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A Juan Castejón apenas le llevó unos segundos reconocer ante el tribunal una auténtica abominación. Con solo unos monosílabos, este empresario, que ocupó durante ... años la presidencia de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Cartagena (COEC), cumplió con el trámite y despachó su culpabilidad, asumiendo los pagos que realizó a cinco adolescentes, de entre 15 y 17 años, por sendos contactos sexuales hace ya más de una década. 'El Petrolero' es el rostro más conocido en el grupo de siete profesionales que esta semana lograron eludir con un pacto las elevadas penas de prisión que afrontaban acusados de colaborar en la prostitución de un grupo de menores en Murcia. El suyo es uno más de los innumerables acuerdos que se tejen en una administración de Justicia, que lleva años clamando por una solución a su inmanejable saturación y sus disparatados tiempos de respuesta.
El dicho popular dice que 'vale más un mal pacto que un buen pleito' y eso algunos letrados parecen tenerlo claro. Los acuerdos se imponen en los tribunales. Según datos de la Fiscalía, el 87,3% de las sentencias que se dictan en los juzgados de la Región ya se pactan para evitar el banquillo.
De las 9.153 sentencias que salieron el pasado año de la Audiencia Provincial, los juzgados de Instrucción y los juzgados penales –excluyendo los delitos leves– hasta 7.999 recogían un acuerdo entre las partes, conforme a los datos facilitados por la Fiscalía. La cifra supone ya el 87,39% del total, un porcentaje que ha ido creciendo poco a poco en los últimos años. En 2020, por ejemplo, los pactos se encontraban tras el 82,5% de las sentencias.
El catedrático de Derecho Penal y director del departamento de Ciencias Penales y Criminológicas de la Universidad de Murcia (UMU) Jaime Peris explica que este tipo de pactos en los tribunales son muy frecuentes y que el sistema avanza cada vez más a este tipo de soluciones. «Los juzgados intentan por todos los medios que haya acuerdos», remarca. «De hecho, antes los fiscales a la hora de pedir la pena no siempre se iban al máximo. Ahora, sin embargo, es extraño que no lo hagan, sobre todo cuando creen que luego puede haber una conformidad». Esas elevadas peticiones de condena, remarca, 'asustan' a los justiciables y, de alguna forma, pueden ayudar a allanar la negociación.
La aceptación del delito es una de las condiciones 'sine qua non' que el Ministerio Público fija para acceder a negociar, como ocurrió en este caso, una conformidad. La denominación técnica de estos acuerdos es la de juicios por conformidad y consisten en pactos, previstos en la ley, que evitan la celebración de juicios. Traen de la mano una sustancial rebaja de las penas para los procesados.
Estos se aplican, normalmente, a delitos menores y permiten dar una salida rápida a miles de asuntos que, de no optarse por esta solución, saturarían aún más el sistema en una administración marcada por la elevada litigiosidad y los dilatados tiempos de respuesta. Las conformidades, sin embargo, también encuentran hueco en otros asuntos de mayor calado, como crímenes, tráfico de drogas o sonados casos de corrupción, que terminan resolviéndose con penas poco menos que simbólicas. Pactos que, en ocasiones, no están exentos de polémica.
Preguntado por LA VERDAD, el fiscal superior de la Comunidad, José Luis Díaz Manzanera, explicó que la causa esencial de la reducción de penas en el caso de la red de prostitución de menores es la atenuante de dilaciones indebidas «que la ley permite como muy cualificada ante retrasos significativos y que supone una rebaja en uno o dos grados». Esta atenuante solo se aplica si se considera que ha habido una dilación «extraordinaria e indebida en la tramitación del procedimiento, siempre que no sea atribuible al propio inculpado y que no guarde proporción con la complejidad de la causa».
Algunos casos
Penas mínimas al 'clan de La Loles'. Los principales integrantes de uno de los chiringuitos de venta de estupefacientes más conocidos de Murcia, en el barrio de La Fama, volvieron en 2023 a escapar de la justicia con penas mínimas. Dolores M. S., 'La Loles', varios de sus hijos y algunos de sus secuaces reconocieron haber manejado el negocio de la venta al menudeo de droga en este conocido enclave de la capital, cerrando así un acuerdo con la Fiscalía que les evitó -salvo a uno de ellos- el paso por prisión.
