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Tiene claro que no dejará de producir 'maría' hasta que cumpla su sueño: «Trabajé en la hostelería y quiero montar un restaurante». Para ahorrar no tiene que pegar ni golpe más allá de cumplir los turnos rotativos que se han repartido él y sus dos socios para sacar adelante las cuarenta plantas de su invernadero, habilitado en el interior de una casa que han alquilado. «Cada tres meses obtenemos 17.000 euros. Es una plantación hidropónica; en vez de arena, unas piedras de cerámica sujetan la raíz y los minerales van a la planta y es más productiva». Se seca el sudor antes de proseguir la entrevista con 'La Verdad', concertada a través de terceras personas, en la que «por seguridad» no desvela ni un solo dato personal y que tiene lugar en Murcia, a varias decenas de kilómetros de distancia de su empresa clandestina: Marihuana S.A.
-No soy ningún narco, solo un camello. La 'maría' es un negocio lucrativo, en un año bueno podemos sacar hasta 90.000 euros.
No habla en vano. El Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional ha detectado que desde 2016 se han disparado un 60% las plantaciones de marihuana a lo largo del territorio murciano. En la Región se está gestando una 'burbuja verde' y la prueba de ello es que el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil, solo en los seis primeros meses de 2018, se ha incautado de 5.670 kilos de esta sustancia, lo que supone el doble de lo que intervino durante 2017: 3.380 kilos. «Tengo clientes de todas las edades, el mayor tiene 68 años, algunos son funcionarios, esto no es una cosa de yonkis, mucha gente prefiere fumarse un porro por la noche para dormir, antes que tomarse una pastilla».
-Con 14 años comencé a consumir y mis padres me dejaron cultivar alguna planta en casa para evitar que estuviese en ambientes marginales.
A los 20 años empezó a ver que había negocio cuando le vendió 'maría' a algunos de sus colegas. «Mi favorita es la índica: estoy a favor de la legalización de la marihuana; como con el tabaco, si hay que pagar un impuesto, pues que se pague». Si hace falta está dispuesto a ponerle una vela tras a otra a la Virgen para que Podemos logre legalizar esta sustancia en España, como ocurrió en su momento en Holanda. Entretanto, debe tomar medidas de seguridad para que no le desmantelen el chiringuito. «Solo tenemos un teléfono móvil para los pedidos, es uno antiguo: no tiene WhatsApp ni internet, solo SMS, porque es más complicado que lo rastreen y lo pinchen».
La otra regla de oro es elegir a la clientela. «No queremos críos, solo le vendemos a gente de 20 años en adelante y nunca fiamos». Entre los asalariados de este 'boom verde' no solo hay productores, también currelas, tal y como comprueba este diario entrevistándose con uno en un bareto de Alcantarilla. «Yo estoy en el escalafón más bajo, hago el trabajo duro», confiesa desde el anonimato el encargado de renovar la tierra a siete invernaderos distribuidos por pedanías murcianas. «Trabajo haciendo portes y mudanzas con mi furgoneta», explica 'birra' en mano mientras suena de fondo el tema 'Sweet home Alabama'. Como el sueldo no le da muchas alegrías, se gana de 30 a 50 euros extras por porte de tierra a invernaderos que tienen de 80 a 400 plantas. «Saco de la plantación la tierra utilizada en bolsas de basura y la renuevo con turba que compro en tiendas de jardinería para que la siguiente producción salga fuerte».
-A mí no me pueden hacer nada si me pillan, trabajo en la parte legal del negocio: ¡Llevo capazos de tierra!
Anualmente se embolsa con esta actividad una 'paga extra' superior a los mil euros. «Desde hace dos años la marihuana suma una curva ascendente importante», alerta la fiscal delegada antidroga de la Región, María Isabel Neira Campos. Como botón de muestra, en La Fama y La Paz, la producción y venta de cogollos gana cuota de mercado frente al tradicional menudeo de 'coca' y heroína, entre otras sustancias. La Policía Nacional ha desmantelado en los citados barrios capitalinos invernaderos habilitados en el entresuelo de varios bloques. A pesar del riesgo estructural que entrañaba, a base de pico y pala vaciaron los cimientos, dejando solo las columnas, para habilitar producciones de cien plantas.
