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El futuro del modelo de aseguramiento sanitario de Muface (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado) está en el aire. Para unos, ha llegado ... el momento de poner fin a lo que consideran un «anacronismo» propio de otros tiempos (Muface nació en 1975, cuando la prestación sanitaria aún estaba ligada a la cobertura de Seguridad Social y no a un sistema público universal). Para otros, la desaparición del modelo solo conduciría a colapsar más la sanidad pública, engordando listas de espera y saturando la Primaria. En algo, sin embargo, sí parece haber cierto consenso: la situación actual no puede mantenerse.
Las tres compañías que hasta ahora han cubierto a los mutualistas que optan por el seguro privado –Asisa, Adeslas y DKV– dieron un golpe en la mesa al rechazar por insuficiente el aumento de un 17% en las primas que ofrecía el Ministerio de Función Pública para los años 2025 y 2026. Estas aseguradoras cifran en 600 millones las pérdidas de los últimos años.
Personas cubiertas por Muface
Región de Murcia, 2023
Asisa
Sistema público
de salud
31.668
18.629
Total
53.875
Aseguramientos
privados
35.246
DKV
807
Adeslas
2.771
Evolución por entidad médica
suministradora de atención
a los mutualistas y beneficiarios
Región de Murcia, %
Seguros privados
Sanidad pública
82,4
80
65,4
60
40
34,6
17,5
20
0
2010
2023
Fuente: Muface
Personas cubiertas por Muface
Región de Murcia, 2023
Asisa
Sistema público
de salud
31.668
18.629
Total
53.875
Aseguramientos
privados
35.246
DKV
Adeslas
807
2.771
Evolución por entidad médica suministradora
de atención a los mutualistas y beneficiarios
Región de Murcia, %
Seguros privados
Sanidad pública
82,4
80
65,4
60
40
34,6
17,5
20
0
2010
2023
Fuente: Muface
Personas cubiertas por Muface
Evolución por entidad médica suministradora
de atención a los mutualistas y beneficiarios
Región de Murcia, 2023
Región de Murcia, %
Asisa
Sistema público
de salud
31.668
Seguros privados
Sanidad pública
18.629
82,4
80
Total
65,4
53.875
60
Aseguramientos
privados
35.246
40
34,6
17,5
DKV
20
Adeslas
807
2.771
0
2010
2023
Fuente: Muface
Si las compañías se quejan de los bajos precios que ofrece el Gobierno, los médicos que trabajan para ellas denuncian que sus honorarios son «irrisorios» si se comparan con los precios de la sanidad privada pura. «Una ecografía en la privada puede salir por 60 euros, mientras que si se hace por Muface, el radiólogo cobrará unos 18», ejemplifica María José Campillo, miembro de la directiva del Sindicato Médico y del Foro Nacional de Médicos en Ejercicio Privado. «En Medicina de Familia, antes se cobraba 10 euros por una primera consulta, 5 por la segunda y 3 por la tercera. Ahora se ha mejorado y se cobra 11 euros por la primera y 10 por las siguientes», continúa.
Asisa achaca las diferencias con los precios de la sanidad puramente privada a «que la prima que establecen las mutualidades es muy ajustada», y señala que una mejora de la financiación es «imprescindible» para mejorar estos honorarios.
Como consecuencia de las actuales diferencias, muchos médicos optan por pasar solo consulta privada, excluyendo a los mutualistas de Muface. Ocurre, por ejemplo, en especialidades tan demandadas como Dermatología. El resultado es un deterioro progresivo de la prestación, advierte Campillo. «Hace años no había listas de espera para los mutualistas. Ahora, en Dermatología hay esperas de seis meses», subraya.
Este puede ser uno de los factores que han ido convirtiendo en menos atractiva la opción de los seguros privados para los funcionarios de Muface. Desde 2010, el número de mutualistas de la Región de Murcia que optan por la sanidad pública se ha duplicado, mientras las aseguradoras han perdido un 20% de sus clientes procedentes de Muface.
En la Región hay 53.875 mutualistas y beneficiarios de Muface (es decir, funcionarios y familiares a cargo). De ellos, 35.246 reciben prestación a través de las aseguradoras, mientras 18.629 son atendidos en la sanidad pública. Esta última cifra duplica a la que se registraba en 2010, cuando solo había 9.267 mutualistas de la Región en el sistema público. La fuga al Servicio Murciano de Salud ha sido paulatina, pero se aceleró a partir de 2018 y 2019. En las nuevas generaciones de funcionarios que se incorporan a Muface, la proporción de quienes optan por el SMS es cada vez mayor.
