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Al presunto capo de la organización mafiosa calabresa Ndrangheta Giuseppe Nirta le descerrajaron siete tiros en cabeza, tórax y abdomen el 9 de junio de 2017 a las puertas de su casa de campo, en el paraje aguileño de El Charcón. La única acusada de realizar tal descarga de plomo, su novia Cristina Elena T, será juzgada esta semana por un jurado popular, en el juicio que comienza hoy en la Audiencia Provincial por el crimen de 'El Italiano', el sobrenombre con el que era conocido Nirta.
La fiscal le imputa los delitos de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas, y pide 26 años de prisión para la mujer, de nacionalidad rumana. Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, Cristina Elena viajaba aquella noche junto a su pareja en su coche, un Alfa Romeo 147, que aparcó frente a la casa de campo que el supuesto mafioso tenía alquilada.
Eran las diez de la noche y Nirta descendió del vehículo. La acusada, que estaba sentada en el asiento del copiloto, bajó también del turismo y se situó en la parte trasera del coche. Desde esa posición, relata la fiscal, sujetó un arma corta de fuego y efectuó tres disparos hacia Giuseppe Nirta que le alcanzaron en el antebrazo izquierdo, en la cara, después de atravesar una mano con la que trató de protegerse en un acto instintivo, y en el pecho.
La supuesta pistolera avanzó unos pasos y efectuó un nuevo disparo que le alcanzó en la pelvis. Acabó el tiroteo disparándole otros tres tiros que le atravesaron el pecho, la axila derecha y, finalmente, lo remató con un balazo en la frente.
Una vez acabó el tiroteo, llamó a un amigo de la víctima por teléfono y le contó que habían disparado a Nirta, siendo este el que finalmente llamó a los servicios de emergencias.
La Fiscalía detalla en su escrito que en la ropa que vestía la acusada en el momento de los hechos quedaron residuos de los disparos, «a base de plomo, antimonio y bario, concretamente en la zona anterior de la camiseta y en los bolsillos delanteros del pantalón, tanto en el izquierdo como en el derecho». Los investigadores de la Guardia Civil centraron sus sospechas, en un principio, en algunos compatriotas suyos, dada la relación que mantenía con círculos de organizaciones mafiosas. Sin embargo, detuvieron a Cristina Elena en octubre del 2018 como la única autora de los disparos.
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