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La pandemia de salud mental, que está castigando con especial virulencia a adolescentes y niños también en la Región, será atendida con más recursos y nuevas estrategias de prevención. Las consejerías que tienen algo que aportar para remontar el empeoramiento acusado desde el inicio de la pandemia –Educación, Salud y Política Social– celebraron ayer el primer encuentro de la Comisión de Salud Mental, que coordinará las acciones y el incremento de recursos. Entre ellos, la puesta en marcha de dos nuevos centros de salud mental que serán de referencia para adolescentes y niños, y que deben empezar a dar servicio este mismo año. Se trata de los de La Seda, que atenderá a pacientes del área VI metropolitana de Murcia y de Abanilla y Fortuna; y el de El Palmar, que dará servicio también a los menores de Alcantarilla. Además, seguirán funcionando los servicios de salud mental para menores de San Andrés, en Murcia, y de las nueve áreas de salud de toda la Región que dan cobertura a niños y adolescentes.
También incrementará su capacidad de atención a menores la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Breve Infanto Juvenil de La Arrixaca. La puesta en marcha de esos nuevos recursos debe ir aparejada de la contratación de personal, ya que las unidades están integradas por psiquiatras, psicólogos clínicos y trabajadores sociales, unas especialidades con déficit de profesionales. El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, no concretó ayer el calado del incremento de personal, pero quiso dejar claro que la nómina de profesionales aumentará para dar atención «a esta pandemia silenciosa que ha acrecentado los problemas de salud mental y que el Gobierno regional va a mirar de frente ante lo que es uno de los mayores retos en atención sanitaria y social del siglo XXI».
Rasgos de personalidad que predisponen al suicidio Baja autoestima, falta de control, intolerancia a la frustración, desesperanza, timidez, impulsividad, agresividad o violencia, pasividad, dependencia, obsesión, ansiedad e ira, sensibilidad a la crítica de los demás, falta de habilidades sociales.
Factores de riesgo sociofamiliares Pérdidas o separaciones de personas importantes. Pérdida de empleo, oportunidades de estudio, hogar, situación económica o miedo a que empeore. Disfuncionalidad familiar, con mucha hostilidad, conflictividad y rigidez. Pérdidas de salud, tratamientos médicos prolongados y hospitalizaciones. Aislamiento, ausencia o pérdida de una red social de apoyo. Problemas con la ley o las normas, prisión. Rechazo a la orientación sexual. Expectativas desajustadas de la familia. Problemas de relaciones con otras personas como violencia de género, acoso o intimidación. Experiencias traumáticas causadas por violencia, malos tratos físicos o psíquicos y/o abusos sexuales. Exposición al suicidio de otra personas. Rasgos asociados al entorno digital.
Señales de alerta de carácter no verbal Descuido de la apariencia personal. Incremento de quejas físicas que suelen estar asociadas con la angustia emocional. Modificaciones súbitas en el comportamiento del alumno. Rechazo a las actividades colectivas habituales. Aparición de sentimientos predominantes de tristeza, desinterés o indiferencia. Preocupación por la muerte. Comportamientos inadecuados de huida y escape. Tendencia clara al aislamiento de familia y amigos. Conductas de desprenderse o regalar objetos apreciados. Cierre, eliminación o despedida de manera sorpresiva de perfiles que habían estado usando en diferentes redes sociales. Consumo de alcohol o de otras sustancias tóxicas.
Fases de actuación Conocimiento de la situación: Cualquier docente que sea conocedor de una situación de ideación suicida y/o autolesiones debe informar al equipo directivo del centro, que designará un equipo de profesionales para atender el caso. Comunicación a la familia: El responsable del equipo debe contactar con la familia para que acuda al centro educativo. Derivación a los servicios sanitarios. No es competencia del personal docente realizar una exploración clínica del estado en el que se encuentra el alumno, pero sí valorar el contexto general en el que aparece la ideación suicida con el fin de orientarse hacia una toma de decisiones adecuada. Los servicios de orientación completarán el modelo de informe de derivación para la exploración en Sanidad. Otras circunstancias. Cuando la situación pueda asociarse a otras circunstancias, como acoso escolar, uso inadecuado de redes o posible maltrato, se activarán otros protocolos. Información al Observatorio para la Convivencia Escolar y a la Inspección de Educación. Solicitud de asesoramiento especializado. Seguimiento: actuaciones con el alumno, con el grupo de referencia, de centro y con la familia. Evaluación y cierre del protocolo.
La comisión, integrada por perfiles técnicos, como pedagogos, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, entre otros, está ultimando una estrategia basada en cuatro ejes: el sociosanitario, el exclusivamente sanitario, el de ámbito educativo focalizado en los más jóvenes, y el de salud mental en el deporte.
La estrategia concentra buena parte de sus esfuerzos en dar una mejor respuesta a la emergencia de salud mental que viven adolescentes, jóvenes y niños desde el inicio de la pandemia. El dispositivo se articula sobre dos medidas: la mejor coordinación entre todos los profesionales y recursos involucrados en el bienestar emocional de los menores y la formación específica a los profesores y maestros, quienes en muchas ocasiones son los primeros en encarar los problemas.
Los docentes dispondrán para realizar esa primera atención de la 'Guía de prevención del suicidio (actuaciones en centros educativos)' presentada ayer, y que contempla la designación de un coordinador de bienestar y protección en los centros. La guía aporta información elaborada y redactada por profesionales de las consejerías de Salud y de Educación para que los profesores de colegios e institutos sean capaces de identificar los factores de riesgo entre sus alumnos, localicen las señales de alerta (verbales y no verbales), puedan evaluar cada caso que se presente, sean capaces de recoger toda la información y sepan qué pasos seguir en cada momento.
El documento detalla los rasgos de personalidad y sociofamiliares que predisponen al suicidio, y desglosa las señales de alerta a las que deben estar atentos docentes y familias. La Comunidad parte de la consideración del colectivo de menores y adolescentes como de especial vulnerabilidad. López Miras explicó que «debemos hacer el esfuerzo para crear entornos más seguros, en los que los profesionales de atención directa y las asociaciones de familias sean un verdadero agente protector». La Consejería de Política Social ampliará las capacidades para detectar las necesidades de los menores con ideas autolesivas, potenciará la formación de profesionales de intervención social y reforzará el apoyo a las familias con menores en situación de riesgo.
El Colegio de Psicólogos, por su parte, volvió a reclamar ayer la idoneidad de que profesionales de ese colectivo tengan mayor presencia en las aulas.
La estrategia contempla un proyecto «pionero» que propiciará que especialistas sanitarios en salud mental se desplacen a los centros de salud para realizar sesiones grupales con los pacientes detectados con problemas de ansiedad o depresión leve (en este caso adultos), «antes de recetar tratamiento farmacológico».
El nacimiento de la Comisión Regional de Salud Mental coincidió ayer con la celebración del Día Mundial de la Salud, una fecha en la que el Gobierno regional quiso trasladar su «reconocimiento y gratitud hacia los profesionales sanitarios que nos han protegido y han hecho que hoy estemos más cerca de la normalidad que tanto echamos de menos».
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