

Secciones
Servicios
Destacamos
El presidente de la Universidad Católica, José Luis Mendoza, cargó ayer contra la vacuna de la Covid-19 y defendió que «la ingesta de vitamina C en grades dosis fulmina el coronavirus». Lo hizo durante el acto de apertura del curso académico, al que asistieron el consejero de Universidades y la directora de Investigación, entre otros, y después de haber denunciado que la vacuna puede tener «consecuencias espantosas».
Mendoza ya desató una sonada polémica en julio al calificar la gestión de la pandemia de «la gran mentira de los gobiernos» y acusar a los «esclavos y servidores de Satanás» de querer usar las vacunas como medio para instalar «un 'chis' en el organismo de la población con el que controlar nuestra libertad».
3.912 trabajadores, entre docentes y personal de administración y servicios, están empleados en la Universidad Católica.
20.000 alumnos estudian grados y títulos propios en la UCAM.
17 millones de euros destinó la institución el curso pasado, aseguró Mendoza, a la investigación.
Lejos de suavizar aquellas declaraciones, Mendoza arremetió ayer con vehemencia contra la vacuna al referirse a la investigación que su universidad lleva a cabo de la mano del científico Juan Carlos Izpisua para el desarrollo de un tratamiento con la Covid-19 mediante el uso de herramientas de edición génica, CRISPR, «para reconocer el ARN de virus en células infectadas, cortarlo, y así curar la enfermedad. Esto es mejor que la vacuna, porque la vacuna puede tener consecuencias espantosas».
Los intereses económicos están detrás, para el presidente de la UCAM, de los avances y anuncios sobre la inmunización contra el virus: «La bolsa sube y están ganando fortunas de dinero, pero, ¿quién asegura la vacuna en las debidas condiciones, cuando sabemos que la vacuna que en menor tiempo se fabricó, que fue la de las paperas, tardó cinco años?... es como el que quiere hacer un cocido en diez minutos. Es mucho mejor el tratamiento, destruir el ARN del virus, y se acabó la enfermedad del coronavirus», defendió. El presidente de la Universidad Católica argumentó además que «el 90% de los afectados por coronavirus no tienen nada, ¿les vas a poner la vacuna a ellos cuando tienen anticuerpos?, ¿qué sentido tiene esto? Que vengan y me lo cuente. Que no nos engañen».
Mendoza fue más allá al referirse al proyecto de investigación que desarrolla con la Fundación Jiménez Díaz sobre la vitamina C y el cáncer. «Los efectos son espeluznantes, en China, en Corea del Sur, en América, lo están utilizando para curar el cáncer. Aquí no nos dejan porque claro, la vitamina C es tan barata... los limones no cuestan mucho. Pero es que el coronavirus lo fulmina; ¿por qué no deja usarse la vitamina C en grandes dosis».
El portavoz técnico del Comité de Seguimiento Covid, Jaime Pérez, fue preguntado ayer por la tesis de Mendoza, y como respuesta pidió al presidente de la UCAM que «si dispone de estudios que así lo avalen los haga públicos».
La vacuna del coronavirus no fue ayer el único objetivo de las críticas del presidente de la UCAM, quien arremetió también contra la 'ley Celaá', el Gobierno regional, la eutanasia, el aborto, la gestación subrogada y los votantes de los «partidos que sacan adelante esas leyes».
«La 'ley Celaá' no es propia de un país democrático, quiere imponer dictatorialmente condiciones que no son justas. Dios les pedirá cuentas. Tenemos que elegir a quién votamos, y no podemos votar a partidos que contradicen la ley de Dios», dijo Mendoza durante la celebración del acto de apertura del curso académico, con formato reducido y sin apenas invitados. También cargó las tintas contra el Gobierno regional, que a su juicio impide el crecimiento de la mayor empresa de la Región, con 3.812 trabajadores y más de 20.000 alumnos. «Esta universidad ahorra varios millones formando a miles de alumnos sin coste alguno para el Gobierno regional. Es para tenerse en cuenta, pero para algunos de la clase política parece que no. Nos preocupa el trato injusto por parte del Gobierno del PP, con la paralización de las obras de ampliación. ¿Nos merecemos esto siendo la primera empresa en Murcia?, ¿qué locura es esta?», clamó el presidente de la Universidad Católica después de una eucaristía oficiada por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, en el monasterio de Los Jerónimos.
«Todos los ciudadanos que votan a los partidos que promueven esas leyes son cómplices del mal», zanjó después de repasar las cifras que avalan el crecimiento de la Universidad Católica, y de hacer un desglose de las inversiones y donaciones realizadas por la institución, que quiso entregar en mano, durante el acto, al consejero de Universidades, Miguel Motas.
Los alumnos de la UCAM, insistió, «han sido atendidos debidamente, a través de la enseñanza presencial, semipresencial y virtual, bajo el modelo de enseñanza bimodal. Seguimos siendo la empresa familiar, sin ánimo de lucro, que más puestos de trabajo genera en Murcia capital y que ahorra cada año a la Administración Pública varios millones de euros; este curso hemos invertido 17 millones de euros en investigación».
Arropado por parte de su claustro, y con el aforo muy limitado por la situación sanitaria, José Luis Mendoza puso en valor también que la UCAM está ayudando a muchas personas que «no tienen para comer», y arremetió contra la explotación laboral y el trato «inhumano» a muchos inmigrantes.
«José Luis, soy el Papa Francisco». La llamada telefónica del Santo Padre sorprendió al presidente de la Universidad Católica cuando se encontraba en el coche camino de Madrid para someterse a una revisión médica. Mendoza reprodujo ayer en tono coloquial la conversación telefónica que mantuvo con el Papa desde su coche.
–Pero bueno Santo Padre, ¿esto qué es?, le dije.
–Llamo para ver cómo te encuentras, me preguntó.
–Pues de cuatro cánceres que he tenido estoy bien, le dije.
–Mala hierba nunca muere, me contestó el Santo Padre.
José Luis Mendoza relató durante su intervención en el acto de apertura de curso que ha superado «cuatro cánceres, de próstata, de colón, de pulmón y de hígado», y aseguró que actualmente su estado de salud es bueno. Después de tener un recuerdo especial y una oración por todos los fallecidos por la pandemia y sus familiares, también hizo referencia a las recomendaciones del Papa Francisco, que «nos invita a todos a luchar por la justicia laboral; cualquier injusticia cometida contra el trabajador y los empresarios, que generan riqueza y puestos de trabajo, es un atropello a la dignidad humana».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.