Polémico final para el 'Prestige' de la basura. El juicio por el desastre medioambiental ligado al vertedero de Abanilla se acabó resolviendo en los pasillos. Los hermanos Fenoll optaron por agarrar un acuerdo de conformidad al que habían cerrado la puerta años antes. Ramón Fenoll, unos de los principales acusados de la gestión de las basuras en la planta de Proambiente, se quedó finalmente solo en el banquillo asumiendo haber enterrado sin autorización ni control, entre los años 2002 y 2009, miles de toneladas de residuos sin tratar en un espacio natural protegido de la Sierra de Abanilla.
Rebaja en un brutal crimen. El acuerdo alcanzado por las partes en el caso del vecino de Cartagena acusado de matar a martillazos a su mujer facilitó la labor del jurado. Este solo tuvo que sellar un pacto que rebajó la condena del homicida confeso de 25 a 12 años y nueve meses de cárcel.
Los 'jóvenes de las vías'. Un pacto permitió eludir la entrada en prisión a tres veinteañeros procesados por los disturbios que se vivieron en la capital murciana en el otoño de 2017. Afrontaban hasta ocho años de cárcel y lograron rebajar la condena a solo un año y 9 meses de cárcel, pena que, además, quedó suspendida.
Abusó de su nieta durante años. Un hombre de 77 años asumió hace unos años ante la Audiencia haber sometido a abusos sexuales a su nieta desde los seis hasta los once años. El reconocimiento de estos hechos le permitió salir del Palacio de Justicia con una condena de dos años bajo el brazo.
Robaban coches para 'vuelcos'. Durante meses, sustrajeron decenas de automóviles en la Región para utilizarlos en robos, atracos o 'vuelcos' de droga. Los quince integrantes de esta banda afrontaban penas que sumaban la friolera de 112 años de prisión, pero acabaron aceptando condenas de menos de un lustro.
Atropello en un carril de huerta. Un vecino de la pedanía murciana de Alquerías fue condenado recientemente por la Audiencia a seis meses de prisión por el atropello mortal de una mujer en un camino de huerta del municipio. El hombre, que afrontaba un año y medio de prisión, reconoció los hechos y cerró un acuerdo con el fiscal.
El fiscal superior de la Comunidad avanza, no obstante, que la Fiscalía General del Estado está trabajando en una circular para abordar el impacto de este tipo de acuerdos en las víctimas. Díaz Manzanera considera que esas instrucciones podrían trazar algunos «límites» a estos pactos.
Efectivamente, este asunto llegó a estrados una década después de que el caso estallase, cuando uno de los acusados ya había fallecido y otro había sido incapacitado por enfermedad. No es un caso aislado. Los retrasos son el pan nuestro de cada día en una justicia, la murciana, que ya se colocó el pasado año como la más lenta del país. Esta administración, atenazada por la elevada litigiosidad, la falta de medios y los efectos de las sucesivas huelgas que se libraron el pasado año –primero la de letrados de la Administración de Justicia y posteriormente la de funcionarios–, cerró 2023 con los peores datos de su historia reciente. Los murcianos son los españoles que más deben armarse de paciencia para encontrar una primera respuesta a su demanda judicial. La espera media, que repuntó hasta un 41% en el primer trimestre de este año, alcanza ya los 11,9 meses de media, conforme a los datos que maneja el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Los juzgados de instrucción de la Comunidad son los segundos del país que más tardan en tramitar uno de estos casos –procedimientos abreviados–. Concretamente, se dilatan una media de 11,1 meses, frente a los 8,6 meses de la media nacional. Una vez que el juez instructor cierra la investigación y el caso llega a la Audiencia, la situación no mejora. Los tribunales de la Región, con 21,2 meses de media, son los que más tardan en llevar a juicio este tipo de procedimientos. El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Miguel Pasqual del Riquelme, ya achacó en mayo estos retrasos «al olvido de nuestra región en las instancias políticas de decisión».
Podemos criticó duramente ayer la sentencia de la Audiencia que permite a siete empresarios librarse de prisión tras reconocer que pagaron a menores por tener sexo. La diputada regional María Marín tildó la resolución de «lamentable» y remarcó que es «la enésima prueba de que en Murcia hay un sistema de justicia machista y patriarcal». En este sentido, sostuvo que la Audiencia Provincial «lleva años dejando libres a la mayoría de agresores sexuales a cambio de multas ridículas, en este caso de 500 a 2.000 euros, y a veces un cursillo de reeducación». Marín acusó a los magistrados de la Audiencia Provincial de «aplicar automáticamente las penas mínimas, porque las vidas de las mujeres parece que no importan a sus señorías».
Podemos aseguró «no entender cómo la Fiscalía avala este acuerdo». En este sentido, avanzó que el diputado regional Javier Sánchez Serna exigirá explicaciones al ministro de Justicia sobre este polémico caso.
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