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El borrador del estatuto marco que el Ministerio de Sanidad ha puesto sobre la mesa ha cosechado un rechazo generalizado entre los médicos. Los ... facultativos llevaban tiempo reclamando un nuevo estatuto, pero lo planteado por el departamento que dirige Mónica García no convence a las organizaciones que mayoritariamente les representan. «Nos hemos quedado estupefactos. La ministra prometió abordar el problema de las guardias, pero el borrador no cambia nada en realidad», lamenta María José García Mateos (Granada, 1969), secretaria general del Sindicato Médico de la Región de Murcia y cirujana maxilofacial en La Arrixaca.
– Como punto de partida en sus reivindicaciones, el sindicato reclama un estatuto marco propio para los médicos. ¿Por qué?
–A veces se nos acusa de elitismo, o de que queremos ser diferentes. Pero esto no es así. Singularidad sería una palabra adecuada para explicar esto. Nuestro trabajo tiene unas singularidades propias: en cuanto a jornada laboral, en capacitación, en responsabilidades. De la cadena sanitaria, somos los que más responsabilidad asumimos; podemos recibir una denuncia y tener que ir ante un juez. Por otra parte, para llegar a donde estamos tenemos que pasar por una trayectoria formativa y profesional muy larga: son 11 años [entre el grado y el periodo MIR]. Los jueces o los fiscales tienen estatuto propio, y nosotros lo pedimos también, pero no por elitismo, sino porque tenemos unas competencias y capacidades distintas. El desempeño de nuestra profesión es distinto.
–Una de estas particularidades es el sistema de guardias, que protagoniza ahora uno de los principales debates en torno a la reforma del estatuto marco. La ministra fue muy combativa con el modelo actual. En ese sentido, ¿se esperaban otras propuestas en el borrador?
–Sí. Cuando se conoció el borrador, circularon tuits que la ministra escribió en 2018. Como anestesista, hablaba del desastre de las guardias. El problema es que las guardias se han convertido en un trabajo a destajo y en un sistema obsoleto. En este país, todos los trabajadores tienen una jornada laboral, ya sea de 35 horas, de 37,5 o de las horas que sea según la comunidad o el convenio laboral. A partir de ahí, todo lo demás son horas extraordinarias. Así se recoge en el Estatuto Básico. Pero en el caso de los médicos, no es así. A nosotros nos pusieron una jornada complementaria, a la que llamaron guardias, que es obligatoria. Las tienes que hacer y tienes que tributar por ellas, pero no cuentan para tu jubilación. Son horas que se esfuman, y que además se pagan por debajo de la hora ordinaria. Así que encadenamos jornadas de 48, 58 o 68 horas semanales. No puede ser que todo trabajador tenga un límite y nosotros, no.
–¿Cuál es la propuesta del Sindicato Médico?
–Primero, establecer la jornada. Y después, todo lo demás son horas extraordinarias. La ley dice que puedes echar 80 horas extraordinarias al año. Si en sanidad necesitamos una jornada especial, nos sentamos, la pactamos y la hacemos. Si hay que arrimar el hombro, lo haremos. Pero siempre con los mismos derechos que cualquier otro trabajador. No se puede decir que los médicos hacemos 48 horas semanales de forma voluntaria, porque no es así. Como mínimo, sumas tres o cuatro guardias al mes. Si a la semana haces una guardia de 17 horas, que suele ser lo mínimo, y le sumas 35 horas de jornada ordinaria, ya te estás pasando pasando de las 48 horas semanales. Esto en la Región le ocurre a todos los médicos. El problema es que el borrador del Ministerio no cambia nada: la jornada complementaria pasa a contemplarse bajo el concepto de guardia, pero sigue igual.
–El Ministerio prometió acabar con las guardias de 24 horas, fijando el límite en 17.
–Sí, y no lo entendemos, nos quedamos estupefactos. Las guardias de 24 horas se hacen los fines de semana y los festivos, y el borrador lo que dice es que si hay circunstancias excepcionales [en el servicio] se pueden seguir haciendo esas 24 horas. ¿Qué ha cambiado? Nada.
–Se quejan, como comentaba anteriormente, de que estas horas de guardia no cotizan de cara a la jubilación.
–Efectivamente. Si miras tu vida laboral, ¿dónde están todas esas horas que has echado, que le has restado a la familia, en las nocheviejas, o nochebuenas?
–¿El sistema de turnos sería factible, al menos en servicios como Urgencias o UCI?
–Se podría plantear. El problema de los turnos es que necesitamos más personal. Necesitaríamos aumentar las plantillas en un tercio, y estamos ante un déficit de médicos.
–En los últimos años se ha ido incrementado el número de plazas MIR para tratar de paliar ese problema de déficit de médicos. ¿Son suficientes estos incrementos? ¿Cuál es la situación?
–Vamos a pasar una época complicada. Como siempre, el político ha reaccionado tarde. Ya en 2018 hicimos un estudio [en el Sindicato Médico] donde dijimos que esto iba a pasar: advertimos de que faltaban médicos en Murcia y en toda España. En los años 80 había una gran bolsa de médicos en paro en España. Por eso, en 1994 aparecieron los 'numerus clausus' en Medicina. El sistema fue absorbiendo a todos esos médicos en paro. ¿Qué ha pasado? Que desde 2018 toda esa cantidad de médicos, y la generación del 'baby boom', se está jubilando. Y no se ha reaccionado a tiempo, se pusieron tasas de reposición para las OPE y para todo. Ahora llevamos tres o cuatro años en los que se está intentando recuperar [el número de médicos]. La Administración intenta que los 250 o 260 MIR que acaban cada año el periodo de formación en la Región se queden aquí. Hay trabajo para ellos y para otros 250 si vinieran. Las plantillas han ido disminuyendo y tienen verdaderos agujeros.
