El Observatorio de Igualdad se estrena con su primer pleno

La vicepresidenta y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, Isabel Franco, presidió ayer el primer pleno del Observatorio de Igualdad de la Región de Murcia, que quedó constituido el pasado 12 de diciembre con la publicación de los miembros que lo componen en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM).

La reunión sirvió para dar a conocer a los 38 miembros que pasan a formar parte del pleno hasta un máximo de cuatro años, así como a las entidades a las que representan.

Además, se procedió a la elección por sorteo de la vicepresidencia segunda, que recayó sobre la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de la Región (Fademur) y se consensuó, por unanimidad, que las asociaciones y entidades sin ánimo de lucro que no resultaron seleccionadas en el sorteo público –realizado el pasado 16 de noviembre– para entrar a formar parte de este órgano, puedan participar con voz pero sin voto.

El Observatorio está formado por representantes que tratarán de canalizar con su trabajo el principio de igualdad real y efectiva y la no discriminación. Se encuentran, entre otros, la Administración pública de la Región, la Federación de Municipios, sindicatos, organizaciones empresariales, organizaciones de personas con discapacidad, asociaciones de mujeres, representantes del ámbito educativo, judicial y periodístico, así como miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Franco indicó que «hemos dado un gran paso en favor de la igualdad, trabajando en conocer la realidad de la mujer en nuestra sociedad gracias a la aportación de todas las entidades».

Entre las funciones del Observatorio están la recopilación de información relativa a la situación de la mujer en la Región, la realización de análisis, estudios y diagnóstico de los problemas detectados en violencia de género; remitir periódicamente toda la información estadística al Centro Regional de Estadística de Murcia (CREM) y proponer actuaciones orientadas a evitar expresiones sexistas del lenguaje y a disminuir la frecuencia de las mismas en la publicidad.