Borrar
Dos moteros, este domingo, en la concentración de Blanca.

Ver 55 fotos

Dos moteros, este domingo, en la concentración de Blanca. Kiko Asunción / AGM

Una marea de moteros se adueñan de Blanca en un día de fiesta y buen rollo

La tercera edición de la concentración de motos organizada por el club Peña Negra reúne a una multitud de asistentes de muchos puntos de la Región de Murcia en un ambiente festivo con mercadillo, almuerzo y música en directo

Jesús Fernández

Domingo, 16 de febrero 2025, 16:21

El rugir de los motores, el olor a una rica comida y, sobre todo, el buen ambiente eran este domingo los principales ingredientes de un menú donde los comensales podían disfrutar de una concentración motera en Blanca por todo lo alto y en el que los chefs ponían la guinda al pastel mostrando sus motos.

Las motos, principales protagonistas, eran variadas, siendo las de carretera y las 'customs' las predominantes. Pero, había espacio para ver algunas con más años que un bosque a sus espaldas, otras tenían un encanto natural, decoradas con muñecas simulando llevar una pasajera o parcheadas con las experiencias que ha vivido en sus muchos kilómetros recorriendo el mundo. Por supuesto, las más tradicionales con sus alforjas preparadas para un largo viaje por carretera. Tampoco podía faltar el cuero, complemento tradicional de un auténtico motero, y como es lógico el color negro teñía la estampa de esta mañana de febrero en Blanca.

Los vecinos de Blanca se desperezaban de una manera diferente en esta mañana del 16 de febrero. Los decibelios eran más altos de lo normal, ya que se esperaba que entre 800 y mil personas, según estimaba la organización, con sus respectivas motos, se divirtiesen en la III edición de la Concentración Motera de Blanca, un evento organizado por el club Peña Negra en colaboración con el ayuntamiento de la localidad. El lugar elegido era idóneo, a la ribera del río Segura con un tiempo extraordinario. «El sol ha salido y parece que va a hacer un día espectacular para pasarlo en grande», apuntó Pascual Bernal, encargado del Instagram del club organizador.

Los asistentes iban llegando poco a poco, algunos venían como lobos solitarios, pero la gran mayoría llegaban en jauría. Esto es «para estar con los amigos, relacionarnos con las demás peñas, ver los puestos, disfrutar de la música», nos contó Paca Baeza, que se acercó a Blanca desde Alcantarilla para «pasar un rato agradable». Desde Almoradí (Valencia) se acercó Pepe García, un debutante en esta concentración, que llegaba con sus expectativas claras: «que nos traten muy bien, que nos den buenos bocadillos para comer y que bebamos mucha cerveza». Seguro que se quedó satisfecho porque la plancha no paraba de echar humo, el grifo de cerveza no dejaba de tirar cañas y el buen rollo emergía por todos los rincones.

El acontecimiento no pasaba de desapercibido para nadie. Además de los moteros, varios ciclistas hacían un alto en su ruta para husmear en lo que estaba ocurriendo en Blanca o familias que trazaban un plan diferente para este domingo y aprovechaban la ocasión para montar un pícnic a orillas del Segura. A la entrada del recinto, se situó un mercadillo, en el que podías adquirir parches, bandanas, chupas de cuero, entre otros objetos relacionados con el mundo de la motocicleta. Las actividades preparadas eran una rifa, en la que se sorteaban hasta cinco jamones, premios al motero y a la motera más sexys y música en directo a cargo del grupo Rock & Bolesca. En este espacio, también, dejaban su lugar a míticos coches del pasado para que las viejas generaciones no se olviden de ellos y las nuevas puedan conocer una pequeña muestra de los vehículos de sus padres y abuelos.

«Vamos aprendiendo de los errores y mejorando para hacerlo mucho más grande», concluye Pascual Bernal. La intención es que este evento se convierta en una tradición en el municipio, que tras cumplir su tercera edición, esperan seguir creciendo «año tras año».

La moto lo es todo

El mundo de la moto es conocido por esta libertad que transmite, nada importa más que tú y tu moto. Ataviarte con tus mejores galas, subirte a tu 'burrra' y darle gas a fondo es una sensación «indescriptible» para Daniel, que acude con sus amigos desde Calasparra a esta concentración. Pedro Lorca va un paso más allá y para él un «domingo que no me monto en la moto no es domingo y no me acuesto con ella porque no me cabe en la cama», concluye este vecino de Mula.

Para Paco Saura, de Murcia, define su experiencia encima de la moto como «Una manera de desconectar de la vida laboral» «un desahogo que tenemos mi mujer y yo para disfrutar en el fin de semana con los colegas». Cada uno tiene un motivo por el que se sube a la moto cada vez que puede, porque si no te puede entrar «mono» como a Paca Baeza, pero la tónica general, y con lo que todos estarán de acuerdo, es la definición de Pepe García, que dice que «el mundo de la moto es todo».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Una marea de moteros se adueñan de Blanca en un día de fiesta y buen rollo