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Soledad Becerril posa para una entrevista. Antón Goiri / TESA
Soledad Becerril: «No soy partidaria de las cuotas; prefiero la libertad de escoger»

Soledad Becerril: «No soy partidaria de las cuotas; prefiero la libertad de escoger»

Soledad Becerril - Exministra, exalcaldesa de Sevilla y ex Defensora del Pueblo ·

Historia viva de la Transición, pronunciará la ponencia 'Una mujer en el Gobierno' el miércoles en el foro 'Murcia en Femenino'

Lunes, 25 de febrero 2019, 07:42

Ha sido todo lo que se puede ser en política, pulverizando barreras de género a cada paso: fue la primera ministra española desde Federica Montseny, una de las veintiuna diputadas del Congreso en la primera legislatura democrática, tras las elecciones de 1977. Historia viva de la Transición española, Soledad Becerril (Madrid, 1944) fue también la primera alcaldesa de Sevilla (y del PP en la capital de Andalucía), y la primera Defensora del Pueblo. Con sus memorias 'Años de soledad' recién publicadas, el miércoles participará en la II Semana de las Mujeres 'Murcia en Femenino' de 'La Verdad'.

-Fue la primera mujer en tener una cartera ministerial desde la II República, la primera alcaldesa de Sevilla, la primera Defensora del Pueblo...

-Empecé por interesarme en la vida pública y en la situación de España en la comparación de nuestro país con las democracias del entorno con un grupo de personas de Sevilla, y ahí comenzó mi actividad política, y pasé a ser candidata en las primeras elecciones de la Democracia con Adolfo Suárez. Fui una de las 21 mujeres que llegó al Congreso de los Diputados entre una inmensa mayoría de hombres.

-¿Fue complicado abrirse paso?

-He tenido suerte, pude ir a la Universidad, cuando la mayoría de las mujeres no iban. Tuve la suerte de que mis padres me animaron a seguir estudios universitarios y empecé a comprender y a ensanchar mi horizonte, a conocer a otras personas, otras situaciones... Fue muy importante que se abrieran las puertas mediante la Universidad. La formación, para todos, y muy especialmente para las mujeres, es fundamental.

-Desde esa perspectiva, con todo ese 'background', ¿cómo asiste hoy al movimiento 8 de marzo?

-La situación de la mujer en España ha cambiado muchísimo y de forma muy favorable, de lo que yo vi y viví en las primeras elecciones al Congreso, en los primeros tiempos de la Transición. La situación ha cambiado muchísimo afortunadamente, y tenemos que celebrarlo y decirlo. Hemos logrado muchas cosas; claro, quedan algunas por supuesto. Pero en materia de derechos, de legislación, España es un país puntero en la defensa de los derechos y libertades de la mujer.

-¿Diría que es feminista? ¿Le encaja el término?

-No me encaja, se declaran feministas sobre todo mujeres que pertenecen a una organización de ese carácter. Yo no, soy una mujer con una trayectoria larga, y he defendido derechos y libertades para la mujer.

La cita

  • Lugar Aula de Cultura Fundación Caja Mediterráneo.

  • Cuándo: Miércoles 27 de febrero, a las 17.15 horas. Inscripciones gratuitas hasta completar aforo en eventos.laverdad.es o 968 369 100

-¿Se ha politizado el debate?

-No le doy importancia, me parece más importante el estudio, el análisis y la reflexión del presente y del futuro de la mujer; en materia laboral, de formación, donde nos queda mucho que hacer; equiparación salarial, que no se ha logrado; la conciliación, que también está pendiente...

-Con todo, ¿cree que las mujeres hoy lo tienen más fácil?

-No podemos decir que es más difícil, pero la revolución tecnológica y la competitividad nos abren nuevos campos y nos plantea nuevas dificultades, como la conciliación. Se puede acceder a campos antes impensables, pero no hay posibilidad de tener además una vida de familia.

-¿Se manifestó el año pasado?

-No suelo acudir a manifestaciones; tengo la posibilidad de manifestarme en otros medios, como este.

-El desarrollo de una vida profesional plena y la conciliación con la vida familiar sigue siendo complicadísimo, especialmente para quienes están en puestos poco retribuidos.

-La equiparación salarial me parece muy importante. La retribución debe estar en función de la responsabilidad, la dedicación, la formación, y nada más. No puede estar en función del sexo, lo dice la Constitución. Las mujeres que ocupan cargos de gran responsabilidad tienen más ayuda, pero también tienen jornadas muy largas, sábados y domingos. Una alcaldesa es alcaldesa todo el día, todos los días de la semana.

-Las mujeres nacemos con una hipoteca sobre nuestro tiempo para el cuidado de hijos, de mayores... ¿Hay compensación?

-Yo no le llamo hipoteca. Son labores que la inmensa mayoría de las mujeres cuando lo hacen, lo hacen con afán y entrega. Es cierto que en la mayoría de los casos son las mujeres las que se ocupan, es así, y yo creo que tenemos que repartir y distribuir esas tareas, y tener las retribuciones y ayudas necesarias.

-¿Cómo cree que debe mejorarse la conciliación?

