¿Qué pasa con el AVE a Cartagena?

La conexión de Cartagena a la red de alta velocidad y por ende al Corredor Mediterráneo es una historia de incumplimientos y laxitud ministerial (de ambos colores) a la que no se le ve final. Pedro Saura le dio un empujón al proyecto, pero la losa de los retrasos acumulados es muy pesada. De la promesa del año 2001 de que el AVE llegaría a Murcia y Cartagena casi al mismo tiempo, se pasó a las dudas sobre el trazado entre ambas ciudades. En el año 2010 se planteó un itinerario central con un túnel bajo el Puerto de la Cadena y con una estación en el aeropuerto regional, entonces en obras. Las otras opciones eran mantener el trazado actual por Alquerías, o un enlace nuevo rodeando Carrascoy por el oeste. El trazado centro alejaba el ferrocarril de las poblaciones del Mar Menor, era muy costoso y complicado técnicamente. Al final, el Ministerio optó por el pasillo actual, pero se perdió un tiempo precioso.

Catorce años después de aquello -se dice pronto- han empezado las obras en un subtramo de 17,7 kilómetros entre Sucina y Torre Pacheco. El resto está pendiente de licitación o redacción de proyectos. A esto se añade que el proyecto del baipás del Reguerón-Beniel, una obrita de 12 millones de euros para conectar Cartagena con el Corredor Mediterráneo sin pasar por Murcia, tiene que empezar de cero al rescindir Adif el contrato anterior por «causas geotécnicas».

Si se toma como referencia el tiempo empleado en la línea de alta velocidad con Almería, amén del soterramiento de Murcia, todo apunta a que el AVE no llegaría a Cartagena antes del año 2030, contando con el túnel en la sierra de Altaona y con que se agilice el acceso a la ciudad portuaria, también con una parte soterrada. Después de una larga polémica, el diseño se acordó el año pasado, y desde entonces aún no se ha licitado la redacción del proyecto. En un futuro, la Región de Murcia será la comunidad con más estaciones soterradas, al incluir la de Lorca cuyas obras se acaban de adjudicar, por lo que aventaja a Cartagena. La complejidad de la integración ferroviaria (bajo el antiguo cauce del Guadalentín) hará que la llegada del AVE a la Ciudad del Sol se alargue también hasta 2030. Adif prevé que se pueda operar entre Murcia y Lorca en 2027 (hasta el apeadero de San Diego), pero Almería y la nueva estación tendrán que esperar. Queda pendiente el ramal de alta velocidad hasta Águilas, cuyo proyecto está en redacción. No así la modernización de la línea por Cieza, o del tramo Lorca-Guadix.

Volviendo a Cartagena, su puerto está considerado como el cuarto de España en tráfico de mercancías (sin contar lo que podría aportar El Gorguel, eclipsado por la ampliación portuaria de Valencia), lo cual es otra causa de peso para que ya estuviera conectado al Corredor Mediterráneo. Unido a eso, está pendiente la puesta en marcha definitiva de las vías hasta los muelles de la dársena de Escombreras. Todo muy lento.

Como colofón, quedó en el olvido la idea de prolongar la línea de FEVE hasta Cabo de Palos y San Pedro del Pinatar, un proyecto que habría proporcionado un plus de movilidad sostenible a Cartagena, La Manga y el Mar Menor. Sobre todo como complemento a la alta velocidad y con la finalidad de ganar visitantes. Tratándose de atractivos veraniegos, no hay nada como bajar del AVE con la sombrilla y llegar andando hasta la playa más cercana, como sucede en Alicante y Málaga.

Esto nos devuelve a la estación de Balsicas-Mar Menor, la cual será remodelada para que pueda atender servicios de alta velocidad o similares. Los municipios marmenorenses han aprobado mociones para solicitar una parada del AVE, y también hay una iniciativa en la Asamblea. José Miguel Luengo, regidor de San Javier y secretario general del PP, considera que esa parada sería «positiva» para la zona, y recuerda que los trenes con Madrid siempre han parado en Balsicas. Dice entender la postura de Cartagena, pero también defiende su derecho a reclamar ese servicio. Espera que Adif y Renfe realicen estudios de viabilidad.

La alcaldesa de Cartagena considera que esta decisión debe tomarse «con criterios técnicos y en beneficio de la mayoría», tratándose de un tren que tiene como ventaja la velocidad. «Hay que analizar si merece la pena sumar retrasos a esos trayectos», dijo.

Balsicas es la tercera estación de la Región en número de viajeros con Madrid, después de Murcia y Cartagena. Mueve casi 6.000 usuarios al año, principalmente en los meses de verano. Si se establece una parada, sería una situación parecida a la de Orihuela y Elche en términos de proximidad entre estaciones. La pelota está en el tejado del Ministerio.