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La Sociedad de Pediatría del Sureste reclama «doblar» de forma urgente el número de plazas MIR de esta especialidad tanto en la Región de Murcia como en toda España con el objetivo de corregir el déficit de profesionales, un problema creciente que para esta organización ... constituye una «emergencia nacional sanitaria». También se apuesta por duplicar la oferta de formación especializada en Enfermería pediátrica.
«La Región de Murcia podría asumir perfectamente para la próxima convocatoria 26 residentes MIR de Pediatría» frente a las 14 plazas actualmente existentes, señala la sociedad científica en el borrador de un informe que será presentado en los próximos días.
«No vemos factores limitantes reales [que impidan la ampliación de plazas]; hay dispositivos disponibles no utilizados», se advierte. Bajo el título 'Ballena azul. Propuesta de transición hacia un nuevo modelo de Salud y asistencia pediátrica', la Sociedad de Pediatría del Sureste pone sobre la mesa un amplio documento con el que se pretende abrir el debate sobre la adaptación del sistema sanitario a la nueva realidad social. Además de abordar el problema del déficit de profesionales, se proponen reformas profundas que pasan por acercar la Atención Primaria a los municipios y por incrementar un 20% la inversión en educación Primaria y Secundaria.
Sobre el déficit, el informe insiste en que la falta de profesionales pone en peligro el actual modelo de atención pediátrica, que ha permitido a España tener una tasa de mortalidad infantil un 30% inferior a la del Reino Unido, «donde los niños no son atendidos por pediatras en Atención Primaria ni se han desarrollado capacidades de Pediatría especializada tan dinámicas». Actualmente «hay gerentes sanitarios que ante la escasez de pediatras proponen el modelo británico para dar salidas en falso», denuncia la sociedad científica.
De hecho, más de un 30% de las consultas de Pediatría de Primaria están ya cubiertas en la Región por un médico de adultos, lo que significa que muchos niños murcianos no han sido atendidos nunca por un especialista. «Cualquiera no vale para pasar una consulta de Pediatría. Los servicios de salud de baja calidad (puestos de Pediatría cubiertos por médicos de adultos) están frenando el avance de las mejoras de la salud pediátrica», señala el documento. Es «un error estratégico», se insiste.
Precisamente para poder ocupar con pediatras esas plazas de Primaria se plantea el incremento urgente del número de MIR. «No estamos pidiendo que se incrementen las plazas de Pediatría, sino que se ocupen las que hay», aclara Juan Antonio Ortega, presidente de la Sociedad de Pediatría del Sureste. También se apuesta por el desarrollo de las especialidades de Pediatría en los hospitales.
El objetivo es «asegurar la atención pediátrica en los primeros 18 años de vida». Para poder cubrir todas las plazas con pediatras «vamos a necesitar siete años», calcula la sociedad científica.
El acuerdo alcanzado a finales del año pasado entre el Gobierno regional y el Sindicato Médico para la mejora de la Atención Primaria contempla la creación de 12 nuevas plazas de pediatra este mismo año, pero esto no resuelve el problema del déficit, ni otros aspectos que para la Sociedad de Pediatría del Sureste son prioritarios. «Valoramos como muy pobre el acuerdo sindical para la Pediatría que firmaron otras entidades hace unos meses en la Región de Murcia. Respetamos el esfuerzo y todos los acuerdos son bienvenidos, pero pensamos que para la Pediatría es muy insuficiente», advierten estos profesionales en el informe.
La gestión del Servicio Murciano de Salud es criticada en el documento por «la falta de liderazgo y coordinación efectiva en pediatría», lo que «constituye una gran debilidad». «No hay planificación estratégica, y las decisiones se toman sobre la marcha en base a las necesidades que van surgiendo en el día a día», se denuncia.
El informe abunda en este malestar: «No estamos satisfechos con el modelo de coordinación de Pediatría que tiene el SMS. Ha contribuido a enrarecer las relaciones entre los profesionales, que son con frecuencia o casi siempre ajenos a las decisiones que les afectan. Esta falta de planificación y coordinación efectiva ha sido clave para que se hayan perdido efectivos de Pediatría que abandonan la Región de Murcia para trabajar en otras comunidades».