Para el catedrático José María Abellán, del Grupo de Economía de la Salud de la UMU, esto refleja que el modelo se encamina a «una suerte de muerte natural». Pero no solo los mutualistas más jóvenes prefieren la pública. Es práctica habitual que muchos funcionarios se pasen al Servicio Murciano de Salud cuando su estado se complica con la aparición de enfermedades graves o crónicas.
El gran atractivo de los seguros privados frente a la sanidad pública ha sido, tradicionalmente, la posibilidad de acudir directamente a un especialista sin necesidad de depender de la derivación desde Atención Primaria, y sin tener que soportar las elevadas listas de espera. Pero para el presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc), Jesús Abenza, este no es un buen modelo. «Se ha demostrado de forma totalmente sólida que disponer de un médico de familia en Atención Primaria a lo largo del tiempo –cinco o diez años– disminuye morbimortalidad e ingresos, y aumenta los niveles de salud de la población», advierte. En el sistema de las aseguradoras se pierde «la atención integral, coordinada y continuada de Primaria». La «fragmentación» de la atención en múltiples especialistas «es mucho más cara, menos eficiente».
Pero a debate no está solo cuál de los dos modelos es mejor para el paciente, sino si la sanidad pública regional se puede permitir en este momento el desembarco de estos 35.000 mutualistas que actualmente están en la privada. La Consejería advierte de que el coste ascendería a 55 millones anuales. En realidad, no parece una cifra muy desorbitada si se tiene en cuenta que la sanidad murciana alcanza ya los 3.000 millones de gasto anual, según los informes del Ministerio. Pero la cuestión no es solo el coste –que podría asumirse con más financiación–, sino si habría un impacto relevante en los servicios sanitarios (más demoras) teniendo en cuenta, entre otras cosas, el déficit actual de médicos de familia. Las compañías vaticinan un aumento del 266% en las esperas en consultas externas.
Algunas claves
¿A quiénes cubre Muface? La mutualidad integra a funcionarios de la Administración General del Estado, como la Policía Nacional o los inspectores de Hacienda y Trabajo. También a los maestros y profesores de Primaria, Secundaria y Universidad con plaza en propiedad (no cubre a los interinos). De los 53.875 mutualistas de Muface en la Región, unos 16.000 son docentes no universitarios, según datos de Anpe. También son mutualistas los funcionarios jubilados de todos estos ámbitos. Además, son beneficiarios los hijos de los mutualistas hasta los 25 años (si no trabajan) y la pareja, si tampoco cotiza.
¿Cómo funciona? Los mutualistas pueden elegir cada año quién les dará asistencia: si la sanidad pública o las aseguradoras que se presentan al concierto. En la Región, el 65,4% de los mutualistas y beneficiarios están cubiertos por las aseguradoras. Asisa copa prácticamente todo este mercado, con 31.668 mutualistas en la Región frente a solo 2.771 en Adeslas y 807 en DKV. De acuerdo al concierto aún en vigor, las compañías cobran 984 euros al año por asegurado. El sector cifra en 1.608 euros el coste por paciente en el sistema público.
Un informe de la Fundación IDIS, que representa al sector privado, cifra en un 1,8% el aumento de la presión asistencial sobre la Atención Primaria si se pone fin a Muface. María José Campillo, del Sindicato Médico, advierte de que la falta de facultativos llevaría «al colapso del sistema» en este escenario. Para Smumfyc, sin embargo, los centros de salud pueden reforzarse «si el SMS crea las plazas comprometidas en la Estrategia de Mejora de Atención Primaria».
El catedrático José María Abellán es partidario de ponerle fecha de caducidad al modelo Muface, pero no de un día para otro. «Tiene sentido planificar la extinción de Muface, pero no ahora, de forma sobrevenida, y sin contar tampoco con las comunidades autónomas», explica. La mejor opción –plantea– sería «un nuevo convenio para el próximo bienio y, una vez adjudicado, tras los pertinentes estudios en detalle, discutirlo en un marco multilateral, e iniciar la transición a partir de 2027». De momento, el Ministerio de Función Pública busca un nuevo concierto.
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