La fiscal apunta que al problema de los cultivadores que atienden a la población local se ha sumado la llegada a la Región de 'grupos inversores'. «Estamos recibiendo inversiones de 100.000 euros en adelante para montar infraestructuras que producen de forma rotativa en varios municipios». Narcotraficantes de Inglaterra y Holanda entregan tales cantidades a intermediarios en la Región para que pongan en marcha simultáneamente de cinco a seis plantaciones de interior, con una media de 200 a 300 plantas. «Hasta el más tonto habla ya con teléfonos encriptados, se ha pasado de producir para menudeo y autoconsumo a profesionalizarse para vender a la Unión Europea», afirma el inspector jefe del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional, José Guerrero. «Los intermediarios tienen antecedentes por tráfico de cocaína y drogas sintéticas y gestionan la organización, que suele tener de 10 a 14 personas».
Con la crisis algunos electricistas y albañiles que se han quedado en paro han encontrado una fuente de ingresos convirtiéndose en asalariados de estas organizaciones. «Se llevan 3.000 euros al mes». Los primeros instalan extractores de humo para que el invernadero no sea descubierto por los olores, lámparas de sodio... Los segundos convierten naves industriales en 'muñecas rusas', con estructuras falsas de pladur que esconden habitaciones con las plantas. «El ciclo natural de la marihuana da para dos cosechas y ellos consiguen hasta cinco al año».
Para ello emplean tecnología, como sistemas de humidificación para que la humedad sea la ideal (74%), incluso modifican genéticamente las semillas. «A los agricultores que saben hacer bien las mezclas se los rifan», subraya Guerrero. La estructura empresarial de estos grupos les lleva a tener hasta empleados temporales, muchas veces sudamericanos, que por 100 euros el jornal, se pasan el día cortando plantas antes de poner a secar la cosecha. Nada puede fallar para que la producción de cogollos salga adelante y llegue a sus principales destinos: Inglaterra, Francia, Italia y los 'coffee shops' de Holanda. Los portes los hacen por carretera, a través de conductores profesionales de empresas del transporte murcianas, que esconden la hierba en dobles fondos y entre cargamentos legales de frutas y verduras.
«El mayor número de portes, a través de Irún y de la frontera con Francia, se produce de septiembre a octubre coincidiendo con las exportaciones hortofrutícolas», precisa. Si el chófer llega a su destino sin ser detectado puede llegar a embolsarse la friolera de 60.000 euros. «El intermediario murciano gana por cosecha unos 100.000 euros y los inversores ingleses y holandeses hasta 300.000 euros». Están dispuestos a invertir lo que haga falta porque los beneficios no dejan de hincharse: el gramo de cogollo cotiza a 5,25 en España y conforme pasa la frontera estatal su valor oscila de 11,85 a 23 euros. «Alquilan naves industriales, chalés en residenciales de Molina de Segura y en urbanizaciones fantasma de Baños y Mendigo, hasta ocupan casas que no se han vendido por la crisis inmobiliaria para montar plantaciones».
Antonio Corbolán, jefe del EDOA de la Guardia Civil, añade a la lista otro ejemplo: «Unos ingleses alquilaron los cinco pisos de un edificio de Cabezo de Torres». Solo había una inquilina: 'maría'. Esta organización desmantelada por la Benemérita contrató a un surcoreano especializado en cultivar. «Sometían a un proceso de congelación la marihuana para potenciar el THC». Corbalán explica a este diario que estas bandas están desarrollando tales 'investigaciones científicas' que han sido capaces de reducir el tamaño de estas plantas al de un bonsái. «Parecía una especie de brócoli, solo daba cogollos, no tenía una sola hoja, imaginate la rentabilidad. Hay verdaderos artificios genéticos». Y también estructurales porque esta semana, en la pedanía murciana de Cañada Hermosa, la Guardia Civil ha desmantelado un bunker con 25 kilos de marihuana. Es el segundo que destapan después de que la 'Operación Esculto' diese con otro oculto bajo tierra, en una finca de Los Martínez del Puerto, en la que debajo de una plancha de hormigón intervinieron 5.400 plantones de cannabis sativa.
«Hemos encontrado infraestructuras que Iberdrola ha valorado entre 600.000 y un millón de euros». Es lo que ocurrió en el Polígono El Tapiado de Molina de Segura, en el que dentro de una nave de 3.200 metros cuadrados, construyeron un recinto falso que albergaba 6.000 plantas, con capacidad para producir 180.000 kilos anuales de cogollos. Los cuadros de luz de las empresas de alrededor ardían por el consumo de la nave y al final se destapó el 'invento'.