- Algo fundamental, para mujeres y para hombres, es un cambio en los horarios de trabajo que tenemos en España, que hacen muy difícil conciliar. Tenemos que modificar los horarios de trabajo, de comidas y de recreo, y adaptarnos más a otros países europeos.

-El trabajo supone para la mujer muchas cosas, pero sobre todo es clave en su libertad...

-La independencia económica y el ganarse decentemente la vida es fundamental para las mujeres. Por eso es tan importante la formación. Se han logrado muchas cosas, muchos avances, grandísimos, se han roto muchas barreras, y debemos estar aceptablemente satisfechas.

-En su época de ministra tuvo que aguantar comentarios, especialmente de Alfonso Guerra, que hoy serían indefendibles, por su condición de mujer.

-Cuando me nombraron ministra hubo comentarios de todo tipo, fue muy llamativo, los medios nacionales y extranjeros me perseguían. En la sociedad hubo opiniones diversas, personas que se rieron, comentarios despectivos, otros casi ofensivos. Pero también el apoyo, la simpatía y el ánimo de muchísimas personas, como la propia Federica Montseny.

-Uno de los retos pendientes es la lacra de la violencia de género. Después de que Vox rompiera el consenso en ese asunto, su partido se ha aproximado a esa formación. ¿Qué le parece?

-No veo que corra peligro el consenso. Hay que repensar algunos procedimientos en la lucha de violencia de género a la vista de las últimas cifras, sobre todo en materia de procedimientos. En muchas ocasiones no se actúa hasta que no se tiene la certeza de que hay una amenaza, no se debe esperar a tener todas las pruebas en la mano, pero no creo que haya marcha atrás. Sobre cuestiones políticas no hago juicios de valor.

-Fue ministra con otras 21 mujeres en un parlamento de 350 diputados. ¿Le gustan las cuotas y las listas cremallera?, ¿le parece que ayudan a corregir desigualdades?

-Es posible que hayan corregido algunas desigualdades. Yo en general no soy partidaria de cuotas en casi nada. Soy mucho más partidaria de la libertad de elección, de escoger, de decidir, y trabajar para lograr que la formación y las facilidades para actuar den pie a que la mujer participe y esté en los lugares y también en la vida pública.

-Trabajó muy activamente para devolver la democracia al país, y por ella durante la Transición. Asistimos a un momento de desprestigio de esa etapa, ¿cómo lo vive?

-La Transición fueron unos años importantísimos para la historia de España que han dejado un legado, una democracia plena, que es fruto de la Transición. Se hizo con altura de miras, con inteligencia, con deseo de mirar al futuro, sin olvidar el pasado. Es un legado muy importante que consiste en el Estado de Derecho que otras generaciones deben conservar y mantener, y que en lo esencial es un valor fundamental a conservar.

-¿Imagina esa altura de miras en el actual momento político?

-Se puede repetir porque depende de la voluntad y de las personas. Sería muy conveniente en este momento en que tenemos un problema muy grande en Cataluña, con una situación de no acatamiento a la legalidad por parte de un sector que no es mayoritario ni mucho menos. Sigo el procedimiento con mucho interés y con absoluta confianza en la justicia española y el Supremo.

-Hace hincapié en la educación. ¿Cree que el traspaso de competencias, vista la situación en Cataluña, debe revisarse?

-Ya está hecho, y no va a modificarse; pero existe un organismo muy importante que no ha ejercido sus funciones que es la Alta Inspección. Bastaría con que supervisara y llamara la atención a las comunidades que lo merecen y revisara los libros de texto y prácticas como la discriminación por razón de lengua.

-En sus memorias recuerda el asesinato del matrimonio Jiménez-Becerril a manos de la banda terrorista ETA, que vivió muy de cerca.

-España ha sufrido mucho por el terrorismo de ETA. Viví el atentando del teniente de alcalde Alberto y de su mujer, Ascensión; un comando los mató por la noche cuando regresaban a su casa y dejaron tres niños, la mayor de 8 años. Ya se imagina qué dolor, qué desolación, que yo viví, pero que vivió la ciudad entera, que se echó a la calle y mostró el desgarro mayor.

-El comando había preparado su atentado días antes, pero falló. ¿Sintió miedo al enterarse?

-Cuando la Guardia Civil detuvo a los tres terroristas, me enteré de que habían confesado que lo habían intentado tres días antes conmigo, con un coche bomba que falló.

-¿Cree que el terrorismo de ETA es una etapa cerrada?

-Es una etapa cerrada en el sentido de que no hay actos terroristas porque la banda ha sido demantelada. Pero el daño está, y el recuerdo debe estar. En la historia de España debe quedar este daño hecho a tantas familias. No les debemos nada porque hayan dejado de matar, ha sido la sociedad española la que lo ha ganado.

-¿Se estudia lo suficiente en los libros de texto?

-En la institución del Defensor del Pueblo los analizamos y estudiamos durante largo tiempo y llegamos a la conclusión de que apenas hablan del terrorismo de la banda ETA, y no se lee el testimonio de ninguna víctima ni se señala cómo se vulneraron los derechos humanos, e instamos al Ministerio de Educación y al gremio de editores a que lo modifiquen y expliquen la verdad.

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