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LYDIA MARTÍN
MURCIA
Miércoles, 4 de marzo 2020, 03:58
Ana Bella Estévez es una superviviente. Un día decidió cambiar su vida: subió a sus cuatro hijos al coche y acabó con los once años en los que estuvo sufriendo malos tratos psicológicos y físicos e ingresó en una casa de acogida en Sevilla. Tuvo que empezar de cero y decidió orientar sus esfuerzos a ayudar a otras mujeres que estuvieran pasando por la misma situación. Creó la Fundación Ana Bella, una red de mujeres supervivientes, que ya ha apoyado a más de 30.000 mujeres, entre ellas las 'invisibles', que no piden ayuda ni tienen un perfil establecido. «Mientras más alto es el nivel social, educativo y económico, más difícil es pedir ayuda, ya que la sociedad en vez de recriminar el comportamiento del que ejerce la violencia, suele poner en cuestión la profesionalidad de la mujer que ha sido maltratada», afirma. Desde la organización promueven el testimonio positivo, demostrando que hay alternativas de una vida digna y feliz. Hoy, con su ponencia 'Nunca más', dejará claro que «todos y todas podemos ser agentes de cambio frente a la violencia de género» en Lorca en Femenino, a las 17 horas, en el Centro Cultural José María Campoy Camacho.
Hoy Centro Cultural José María Campoy Camacho.
16.30-17.00 Acreditaciones.
17.00-17.20 Inauguración y bienvenida.
17.20-17.50 'Nunca más'. Ponencia y entrevista a Ana Bella Estévez.
17.50-18.10 'En la cocina también educamos', por Mireia Ruiz.
18.35-19.20 'Empoderamiento en femenino, sumamos por la igualdad', con Patry Bermúdez, gerente de Sepor; Mª Carmen Romero, boxeadora; Antonia Pérez, concejal de Igualdad del Ayuntamiento de Lorca; Carmen Romero, directora del ballet 'Carmen Romero'; y Mª Dolores Valverde, ingeniera de obras públicas.
19.20-19.30 Clausura
19.30-19.35 Actuación del ballet de Carmen Romero.
–Usted es el claro ejemplo de que salir, se sale. ¿Qué fue lo que le dio fuerza para cambiar el rumbo de su vida y no volver atrás?
–La fuerza ya la tenía, lo que pasa es que la estaba usando para resistir la violencia de género que el padre de mis cuatro hijos ejercía sobre ellos y sobre mí. Por eso le digo a todas las mujeres que sientan que están siendo maltratadas por su pareja, que no tengan miedo y pidan ayuda, porque hay que tener más miedo y más valor para dormir junto a un posible asesino que para comenzar una vida feliz con nuestros hijos. Nos merecemos ser felices. Pero las mujeres no somos el problema, son los hombres que maltratan a sus parejas los causantes de que exista violencia de género. Y puede ser un juez, un arquitecto, un médico, un ministro, un policía, un agricultor... No existe un perfil, existen rasgos comunes: son posesivos, celosos, manipuladores, controladores y a la vez encantadores, y son 1 de cada 10 hombres en España los que continúan maltratando a sus parejas.
–¿Cómo puede afectar el hecho de cambiar la etiqueta de 'víctima' a 'superviviente'?
–Cuando estamos siendo maltratadas, somos víctimas y necesitamos apoyo para superar esa dependencia emocional e indefensión que nos impide reaccionar ante los abusos de nuestra pareja. Una vez que lo hemos superado, necesitamos acreditar que somos 'víctimas' para solicitar cualquier tipo de recurso; se nos asocia un rol victimizante que nos lleva a la exclusión. Sería más conveniente contar con una acreditación de idoneidad para la ayuda solicitada o algo parecido. Las mujeres que hemos sido maltratadas y lo hemos superado no somos víctimas para siempre: somos mujeres muy fuertes, mujeres acostumbradas a trabajar bajo presión, que sabemos reinventarnos cada día para salir adelante, que nos reponemos rápidamente a la frustración, que tenemos una gran tolerancia al fracaso, que somos perseverantes y seguimos intentándolo a pesar de las dificultades, por lo que somos mujeres de éxito.
–Se habla de maltrato físico, pero el psicológico sigue siendo más sutil y difícil de identificar...
–Una relación de violencia de género se basa en el dominio y la sumisión. Utilizan castigos de silencio, incumplimiento de promesas, insultos, desprecios, humillaciones, celos, sometimiento a pruebas imposibles, control del dinero, de las redes, de la forma de vestir o relacionarse con familiares y amistades... Son mujeres sin cardenales, las más invisibles, pero a mi entender las más maltratadas. No hay que ser asesinada para ser una víctima de violencia de género. Una vida de maltrato es una vida perdida y todos y todas tenemos la responsabilidad de detectar estos casos invisibles y ayudarles a romper el silencio.
–¿Consiguen las jóvenes distinguir qué es violencia en la sociedad actual?
–Sabemos cuál es la consecuencia final, el asesinato, pero nunca cómo se inicia una relación abusiva. Las voluntarias de Fundación Ana Bella vamos a colegios, institutos, universidades y clubes deportivos, mostrando las señales de alarma que indican que se trata de una relación tóxica. Una alumna al escucharnos nos confesó: «Creo que mi exnovio me ha violado». Había quedado con él para una entrevista de trabajo en la empresa en la que él trabajaba. Como el jefe no llegaba, la convenció de esperar en su casa. Él comenzó a tocarla y a besarla, ella le rechazó varias veces sin poder evitar que él la penetrara. La acompañó a la parada del autobús. Ella estaba en 'shock'. «¿Me acaba de violar? No es posible, si es mi exnovio, si me ha acompañado a la parada del autobús, si me ha llamado para ver si he llegado bien». Tenía entendido que una violación la realiza un extraño que te secuestra por la fuerza y luego te deja tirada, que son las noticias que trascienden. No relacionaba lo que le sucedió con una violación. Tardó dos años en empezar a sanar y aún le cuesta mantener relaciones íntimas.
–Ha recibido la Medalla de Andalucía a los Valores Humanos, ¿qué significa esto para usted?
–Significa que la sociedad andaluza valora el trabajo de las mujeres supervivientes como agentes de cambio social. La Medalla se la dedico en forma de agradecimiento a todas las mujeres supervivientes voluntarias de nuestra Fundación, que ofrecen su tiempo y su amor para salvar la vida de ya más de 30.000 mujeres. También al resto de personas y entidades que colaboran con nosotras y en especial a mis hijos e hijas Yaiza, Tairo, Aimara y Shelton que comparten mi emprendimiento social.
–¿Cómo se puede ayudar a una mujer maltratada?
–En febrero de 2019 celebramos el Primer Encuentro Internacional de la Red de Mujeres Ana Bella en Madrid para elaborar un decálogo de cómo ayudar a una mujer que está siendo maltratada. Las claves son: pregúntale cómo está, escúchala sin juzgar. Hazle sentir que no está sola, que tiene una amiga/o con quien puede contar. Créela aunque lo que te cuente suene a ciencia ficción. No le digas lo que tiene que hacer, pregúntale '¿Cómo te puedo ayudar?' Explícale con mucha paciencia por qué crees que está viviendo en una relación tóxica. Empatiza, ponte en su lugar, involúcrate sin decidir por ella. Respeta su tiempo para decidir, aunque necesite varios intentos antes de dejar la relación definitivamente. Acompáñala a buscar ayuda profesional. Recuérdale lo mucho que vale.
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