«Cada día se profesionalizan más». Al calor de los invernaderos están surgiendo nuevos perfiles en el mercado laboral del narcotráfico, como los corredores de marihuana. «Se dedican a contactar con productores de otros puntos de la geografía española y venden la mercancía a países europeos; son comisionistas», resume el jefe del EDOA. «Si no tomamos medidas adecuadas y dimensionadas posiblemente el ejemplo del Campo de Gibraltar se implante en otros territorios». Y no exagera porque en la Región no hay enfrentamientos entre las organizaciones que producen 'maría', pero ha aumentado el número de 'vuelcos': ladrones que asaltan por la fuerza invernaderos y puntos de menudeo, para robar la producción y el dinero.
«Las organizaciones instalan videocámaras y están contratando a gente que vigila la plantación 24 horas», detalla José Guerrero. Estos vigías pueden cobrar hasta 2.000 euros y a veces, cuando el invernadero se oculta en el chalé de una urbanización, también cuentan con los soplos que reciben de los vigilantes privados del residencial a los que sobornan para que les avisen de la llegada de las Fuerzas de Seguridad o de cualquier intruso sospechoso.
«A largo plazo nos encontraremos con problemas como en México», advierte Antonio Corbalán. Las Fuerzas de Seguridad están combatiendo la sofisticación de estas organizaciones con el empleo de drones que miden el calor de inmuebles, intensificando las patrullas y consultando datos de consumo de luz y agua de empresas suministradoras. «Los grupos tradicionalmente dedicados a otras sustancias están tratando de controlar el mercado de la marihuana». En el bufete de Mariano Bo corroboran ese reciclaje profesional de los narcos detectado por el EDOA. «Al menos veinte de mis clientes se han cambiado», afirma el letrado Pablo Martínez.
-La marihuana se considera como una droga que no causa grave daño a la salud. Las penas por tráfico de 'maría' oscilan de uno a tres años y las de 'coca' van de tres a seis años y a partir de los 750 gramos, de seis a nueve años. Sin embargo, con la marihuana tienen que pillarte con más de diez kilos para enfrentarte a penas de tres a cuatro años y medio.
Felipe Insúa, del bufete Manuel Maza de Ayala, también comparte que «ha habido un 'boom' en los dos últimos años y la cocaína se ve menos que la marihuana. Hay una corriente de gente que se 'recicla' profesionalmente porque los beneficios económicos son similares y las penas por tráfico de marihuana son inferiores». El Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional incautó 800 kilos de cogollos en 2017. Su inspector jefe, José Guerrero, resalta que «el auge de las plantaciones clandestinas en la Región ha triplicado las intervenciones contra esta droga».
La consecuencia: el dinero vuelve a fluir. Esta vez entre los bufetes a los que recurren los detenidos. Los despachos de Manuel Maza de Ayala y Mariano Bo gestionan al año de 25 a 40 casos relacionados con la 'maría'. La Fiscalía Antidrogra estima que el 90% de los arrestados son murcianos y el 10% extranjeros. «Habría que imponer una penalidad más elevada», reclama el jefe del EDOA. Solo esta semana, la Guardia Civil intervinó dos plantaciones en Cañada Hermosa y Alguazas, y la Policía Nacional otra en San José de la Vega. El negocio no para. La nueva moda es cultivar plantas madre, para extraerle esquejes que se venden a 5 euros cada uno, para que otros puedan poner en marcha nuevos invernaderos, que producen antes porque el paso de cultivar con semillas se elimina.
Esta incipiente 'burbuja verde' comenzó en 2016 y estuvo precedida de otro 'boom', el de las asociaciones de fumadores de cannabis. Este diario ha consultado los datos de altas que obran en poder de la Consejería de Presidencia y de los 48 clubes que hay en activo en la Región, 41 se constituyeron de 2012 a 2015.
Es tal la salud de la que goza el sector que en milanuncios.es se oferta por 49.000 euros el traspaso de una asociación, situada en pleno centro de Murcia. «Todos los permisos en regla», expone la oferta que va acompañada de fotos del local, «actualmente en funcionamiento», y al que no falta detalle alguno, como una mesa de billar. «Excelentes vecinos, muy buena clientela».
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