![Pérez Ruzafa: «Esto puede ocurrir más días, conforme suba la temperatura»](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202205/19/media/cortadas/ruzafa-kUx-U170141169096zB-1248x770@La%20Verdad.jpg)
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«A partir de ahora, este episodio se puede repetir más días y con mayor gravedad, conforme vaya subiendo la temperatura», advirtió ayer Ángel Pérez Ruzafa, catedrático de Ecología de la UMU y miembro del Comité de Asesoramiento Científico, a raíz de la aparición de peces muertos en la playa de Castillicos de Santiago de la Ribera. Aunque se recogió una pequeña cantidad, los indicadores de falta de oxígeno y baja salinidad no presagian nada bueno. Lamentó que se haya cumplido el pronóstico de hace unas semanas, cuando avisaron del adelantamiento de estos episodios.
Sobre la base de los primeros datos recabados, Pérez Ruzafa explicó que se ha debido producir una entrada de agua dulce con retardo de las últimas lluvias, ya que se han detectado salinidades muy bajas en esa playa. Es probablemente un caudal pluvial que llega a través de los desagües urbanos que desembocan en la zona, a lo cual se suman los afloramientos del acuífero Cuaternario.
«Tradicionalmente, el agua borbotea en la zona de playa que va desde Los Narejos a Santiago de la Ribera, por lo que está entrando agua con muchos nutrientes, nitratos y fosfatos», algo que determinarán los análisis que está realizando el Imida, explica Pérez Ruzafa. Considera que ambos factores han contribuido a la bajada del oxígeno y de la salinidad, y puntualiza que la combinación de un choque osmótico con el descenso de los niveles de oxígeno ha provocado esta situación. La disminución del oxígeno se ha detectado en la línea de costa más pegada a la orilla, aunque los niveles se han recuperado a lo largo del día. Precisa, en este sentido, que la hipoxia puede ser más intensa de noche que de día.
Ruzafa apunta que la temperatura no ha sido el principal desencadenante en este caso, ya que se encuentra entre los 22 y 25 grados, aunque no deja de ser alta para esta época del año. No obstante, dado que el calor irá en aumento, se temen situaciones de mayor gravedad. Los ejemplares muertos son peces de origen bentónico que habitan en el fondo de los ecosistemas acuáticos y que, en este caso, son más vulnerables, apunta el catedrático.
Como actuaciones inmediatas, Pérez Ruzafa señala que hay que acometer las obras para separar las redes urbanas de aguas; así como actuar con urgencia sobre el acuífero Cuaternario, una medida que viene reclamando desde hace años y que va sumando adeptos.
«Esto es una agonía lenta si negamos la mayor. Y se nos irá totalmente de las manos», asegura. «Esto seguirá si no se baja el nivel freático. Negar a estas alturas que este es uno de los orígenes del problema solo sirve para retrasar la solución. Cuando se habla de actuar en origen, el acuífero también lo es. El problema se habría solucionado hace tres años de una forma facilísima», señala. Y explica que el freático estaba antes por bajo el nivel del mar, pero en 2019 empezó a recargarse tras la prohibición de sacar agua y con los episodios de lluvias.
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