–La Administración tiene una responsabilidad evidente en todo esto, porque su obligación era contar con una adecuada planificación. Pero este sistema del que habla, de 'numerus clausus' muy restringidos, se estableció tras las reivindicaciones de la propia profesión, que denunciaba el paro médico. Y en las comisiones nacionales que acreditan las plazas MIR están las sociedades científicas. ¿Las organizaciones médicas no deberían también hacer una reflexión sobre lo que ha pasado y sobre qué papel han jugado en esta planificación?
–Creo que sí. No se puede permitir que haya 20.000 médicos en paro, pero tampoco podemos tener estos 'numerus clausus' tan apretados, que nos han dejado donde estamos ahora, con estos agujeros en las plantillas. Y a eso hay que sumarle que las nuevas generaciones de médicos son bilingües o trilingües, viven en un mundo sin fronteras y les da igual trabajar aquí que en Francia. Tienen una concepción diferente. Su planteamiento es otro: 'Me encanta mi profesión pero me la tienen que retribuir y, ojo, quiero vivir más allá del trabajo'. Esa es la corriente que viene. Son más listos de lo que éramos nosotros.
–Por ejemplo, los médicos jóvenes son los que más cuestionan el sistema de guardias.
–Sí, completamente.
–Volvamos al borrador del estatuto marco. Otra de las cuestiones que plantea es que quienes terminen el MIR tengan que dedicarse en exclusiva a la pública durante los cinco años siguientes, siempre y cuando no opten directamente por irse a la privada. ¿Esto puede ser un problema en especialidades como Dermatología, donde hay un auténtico 'boom' en el sector privado?
–Es absurdo. Si al dermatólogo le hacen elegir entre la exclusividad en la pública o irse a la privada, no va a volver nunca al sistema público. Intentar retener así a los médicos solo va a conseguir el efecto contrario. Yo tengo consulta privada, la he tenido siempre. La mayoría de los médicos de mi generación que compatibilizamos con la privada hemos sido muy de la sanidad pública. Porque la pública te ofrece un aprendizaje continuo, un trabajo en equipo. Te permite ver muchas cosas que en la privada no vas a atender nunca. Pero no creo que las generaciones nuevas tengan esa visión. Ellos se fijan más en las condiciones, en la conciliación, es otra cultura.
–En parte de la opinión pública existe la percepción de que la compatibilidad con la sanidad privada puede terminar afectando al desempeño profesional en la pública.
–Eso duele. A mí me duele, porque estoy convencida de que para el 99,9% de los médicos que tenemos consulta privada, nuestro trabajo en la pública es sagrado, y nunca vamos a ser deshonestos. A veces se incita a pensar que el médico es deshonesto, que no hace lo correcto, que va a decirle al paciente: 'oye, vente que te veo por la tarde'. Si alguien lo hace, hay que ir a por él, eso no tiene vuelta de hoja. Pero impedir la compatibilidad supone una pérdida de talento. El ser humano tiene que tener libertad de decidir. Ahora, el que la hace, a por él.
–¿También defiende esa compatibilidad para los jefes de servicio? El borrador contempla la exigencia de dedicación exclusiva para estos profesionales.
–Sí. Y si hay algún jefe de servicio que actúa de forma deshonesta, la maquinaria de la Administración se tiene que poner en marcha. Pero son excepciones, no la norma.
–Hablemos de la sanidad regional. El Servicio Murciano de Salud cerró el año 2024 con una restricción drástica de las 'peonadas' (la actividad de tarde) para tratar de frenar el gasto. ¿Cuál es a día de hoy la situación? ¿Les preocupa? El SMS acumula ya un déficit de 3.600 millones.
–Claro que nos preocupa, y mucho. La situación a día de hoy es heterogénea. El Morales Morales ha recuperado solo el 50% de las peonadas, mientras en La Arrixaca parece que sí se está realizando esta actividad extraordinaria. Pero en Yecla no se han iniciado, ni las quirúrgicas ni las médicas. Tenemos varios problemas importantes. Uno de ellos es el de las puertas de Urgencias, lo hemos visto este verano. La semana pasada hablaba con médicos de Cartagena y me decían que ninguno de ellos ha hecho menos de cinco guardias al mes. Para muchos profesionales, el verano ha consistido en hacer guardia, volverse a dormir a su casa y regresar al hospital para otra guardia. Han hecho 5, 6 u 8 guardias al mes. Se firmó un acuerdo para que a partir de la quinta guardia hubiese al menos una compensación. Pero ese poco dinero aún no se ha pagado, y en mayo vamos a estar de nuevo con el mismo problema.
–¿Cómo valora el desarrollo de la Estrategia de Mejora de la Atención Primaria (EMAP)? A finales del año pasado fueron muy críticos con la decisión del SMS de no ofertar buena parte de las 111 plazas que se crearon en su día, y que siguen sin salir a bolsa.
–Efectivamente, esas plazas siguen sin salir. Además, la estrategia de Primaria establecía un máximo de 30+5 citas diarias en Medicina de Familia [30 programadas más unas cinco imprevistas] y 20+5 en Pediatría. Tampoco se está cumpliendo. Hay un problema importante con los pediatras, porque muchos no pueden más, pueden llegar a ver 40 niños en una mañana.
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