El presunto autor del crimen del Puerto de Mazarrón: «Todos los moros tendrían que estar muertos»

Domingo. El reloj marca las 17.30 horas. Carlos Patricio B. M., un vecino de Mazarrón de 52 años, entra en uno de los bares del Club de Regatas de Bahía, donde pide una caña. Después, otra. Cuando pega el último sorbo, se despide. «Ya me pasaré a pagártelas», le dice al camarero. Acto seguido sale del restaurante y pone rumbo a la zona del Puerto, donde sigue de tardeo en la cafetería El Muelle. En un momento dado, se enfada en la barra y esboza comentarios xenófobos. «Todos los moros tendrían que estar muertos», grita. Y discute con Youanes Blal, un marroquí de 39 años que está tomando unas copas con amigos. El lío pasa y Carlos Patricio se marcha a su casa, donde se cambia de ropa. A las 22.30 horas, regresa al mismo bar empuñando un arma. Pega cuatro disparos. El primero, al aire. Los otros tres, al pecho de Youanes.

El pánico cunde entre los vecinos que presencian la escena. La gente corre de un lado a otro. Se escuchan gritos y alboroto. Carlos Patricio, con el arma todavía en su mano derecha, se marcha del lugar como si no hubiera pasado nada. Las cámaras de seguridad de la zona lo graban. Cuando las sirenas de la Policía y la Guardia Civil empiezan a sonar, el pistolero empieza a correr por la orilla de la playa del Puerto. Huye con el único fin de no ser detenido.

Los agentes y la ambulancia llegan al lugar. Según varios testigos, un niño marroquí que se encuentra en el lugar señala a los efectivos el lugar por donde se ha marchado el autor del crimen. Dos policías municipales no se lo piensan dos veces y corren tras él, que no suelta la pistola. En un momento dado, cuando uno de los policías va a alcanzarlo, el presunto autor se da la vuelta y le apunta con el arma de fuego. El efectivo se lanza a la arena en medio de la oscuridad para quitarse del objetivo del pistolero. Unos segundos más tarde, Carlos Patricio decide seguir corriendo. Los agentes vuelven a perseguirle, hasta que uno de ellos lo alcanza, se abalanza sobre él y consigue arrebatarle el arma, relatan varios testigos.

Mientras ambos agentes de la Policía Local ponen los grilletes al presunto autor de los disparos, el joven malherido yace inconsciente en el lugar de los hechos. Los sanitarios no tardan en llegar y lo trasladan de inmediato hasta la Unidad de Hemodinámica del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, en estado «muy grave», confirman los sanitarios. Allí los médicos entuban a la víctima y hacen todo lo posible para salvar su vida. Al poco, el cuerpo de Jouanes no aguanta más. Los tres impactos de bala en el tórax han provocado heridas irreversibles. Muere.

El suceso produce una gran conmoción entre los vecinos de Puerto de Mazarrón. Los agentes trasladan al detenido hasta las dependencias del cuartel de la Guardia Civil de la localidad costera, que se hace cargo de las diligencias y de la investigación. Al poco, efectivos de la Policía Judicial de la Benemérita llegan al lugar de los hechos para recabar todo tipo de pruebas. Comprueban que están en el suelo los tres cascotes y consultan con los compañeros de Murcia, que les informan de que Carlos Patricio no tiene antecedentes policiales, explican fuentes del Instituto Armado. Acto seguido, se le realiza al detenido una prueba con el fin de comprobar si en sus manos hay restos de pólvora.

En las horas posteriores, los investigadores centran sus esfuerzos en recabar toda la información posible para tratar de averiguar qué ha motivado a Carlos Patricio a cometer un crimen tan atroz. Por el momento no se descarta ninguna hipótesis, aunque todo apunta a un móvil racista. Este lunes, familiares y amigos de Youanes se concentraron a las puertas de la casa del arrestado para clamar «justicia». Allí se vivieron momentos tensos cuando el detenido llegó al lugar custodiado por los agentes, que registraron su casa. Los concentrados arremetieron contra el coche policial con gritos de «¡asesino!».

El arrestado y único acusado por la muerte del joven marroquí espera en el calabozo pasar a disposición judicial por el homicidio. Fuentes de la investigación señalan que será hoy, previsiblemente, cuando comparezca en los juzgados de Totana. El magistrado decidirá si decreta el ingreso en prisión del detenido.