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El Ayuntamiento de Lorquí quiere recuperar algunas de las señas que identificaron a este municipio de la Vega Media durante los siglos XIX y XX. Para ello, en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se ha propuesto recuperar las casas cueva que se encuentran diseminadas en los cabezos de las zonas más altas de la localidad que todavía no han sido rehabilitadas por sus propietarios. Es una actuación que cuenta además con el apoyo de Federación Española de Municipios y Provincias y la Universidad de Murcia.
Con más de 500 casas cueva, Lorquí es el municipio con mayor índice de viviendas trogloditas de toda la Región y uno de los mayores de España. Se trata de un conjunto de modelos únicos dentro de su género, ya que la mayoría están escondidas por modernas fachadas que las anteceden y un patio que completaba la forma de vida en estos lugares. Suelen contar con un espacio central que articula, a través de arcos o estructuras adinteladas, el acceso a las demás estancias. Los techos son abovedados y llegan, en ocasiones, a los cuatro metros de altura.
Seguro que uno de los reclamos de nuestros antepasados para instalarse en estas cuevas fue la agradable temperatura de la que se disfruta durante todo el año y especialmente en verano, donde el termómetro no asciende más allá de los 25 grados. Las casas cueva están protegidas por la Administración pública por su valor histórico, artístico y etnológico y algunas de ellas, como la de la familia de Los Tablachos, se han reconvertido en pequeños museos con la exposición de elementos y utensilios del pasado.
Durante décadas, los ilorcitanos han ido construyendo un complejo sistema de interacciones entre terreno, cuevas, edificaciones, rellenos, viales y estructuras, en el que de forma progresiva se han registrado inestabilidades. Este proceso ha ocasionado el abandono de sus viviendas por muchos de sus habitantes, o la reducción de la calidad de vida de aquellos otros que no disponían de otra o de los recursos suficientes para conseguirla.
«La situación de estas casas se vio especialmente deteriorada a partir de 1989 como consecuencia de diferentes episodios de lluvias torrenciales», destacan los técnicos Luis Bernardeau y Miguel Ángel Redondo. De ahí la necesidad de actuar en estos cabezos en los últimos años.
Durante los próximos años, el Ayuntamiento pretende destinar recursos y explorar vías de financiación para hacer de las cuevas un lugar habitable para la población ilorcitana y poner en valor su importante contribución al patrimonio del municipio. Hasta el momento, el presupuesto se está llevando a cabo a través de tres vías: por iniciativa privada de los propietarios, por colaboración entre ayuntamiento y propietarios, y por el proyecto europeo 'Life Cityadap3'.
Por otra parte, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un sistema de ayudas destinadas a la recuperación de las viviendas afectadas por la naturaleza geológica de los cabezos, provocando caídas, desprendimientos o problemas de estabilidad estructural, además de aquellas intervenciones cuya finalidad sea la recuperación de materiales y sistemas constructivos tradicionales. El importe de las ayudas oscila entre los 1.000 y 10.000 euros por demandante. El presupuesto global asciende a casi 400.000 euros.
Entre los vecinos de Lorquí se ha despertado en los últimos años un especial interés por rehabilitar estas casas. Así, algunos de sus propietarios han sido los primeros en proceder a su puesta en valor y, en algunos casos, a abrirlas de par en par para que puedan ser visitadas. Un ejemplo es el trabajo divulgativo que realizan las asociaciones Amigos del Patrimonio y las Cuevas de Lorquí, Camino del Humanismo y de la Ciencia y Asociación Cueva Los Tablachos. Tampoco falta el ingenio de algunos vecinos, como el de Santiago Martínez Alcolea, que ha rehabilitado la Cueva Flamenca para convertirla en un original escenario para actuaciones y otros eventos.
Para el alcalde de Lorquí, Joaquín Hernández, la geografía de los cabezos del pueblo «ha permitido que, durante años, y todavía hoy, se viva en casas cueva, que son un tipo de vivienda sostenible y responsable. Estamos ante una suma de inversiones que, a medio plazo, creará un espacio único en la Región».
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