química Inorgánica no percibe que en la ciencia haya «tanta desigualdad como en otros ámbitos», porque «entre funcionarios, en la Universidad o en el Consejo de Investigaciones Científicas, estas desigualdades realmente no se dan». Quedan, eso sí, techos de cristal. «Efectivamente, en la posiciones más elevadas hay, claramente, menos mujeres que hombres», pero «eso va a ir cambiando».

«Partimos de una realidad -señala Vallet-; hace relativamente poco tiempo estudiaban pocas mujeres, pero ahora hay más mujeres que hombres en muchas carreras». Así que está convencida de que es «cuestión de tiempo» llegar a una mayor paridad en los puestos de responsabilidad. «Se ha ido mejorando, aunque es verdad que no a la velocidad que desearíamos». A los científicos también les gustaría mayor celeridad en el apoyo a la investigación. «Si un país no tiene buena ciencia, una buena tecnología, siempre será un país de servicios», advierte.

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