La Murta persigue asfaltar cinco calles y reformar la Plaza de la Santa Cruz

Respirar aire puro, sosiego y paz. Los vecinos de La Murta tienen el privilegio de vivir en una pedanía donde predomina la tranquilidad, un estado que alteran los grupos de senderistas y ciclistas, principalmente los fines de semana y festivos, cuando se adentran en el interior de la Sierra de Carrascoy. El turismo de naturaleza y deportivo valora esta tierra murciana en la que viven unos 100 habitantes, gracias a su patrimonio costumbrista, paisajístico y gastronómico (los embutidos y los panes son de sobra conocidos).

Esta población es a bien como una gran familia, con su trato diario y cercano a la hora de abordar temas de relevancia y otros más comunes, bien en casa, en la calle o en el centro social de mayores, donde varios vecinos se reúnen por las tardes para jugar al dominó o, como ellos dicen, echar la partida. Estas sesiones son casi de obligada asistencia para vecinos como el pedáneo de La Murta, Sebastián Gironés, quien asiente entre risas que unos días se gana y otros se pierde, aunque su tono deja entrever que la suerte suele estar de su lado.

En este sentido, el pedáneo confía en asfaltar las cinco calles que quedan, reformar la Plaza de la Santa Cruz (patrona del lugar), levantar un muro de contención para evitar que la lluvia anegue algunas calles y mejorar el estado de la carretera que conecta La Murta y Corvera, la cual muestra un estado deplorable: con baches, tramos estrechos, riesgo de inundación y un puente que requiere de accesos más amplios en ambos sentidos.

Por su parte, otras propuestas vecinales ya se han ejecutado en el último tiempo, como el asfaltado de dos calles a principios de 2020 y las obras acometidas en el centro social de mayores, que se centraron en sustituir las ventanas y rejas, arreglar la terraza, instalar iluminación led y construir una barbacoa, así como el acondicionamiento y pavimentación de la Plaza Alcalde Francisco Garnés.