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Mar Domínguez y Manuel Buitrago
Domingo, 24 de diciembre 2023, 07:06
Las concesiones del Gobierno a los independentistas catalanes no suponen para el ministro Óscar Puente un trato de favor a Cataluña. Lo dijo el viernes ... en Extremadura, comunidad que reclama una deuda en materia de infraestructuras y adonde su vuelo desde Madrid llegó con dos horas de retraso por bruma en el aeropuerto de Badajoz, que carece de sistema antiniebla de aterrizaje.
–El pacto con Junts para la investidura de Pedro Sánchez contempla, de momento, condonación de deuda, concesión de los tributos que se pagan en Cataluña, un plan para que regresen las empresas que se fueron a raíz del referéndum ilegal, la puerta a un pacto fiscal... ¿No vulnera esto la solidaridad interterritorial que marca la Constitución?
–Nos hacemos un poco de lío en nuestro país con la condonación de la deuda porque lo único que hace es cambiar de manos. El Estado asume la responsabilidad del pago y el presidente ha ofrecido hacer lo mismo al resto de comunidades. Lo de la gestión de los impuestos era una pretensión de Junts, pero no forma parte del acuerdo. Al menos, de momento. Cataluña, en muchas ocasiones, ha sido la primera en reivindicar y la primera en obtener, pero el resto ha ido detrás. Quiero recordar la cesión del IRPF que hizo en su momento José María Aznar a Jordi Pujol y es algo que luego acabaron reivindicando y obteniendo el resto de comunidades. Es decir, que se empieza por Cataluña pero se acaba trasladando un dibujo similar al resto de comunidades. La igualdad territorial no se puede medir solo en términos de financiación autonómica, que sin duda también.
–¿No hay un trato de favor hacia Cataluña entonces?
–No, hay un trato diferenciado. De hecho, en una materia que a mí me toca, que son las infraestructuras ferroviarias de cercanías, se ha hecho una propuesta al conjunto de comunidades autónomas porque la ley lo permite. No es un tema sencillo, no lo va a ser en el caso de Cataluña, ni lo ha sido, porque este proceso ya se inició allí en 2010. Estamos culminando un proceso que se inició hace 13 años.
–Justifican estos pactos y la amnistía en que quieren pacificar y normalizar Cataluña. ¿Por qué no se hizo en la anterior legislatura y no ahora por necesidad, por los siete votos de Junts?
–Durante la anterior legislatura se hicieron muchas cosas en esa materia: los indultos, las reformas del Código Penal... El camino ya se estaba andando. Ahora se da un paso más, que es el de la Ley de Amnistía. Y que lógicamente tiene que ser diferente del de los indultos porque hay personas que no han sido sometidas aún a juicio. Por tanto, la solución ya no podía ser la misma si lo que queríamos era encauzar el problema y evitar que el conflicto político que se produjo en su momento se solucionara estrictamente en los tribunales. Eso al final es lo que se pretende: resolver una cuestión que en principio fue política haciendo política. Pero la amnistía es coherente con los pasos que se dieron.
–Ya, pero se podría haber planteado antes.
–Ni el presidente ni yo hemos eludido la cuestión de que el momento, evidentemente, ha condicionado la decisión. Pero también hemos añadido que esto se hubiera hecho aunque no hubiéramos necesitado los votos de Junts. Yo no veía –ni creo que nadie en el Gobierno viera– un escenario de una legislatura en el que no nos hicieran falta los siete votos de Junts, pero viéramos de nuevo procesos judiciales, condenas y encarcelamientos después de seis años del 1 de octubre de 2017 y después de que Cataluña, digamos, ha desinflamado mucho la confrontación. Se hubiera dado esta decisión. Probablemente no ahora y sí dentro de un año, pero se hubiera dado con falta o sin ella de los votos de Junts porque, a pesar de que esto se pueda ver como una circunstancia relacionada con la investidura, es una medida que tiene el fin de pacificar.
–El pacto ha abierto otra confrontación con el Poder Judicial por el 'lawfare'. ¿Cree que ha habido guerra sucia desde los tribunales para perseguir políticamente a los procesados por el referéndum ilegal?
