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Rap, creatividad, motivación y palos, botellas, tubos y hasta antenas parabólicas que crean música. El proyecto Percuseve, impulsado en el colegio Severo Ochoa de Los Garres por el profesor de música Miguel Sáez, fue presentado ayer como ejemplo de buenas prácticas en el aula. La iniciativa, que ha recibido entre otras distinciones el galardón Buero de Teatro Joven y el CreArte del Ministerio de Cultura, se desarrolla en el centro desde hace ya catorce años, y consiste en formar cada curso a un grupo de 25 estudiantes de los dos últimos cursos de Secundaria para que terminen, dos años después, poniendo en escena un musical, con el que han pisado las tablas de Matadero y el María Guerrero.
A través de teatro, la percusión con objetos cotidianos, el hip-hop, beat-box, la danza y el rap, los estudiantes dan forma a un musical que es, al final, el pretexto para fomentar otras habilidades, como el trabajo en grupo, la capacidad para enfrentarse al público, para expresar sentimientos... «Aprenden para la vida, y la evolución personal es, en muchos casos, espectacular. Desde que comenzamos el proceso creativo hasta que, dos años después, ponen en escena el musical, los avances son impresionantes, especialmente en chavales que en principio son muy tímidos y terminan expresando sus emociones», explicó ayer Miguel Sáez, que llevó hasta el auditorio uno de los ensayos del grupo formado en la actualidad.
Percuseve ha desarrollado en sus catorce años de vida siete musicales, que los estudiantes llevan de gira después con una media de veinte actuaciones.
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