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El municipio de Ojós recordó este fin de semana a los últimos moriscos que habitaron el Valle de Ricote y que tan injustamente fueron expulsados. Fue el 19 de octubre de 1613 cuando el rey Fernando II firmó el decreto de expulsión de todos los moriscos después de que estos hubieran permanecido asentados en estas tierras durante más de 800 años.
Aquello provocó que todos los pueblos que conformaban por entonces el Valle de Ricote quedaran despoblados. No obstante, algunos años después, algunos de los 'expulsos' lograron regresar y proseguir con lo que se habían dejado a medio. Hoy, 400 años después, aún es fácil localizar a los descendientes aquellos pobladores y, cada año, organizado por el Ayuntamiento de Ojós, se les rinde un merecido homenaje.
El sábado tuvo lugar un pequeño desfile de Moros y Cristianos con kábilas y mesnadas de Archena y de Cieza, y este domingo el presidente honorífico de la Asociación de Cronistas de la Región, Ricardo Montes Bernárdez, fue el encargado de leer el manifiesto en recuerdo a aquellas almas en compañía de sus descendientes.
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