Para la sociedad científica se requieren cambios muy profundos, que parten de una nueva concepción de la salud. «Hay que superar el modelo de salud basado en la prestación de servicios sanitarios», advierte Juan Antonio Ortega. «Los políticos y gestores siguen hablando de cubrir puestos, doblar consultas, listas de espera o ampliar horarios; la política sanitaria gira y gira pero no evoluciona». Frente a este modelo que supone un gasto creciente e «insostenible» se apuesta por un aumento del presupuesto en Educación en un 20%, porque «evitar el colapso sanitario requiere más inversión sobre todo en Primaria y Secundaria». Una ciudadanía «sana, educada, solidaria y empoderada irá menos al médico» y «autogestionará mejor su salud».
La Región de Murcia sigue liderando las tasas de abandono escolar, recuerda Juan Antonio Ortega. «No podemos construir un modelo de salud nuevo si no somos capaces de sostener cierto nivel educativo de nuestros ciudadanos», advierte.
Para llegar a este objetivo se apuesta también por «crear estructuras comunitarias en las que los servicios municipales y los barrios tendrán que jugar un papel muy importante». En concreto, se defiende la «municipalización de la Atención Primaria y la salud pública». Es decir, que el primer nivel asistencial pase a estar vertebrado e integrado con los servicios sociales, educativos y comunitarios. En este sentido, se propone que «la prevención de la obesidad y la mejora de la calidad del aire» pasen a ser directamente una competencia (y una prioridad) de los ayuntamientos. Con la integración de los centros de salud y «los servicios sociales, culturales, deportivos y estructuras de barrio, la salud se amplía». En definitiva, se trata de «municipalizar para desmedicalizar».
Todo este modelo pivota sobre «una sociedad más educada, más participativa» y democrática frente «a un modelo de salud paternalista que ha ayudado a crear una sociedad pasiva, cabreada y líquida, llena de miedos y a veces infantilizada, que con frecuencia espera que la salud se la den otros». La demanda «es ilimitada y los costes insostenibles». Ante esto, toca cambiar, advierte el informe.
El documento, que se pondrá a disposición de los candidatos a las próximas elecciones, tiene como símbolo a la ballena azul. Juan Antonio Ortega explica por qué: «Es el mamífero más grande del planeta. En los ejemplares adultos su corazón es capaz de bombear 80 litros de sangre por latido. Nuestro sistema de salud necesita ballenas azules para insuflar el liderazgo, determinación, eficacia y cultura de la salud que nos permita salir mejores de la actual crisis sanitaria».
Para la Sociedad de Pediatría del Sureste, la mejora de la salud de la infancia empieza en las aulas. Por eso, el próximo día 8 se firmará un convenio de colaboración con la Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres (FAPA) Juan González. El objetivo es sumar esfuerzos para «promover la salud ambiental escolar y ayudar a crear entornos y estilos de vida más saludables en las comunidades escolares».
Con el lema 'Los escolares no votan. 40 horas de trabajo en la escuela y sin prevención de riesgos', ambas organizaciones presentarán un proyecto que pasa por convertir las escuelas en «lugares seguros», libres de riesgos ambientales (como las temperaturas extremas), el humo del tabaco o los motores diésel en el transporte escolar. La FAPA y la sociedad científica colaborarán en la realización de un estudio del estado de salud ambiental escolar durante el próximo curso. Además, se incidirá en estrategias para la prevención de la obesidad infantil y la mejora de la calidad del aire en los entornos escolares.
Este acuerdo será una herramienta más para tratar de alcanzar los ambicioso objetivos que la Sociedad de Pediatría del Sureste se plantea en su informe 'Ballena Azul. Propuesta de transición hacia un nuevo modelo de asistencia pediátrica'. Así, se apuesta por «disminuir a la mitad los niños y niñas con exceso de peso» de aquí a 2030. Entre las metas a alcanzar destaca también el aumento en un 20% del número de escolares conectados a la naturaleza (es decir, que pasan parte de la jornada en zonas verdes), la reducción a la mitad de la exposición a alcohol y drogas ilegales en el embarazo y la disminución en un 15% de la tasa de fracaso escolar.
Los profesionales proponen «hacer visible a la infancia y adolescencia» en las políticas públicas, creando una «Dirección General de la Felicidad de la Infancia y Adolescencia» que se encargaría de la planificación estratégica. También plantean una «superconsejería» que aborde la salud en conexión con el medio ambiente, la educación y los servicios sociales.
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