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Los golpes de calor se han cobrado la vida de 25 personas desde 2004 en la Región de Murcia, según un informe publicado por la ... Consejería de Salud la semana pasada. En 12 de estos casos, la hipertermia se produjo en el lugar de trabajo. Las dos últimas muertes se registraron el verano pasado. Un trabajador del campo falleció el 9 de agosto tras sufrir un golpe de calor en una explotación ganadera de Los Vivancos, en Fuente Álamo. A finales de ese mes, un obrero de la construcción perdió la vida tras exponerse a las altas temperaturas en Los Alcázares.
Los datos del servicio de Epidemiología de la Consejería ofrecen, no obstante, una imagen muy limitada del problema, al no recogerse ni siquiera los casos graves que ingresan en UCI. Solo se registran los fallecimientos. El verano pasado trascendieron al menos dos golpes de calor graves, también relacionados con el ámbito laboral: los afectados, un agricultor de Yecla y un albañil de Murcia.
Ámbito laboral 12
En actividades de ocio 3
Relacionadas con el consumo de tóxicos 3
Ámbito desconocido o indeterminado 3
Otros ámbitos (domicilio, etc) 4
Los sindicatos advierten de que lo recogido por Epidemiología es solo la punta del iceberg. «Si nos vamos a los datos de siniestralidad laboral nos encontramos con que casi la mitad de los accidentes se concentran en los meses de verano. Nuestra hipótesis es que el estrés térmico está detrás de esto. Si se produce una caída en altura, la causa directa es la falta de arnés o sujeción, pero ¿quién dice que no se ha producido un desvanecimiento por calor? Nuestras facultades psicomotrices se deterioran a partir de determinadas sensaciones térmicas», señala Juan Blázquez, secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras.
Con unos veranos cada vez más largos y olas de calor cada vez más extremas, prevenir el impacto de las altas temperaturas en el trabajo se ha convertido en un reto de primer orden.
Aunque la mayoría de muertes se producen en el campo y la construcción, el problema afecta a todos los sectores, advierte Blázquez. «La Inspección de Trabajo se quedó sorprendida el verano pasado por el alto número de denuncias en la hostelería», explica. También hay problemas en otros locales cerrados sin un sistema de climatización adecuado. «El año pasado tuvimos un caso en el horno de una panadería: una trabajadora embarazada se desmayó. El aire acondicionado no funcionaba», relata el secretario de Salud Laboral de CC OO.
Un nuevo Real Decreto aprobado en mayo obliga a las empresas a extremar la prevención, con medidas como el cambio de horarios cuando se alcancen niveles de alerta naranja o rojo. Incluso, si no hay otra alternativa, se plantea la posibilidad de suspender la actividad laboral. Las alertas se activarán a partir de umbrales monitorizados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en los que se tendrá en cuenta no solo la temperatura, sino también la humedad relativa.
Las empresas defienden su compromiso con la prevención. «Los empresarios de la construcción estamos comprometidos con la seguridad de los trabajadores y además somos un sector muy regulado. En todas las obras se cuenta con gestión preventiva por parte de las empresas y los proyectos cuentan con un estudio de Seguridad y Salud, así como de un coordinador de seguridad cuando intervienen varias empresas o autónomos. Contamos con medidas específicas preventivas para las olas de calor que se adoptan todos los años», detalla José Hernández, presidente de la Federación Regional de Empresarios de la Construcción (Frecom)
En cuanto al campo, el convenio colectivo prevé la adaptación de la jornada para evitar las horas de más calor durante el verano. Pero las estrategias deben adaptarse a la nueva realidad del cambio climático, avisa Juan Blázquez.
El servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud trató de monitorizar entre 2004 y 2013 los casos de golpe de calor atendidos en los servicios de emergencias, hospitales y Atención Primaria. De la evaluación del plan «se concluyó que existe un elevado grado de subnotificación» por parte de los hospitales, de en torno al 60% o 70%.
Tampoco hay datos que permitan un análisis adecuado de las atenciones en Urgencias. «Sería necesario contar con información del número de urgencias diarias atendidas desagregada por grupos de edad y motivo de la consulta», lo que «permitiría estudiar el verdadero impacto» del calor extremo «en los grupos de población más vulnerable», recuerda Epidemiología en su último informe.
De ahí que este servicio haya renunciado a una monitorización más exhaustiva aunque, para CC OO, sería necesaria. El Instituto de Salud Carlos III ha puesto en marcha distintas herramientas para tratar de calcular el impacto de los excesos de temperatura sobre la salud. Según el sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo), en la Región de Murcia se produjeron el verano pasado 5 muertes directamente atribuibles a las altas temperaturas. En toda España, el calor causó 12.000 fallecimientos.
El verano pasado fue especialmente tórrido, según recoge Epidemiología: se registraron 132 días con máximas superiores a los 34 grados o mínimas que no bajaron de los 23. En 2021, estos umbrales se superaron en 72 jornadas.
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