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La operación para salvar del abandono el Teatro Circo de Mazarrón, cerrado desde la década de los 80 del siglo XX, avanza a paso lento. Tres meses después de que el Pleno diera el primer paso para que el Ayuntamiento se haga con la propiedad del centenario coliseo, aún no están redactados los informes que deben arrojar luz acerca de cuál sería la mejor fórmula para las arcas municipales. En la Concejalía de Patrimonio, que dirige Jesús García Vivancos (PSOE), señalan que los técnicos tienen pendiente acceder al inmueble para inspeccionar el teatro y poder preparar la documentación, algo que deben autorizar los dueños. Desde la familia Campillo, titular del teatro, trasladan a preguntas de este diario que solo «nos han solicitado datos para pedir información del Registro de la Propiedad».
Los dueños expresan que están de acuerdo en vender el inmueble al Ayuntamiento de Mazarrón, si bien «aún no hemos hablado de precio». En el Pleno del pasado mes de diciembre, a propuesta del concejal de Vox, Carlos Corvalán, se acordó por unanimidad estudiar la mejor fórmula para que el Consistorio se haga con la titularidad del edificio (permuta, cesión o compra) y analizar la viabilidad de la recuperación del coliseo, debido a su pésimo estado de conservación, para devolverle su uso cultural. En aquella sesión se ausentó el alcalde, Ginés Campillo, por incompatibilidad al ser parte interesada debido a que es uno de los dueños. La iniciativa surge como reacción a una campaña ciudadana para salvar de la ruina el Teatro Circo, a la que ha dado su apoyo la Asociación Nacional de Amigos de Teatros Históricos de España.
Este coliseo forma parte de la historia reciente de Mazarrón. Data de 1889 y su construcción, en la zona de expansión del casco urbano, conocida como Barrionuevo, se vincula al despegue económico que vivió la población al calor del negocio de los metales. Ha acogido representaciones teatrales (muchas de ellas con participación de los propios vecinos), espectáculos circenses, zarzuelas y hasta mítines políticos. Sus últimos años los vivió como sala cinematográfica. La última proyección fue en el verano de 1984, con la película 'Los invencibles del kárate', de Bruce Lee. Pese a que el inmueble goza de protección, presenta un peligroso estado debido al deterioro y al abandono. De hecho, llegó a sufrir un incendio, que provocó derrumbes en la techumbre.
Desde la familia Campillo recuerdan que también están dispuestos a vender el cine Playasol, en Puerto de Mazarrón, una construcción de los años 80 del arquitecto Demetrio Ortuño. Los vecinos han expresado su interés en devolverle su uso cultural.
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