–Yo, desde luego, no creo que haya habido una extralimitación por parte de los jueces más allá de la propia ley. Lo que no quiere decir que no haya un derecho a la crítica y que desde el independentismo no se vean así las cosas, pero esa no es la postura del PSOE. Sí que creo que en este país hay una utilización en muchas ocasiones de la justicia con fines políticos. Y que hay casos en los que hay una cierta intencionalidad política en algunas decisiones.
–Otras cesiones a Cataluña: el mediador para la negociación de Junts y PSOE. ¿Esta situación resta legitimidad al funcionamiento de los órganos constitucionales y proyecta una imagen de España hacia el exterior de debilidad?
–La imagen internacional de España es en este momento inmejorable. Esta cuestión tiene fuera de España muchísima menos atención de lo que algunos quieren hacer ver. El problema de los acuerdos que hemos alcanzado y de la relación entre el PSOE y el independentismo catalán es que partimos de una posición de enorme desconfianza mutua. Se ha considerado que era buena la existencia de un mediador que lime asperezas para encontrar un camino de entendimiento. Puede que chirríe y puede que sea abiertamente cuestionable, pero si al final conseguimos que quienes se salieron del sistema a través del cual hay que canalizar la política, vuelvan a él, será un esfuerzo bien empleado. En este país las diferencias se han estado ventilando por los cauces democráticos hasta que llegó la ruptura de 2017, que no provocamos nosotros, ni la gestionamos, nos la encontramos.
–La oposición acusa a Sánchez de entregar Pamplona a los etarras y que la moción de censura estaba prevista para conseguir el apoyo de Bildu en la investidura. ¿Ha surgido o era planificada?
–Lo segundo, lo niego categóricamente. Es falso. ¿Entendería alguien que Bildu hubiera consentido por activa o por pasiva que se hubiera formado un Gobierno con un partido que lo que pretende es ilegalizarles? Pero no solo a ellos, al PNV también. Niego categóricamente que eso sea así. Lo segundo, y lo he dicho en el Parlamento, no tengo problema con que Bildu se haga con la Alcaldía de Pamplona. Me expreso en mi nombre y explico por qué Bildu no es ETA.
–Bueno, siguen sin condenar el terrorismo.
–Han cumplido con lo que les exigía la ley de partidos, que es rechazar el terrorismo. Tampoco el PP ha condenado al franquismo y lleva cuarenta y pico años haciendo política en este país. Bildu es un conglomerado de partidos que tienen orígenes y fines muy distintos. Óscar Matute no tiene nada que ver con ETA ni con su entorno político. El futuro alcalde de Pamplona condenó en su día el terrorismo y estuvo frente a ETA. Y se involucró en Bildu cuando renunció a ejercer la violencia. No es que lo diga yo, es que Sémper decía que simplificar hasta el punto de decir que Bildu es ETA no era posible. Y lo dijo hace muchos años. Y Javier Maroto pactó los presupuestos de su ayuntamiento y dijo que ojalá cundiera el ejemplo. A ETA le dijimos que si dejaban las armas y hacían política tenían un sitio en nuestras instituciones. Lo dijo hasta el señor Aznar: es mejor coger el acta de concejal o de diputado que empuñar un arma. Bueno, pues eso lo hemos conseguido y es un mérito de nuestra sociedad. Si con ellos no se puede pactar, ¿en qué se traduce su participación política? Si no se puede acordar nada con ellos y no se les permitir gobernar, ¿cuál es la traducción efectiva de su participación en política? No hay motivos para que la participación política de Bildu no sea en plenitud de derechos. Y deberíamos dar gracias. En este país se ha subido el salario mínimo interprofesional con Bildu y las pensiones con Bildu. Y ha sido en beneficio del conjunto de la ciudadanía española. Es momento de acabar con la falacia de que Bildu es ETA.
–¿Puede sobrevivir este Gobierno con la espada de Damocles de los separatistas?
–Espero que sí. Hay una cierta coincidencia de voluntad y de intereses. Y mientras eso siga produciéndose, y creo que no va a dejar de producirse en el corto plazo, el Gobierno tiene vocación de continuar. El Gobierno va a resistir porque va a seguir haciendo un buen trabajo por este país.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, defiende la inversión estatal en la Región de Murcia e insiste en que el trazado del AVE a Madrid por Alicante es ventajoso con respecto a la oferta ferroviaria anterior.
