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La puesta en marcha del Código Ictus en 2010 supuso una mejora muy importante en el abordaje de la enfermedad cerebrovascular en la Región de ... Murcia. Desde entonces, cuando el 061 atiende en cualquier punto de la Comunidad a un paciente con sospecha de infarto cerebral, debe trasladarlo a la Unidad de Ictus de La Arrixaca o del Santa Lucía. Eso sí, siempre y cuando todavía se esté a tiempo de aplicar un tratamiento agudo, lo cual depende fundamentalmente de las horas que hayan pasado desde el inicio de los síntomas. El Código Ictus ha permitido multiplicar desde 2010 el porcentaje de pacientes que acceden a tratamiento en la Región, según recoge un reciente informe del Servicio Murciano de Salud: si hace catorce años se trataba al 5,4% de los afectados por ictus isquémico, ahora se llega al 14,2%.
Sin embargo, el Código Ictus no ha sido suficiente para garantizar a toda la población de la Región un acceso completamente equitativo a los tratamientos. Según señala este estudio, las personas que viven en las áreas de salud de La Arrixaca y el Santa Lucía tienen a día de hoy un 25% más de probabilidades de ser tratados con trombólisis (medicación intravenosa) o trombectomía mecánica (cateterismo) que los ciudadanos que residen en el resto de áreas de la Región.
«A veces los síntomas pueden ser difíciles de identificar, lo que puede llevar a que el 061 no derive al paciente a la Unidad de referencia. O puede que el paciente acuda directamente a su hospital, en lugar de llamar al 112», explica Ana Morales, jefa del servicio de Neurología de La Arrixaca y coordinadora del Programa de Atención al Ictus.
Para complementar al Código Ictus y reducir estos desequilibrios territoriales nació hace ya varios el proyecto 'Teleictus'. Este programa de telemedicina conecta a los médicos del hospital al que acude el paciente con los neurólogos de guardia de la Unidad de Ictus de La Arrixaca. De esta forma, los profesionales pueden valorar conjuntamente las pruebas diagnósticas e iniciar un tratamiento agudo con antitrombóticos sin necesidad de derivación. «En algunos casos se puede administrar medicación y después derivar a la Unidad de Ictus para una trombectomía mecánica», explica Ana Morales.
Los hospitales de Lorca, Cieza y Yecla ya están conectados con La Arrixaca a través del 'Teleictus'. Los resultados son muy positivos, hasta el punto de que es en estas tres áreas donde más se incrementó el porcentaje de pacientes tratados en 2022 y 2023. Salud anunció en 2022 que el 'Teleictus' se implantaría en toda la Región, un objetivo que sigue todavía lejos. De momento, se trabaja para incorporar al Morales Meseguer y al Reina Sofía a este programa en los próximos meses, según informó ayer la Consejería.
Pese a la cercanía de las áreas de salud del Morales Meseguer y el Reina Sofía a La Arrixaca, lo cierto es que los pacientes de estas zonas presentan un menor acceso a la Unidad de Ictus de este hospital de referencia que, por ejemplo, los que viven en el Noroeste. Solo uno de cada tres pacientes de Murcia Este o la Vega Media con infarto cerebral son derivados La Arrixaca. «Para quienes residen en el centro de Murcia puede ser más cómodo ir al Morales o al Reina Sofía, y esto hace que muchas veces ya no puedan recibir tratamiento agudo en La Arrixaca, porque los traslados intrahospitalarios no siempre consiguen ser tan rápidos», explica Ana Morales. De ahí la importancia de que el 'Teleictus' se implante en toda la zona metropolitana de Murcia. Las áreas del Noroeste y Los Arcos tendrán que seguir esperando, de momento.
En el año 2023 se atendió en La Arrixaca a unos 800 pacientes por patologías cerebrovasculares, y a aproximadamente 500 en la del hospital Santa Lucía, según datos publicados por la Consejería de Salud. Además, a lo largo de 2023 se realizaron 332 atenciones por código ictus desde el Servicio de Urgencias y Emergencias 061 en la Región. En el primer semestre de este año se han contabilizado ya 250.
La clave para poder acceder a tiempo al tratamiento sigue siendo la identificación precoz de los síntomas, que pueden ir desde la alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender, a la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo (generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades). El ictus se produce cuando hay bloqueo total o parcial del flujo sanguíneo hacia el cerebro, con el consiguiente daño temporal o permanente a las neuronas.
La Consejería de Salud recuerda que la mayoría de los ictus se podrían evitar controlando los factores de riesgo modificables como la hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad, hipercolesterolemia, sedentarismo y alcohol.
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