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Suma y sigue. La Región vive estos días una oleada de pateras sin precedentes. En la última semana, más de 300 inmigrantes irregulares han sido sorprendidos tratando de alcanzar la costa de la Región a bordo de barcazas, lo que ha desbordado al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y obligado a trasladar a 'sin papeles' a las ONG. La cifra continuó aumentando este viernes con la llegada por la tarde al puerto de Cartagena de siete nuevas embarcaciones con 81 'sin papeles' a bordo'. Este sábado, otras dos pateras fueron interceptadas en la costa de Cartagena con 19 personas a bordo por lo que el número de inmigrantes llegados desde la tarde de este viernes asciende a 100, a la espera de recibir a las personas que viajaban en las tres pateras detectadas.
Las dos primeras arribaron el viernes al puerto de Cartagena en torno a las seis de la tarde remolcadas por la patrullera 'Río Guadalentín' de la Guardia Civil. En ellas viajaban 26 magrebíes, cinco de ellos menores. El servicio marítimo del Instituto Armado acercó poco después una tercera embarcación con otros diez inmigrantes. La 'Salvamar Mimosa', de Salvamento Marítimo, llegó a puerto a primera hora de la noche con otros 45 tripulantes de cuatro barcos. Como suele ocurrir, esta nueva remesa fue atendida en el puerto cartagenero por voluntarios del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (Erie) de Cruz Roja. Según precisaron fuentes de la ONG, todos se encontraban en buen estado de salud y solo fue necesario un traslado sanitario.
La de ayer fue una jornada movida en gran parte del Levante. Salvamento Marítimo rescató también a otros 53 inmigrantes que se jugaban la vida en una lancha a 40 millas al sur del cabo granadino Sacratif en aguas del Mar de Alborán. Otra veintena de argelinos fueron rescatados por la mañana en dos pateras frente a la costa de la localidad alicantina de Guardamar. Otra barca, localizada a 1,5 millas al sur-sureste de Mesa Roldán, en las costas de Carboneras (Almería), llevaba a bordo a 25 personas.
Con esta nueva avalancha de barcazas, ya son 333 los inmigrantes irregulares llegados a la Región desde el pasado fin de semana. La cifra ha superado todas las expectativas y ha colapsado el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), dependiente del Ministerio del Interior. En estas instalaciones, ubicadas en la pedanía murciana de Sangonera la Verde y custodiadas por la Policía Nacional, suelen ingresar los 'sin papeles' que son sorprendidos a bordo de una patera a la espera de que se tramite su orden de expulsión. Según precisaron fuentes de la Delegación del Gobierno, la falta de plazas en este centro -está preparado para alojar a 138 personas- ha obligado, como medida extraordinaria, a desplazar magrebíes al albergue con el que cuenta la Fundación Cepaim en Torre Pacheco. Esta entidad tiene suscrito un convenio con el Estado para prestar este acogimiento.
En estos centros los inmigrantes no son custodiados policialmente, aunque, tal y como precisaron las fuentes, sí se les está tramitando una orden de expulsión. El Colegio de Abogados de Cartagena, sin embargo, no ha recibido estos días, como suele ser habitual, la petición de abogados del turno de oficio para acompañar a estas personas en su puesta a disposición judicial.
Juan Guirado, portavoz de la asociación Convivir sin racismo, recalcó que estos días la Región vive «un momento extraordinario», que está obligando a adoptar «medidas excepcionales». El portavoz achacó esta oleada de pateras sin parangón al buen estado del mar y a la situación meteorológica que se está viviendo este mes de octubre, además de a las dificultades que están experimentando de un tiempo a esta parte las rutas migratorias a través de Libia. Guirado manifestó su convencimiento de que tras esta llegada masiva de inmigrantes no se encuentra ninguna nave nodriza que acerca las barcas desde Argelia a la costa española, como en ocasiones se ha barajado. «Ellos nunca nos hablan de nada así», remarca. «Nos cuentan que pasan más de 20 horas en alta mar. Esta es una aventura de alto riesgo».
Guirado remarcó la preocupación de su organización por el elevado número de menores no acompañados que están llegando en patera a la Región -en ocasiones de edades muy cortas-. Una realidad que ya ha obligado este mes a la Comunidad a crear plazas de urgencia en algunos centros y que, remarca Guirado, exige una respuesta política. «La Comunidad debe exigir al Gobierno central recursos para poder atender a esos menores de edad», remarcó. Esta asociación incide, además, en la necesidad de trabajar con el Gobierno argelino, de donde provienen la gran mayoría de los inmigrantes, para tratar de atajar el problema.
Convivir sin racismo advierte de que la situación en el CIE de Murcia, que tantas veces ha denunciado, es ahora mismo, al tope de su capacidad, muy mala. «Las condiciones son pésimas y la situación es de hacinamiento», recalca Guirado. Este centro ha vivido en los últimos años varios motines y fugas con agresiones a algunos de los policías que se encargan de su vigilancia.
La llegada de estos nuevos tripulantes eleva a 884 la cifra de inmigrantes recibidos este año. El viaje que emprendieron lo inician cada día centenares de africanos. El mar no tiene fronteras. El peligro que entraña la brecha del Mediterráneo no consiguió frenar las aspiraciones de los más de dos mil inmigrantes irregulares que fueron sorprendidos en el último lustro tratando de alcanzar la costa murciana a bordo de una patera.
Pese a la vigilancia y los acuerdos internacionales, la cifra no deja de crecer, imparable. De acuerdo con los datos que maneja la Delegación del Gobierno -que solo recogen la proporción del fenómeno que acaba siendo detectada por los efectivos de la Guardia Civil o de Salvamento Marítimo-, los 529 'sin papeles' sorprendidos el pasado año duplicaron el número registrado en 2015 y, sin embargo, la cifra ya se ha quedado pequeña. A dos meses aún de cerrar este 2017, suman ya 884 los inmigrantes que se jugaron la vida encima de una barcaza para llegar hasta Europa, la tierra prometida. La cifra supera, incluso, las cotas de 2007 y 2008, los más fuertes de este fenómeno, previos a la instalación en el litoral del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior. A partir de 2009, la instalación de este avanzado dispositivo de radares y cámaras de infrarrojos logró rebajar la arribada de pateras un 80%. De los 732 inmigrantes arribados a la Región en 2009 se pasó, en 2013, a apenas 160, un impresionante descenso que ahora parece romperse.
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