-Los usuarios de tren de la Región de Murcia tienen que dar un rodeo por la provincia de Alicante, con muchas paradas, para comunicarse con Madrid, lo cual alarga el viaje del AVE hasta las 3 horas y media. La alternativa es el trazado tradicional directo hacia Albacete, una obra a la cual se comprometieron los sucesivos Gobiernos desde el año 2001. ¿Qué planes tiene su Ministerio para modernizar esta línea, que está incluida además en la Red Transeuropea de Transportes, recién ampliada?
-El recorrido actual responde al desarrollo del Corredor Mediterráneo Europeo y, aunque es cierto que hacia Madrid se recorren más kilómetros por este itinerario, no es menos cierto que ofrece más posibilidades de conexión entre ciudades vecinas y posibilita, a la vez que una mejora de tiempos con Madrid, una mejora de la movilidad local. Esta actuación, como todas las relacionadas con el Corredor Mediterráneo, va mucho más allá de conectar una ciudad con Madrid. Llevamos años oyendo quejas de la red radial y que todo pasa por Madrid y ahora nos quejamos de una red mallada que añade otros destinos, además de Madrid, a su configuración.
En todo caso, de eso se trata la red mallada y por eso la estamos potenciando: el Corredor Mediterráneo no se trata de mejorar exclusivamente la movilidad y la conectividad de ciudades lejanas con Madrid a través de la alta velocidad, sino mejorar también la movilidad cotidiana del día a día de una amplia mayoría de ciudadanos, en este caso murcianos y alicantinos. Al respecto de los planes para electrificar la vía hacia Albacete, está prevista, tal y como se recoge en planificación europea, para 2040. Ya lo hemos dicho muchas veces y trabajamos de acuerdo con dichos plazos.
Conviene también recordar que en septiembre de 2018, cuando introdujimos el tren híbrido para reducir el tiempo del trayecto Madrid-Murcia por Cieza y Camarillas, el viaje quedó en tres horas y media y que, cuando pusimos la variante de Camarillas en servicio en 2019, conseguimos reducir ese tiempo a tres horas, un tiempo mayor al que ahora conseguimos con la llegada del AVE a Murcia.
Y profundizando en los tiempos de viaje, Renfe tiene programados ocho AVE diarios entre Murcia y Madrid. Cuatro de ellos no pasan por Alicante y conectan ambas ciudades en 2 horas y 45 minutos, lo cual supuso un ahorro de tiempo de viaje de 30 minutos. En ellos Renfe ha transportado a 591.755 viajeros durante el primer año de servicio. Y ahora, Renfe ha iniciado también los servicios de bajo coste Avlo a Murcia, con lo que hemos incrementado el número de trenes de alta velocidad que circulan entre las dos ciudades, pasando a ser de diez trenes diarios [8 AVE y 2 Avlo], cinco por sentido.
-Murcia es el séptimo municipio de España y aún no tiene finalizada su circunvalación, lo cual provoca continuos atascos. El Ministerio construye el Arco Noroeste, pero aún no se ha licitado el Arco Norte de la ciudad, que lleva siete años de retraso, ni el tercer carril de la autovía A-7 Murcia-Alicante.
-La inversión del Ministerio en la Región de Murcia desde junio de 2018 casi alcanza los 1.500 millones y la licitación de inversión los 2.600 millones, más de seis veces lo licitado por el anterior Gobierno en el mismo periodo temporal inmediatamente anterior. Con estas cifras nunca vistas en la Región hemos llevado el AVE a Murcia, estamos trabajando en la conexión ferroviaria a Alicante y a Almería y, en materia de carreteras, hemos licitado obras viarias por 391 millones, por delante de regiones como Madrid, hemos puesto en servicio el tramo este de la autovía del Reguerón y el tramo de la autovía A-33 entre el enlace con la N-344 y el enlace con la A-31, actuaciones viarias por valor de más de 216 millones.
Tenemos, además, actuaciones en ejecución por valor de 277 millones. Una inversión destinada a obras prioritarias para Murcia como la ejecución de los tres tramos del Arco Noroeste. También estamos a punto de poner en servicio el último tramo de la A-33, que ha supuesto una inversión de 106 millones. En lo relativo a los terceros carriles de la A-7, ya hemos licitado el tercer carril entre Crevillente y Orihuela por 105 millones e iremos priorizando el resto en función de los tráficos y la seguridad.
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