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La Comunidad Autónoma no está en condiciones de despreciar una condonación de su deuda de 3.320 millones de euros, el 27% de la púa ... que tiene contraída principalmente con el Estado debido a la infrafinanciación que arrastra desde que saltaron las alarmas en 2010. Hay que valorar la oportunidad de la operación considerando que la Región se sitúa a la cola en financiación por habitante, con una diferencia sangrante en comparación con otras comunidades. La condonación permitiría aliviar en parte ese perjuicio. Cuando se trata de sindicar parte de las deudas de las autonomías para que las paguemos todos los españoles, como así será realmente, hay que tener en cuenta el singular agravio a nuestro territorio. Sería como recuperar lo que nos corresponde; un dinero que se debe a la Región por ser la mayor víctima del sistema, con una deuda galopante de 13.500 millones de euros.
Sobre esta base, la quita resulta muy escasa para una comunidad tan maltratada como la nuestra (con gobiernos del PP y PSOE), considerando además que el problema seguirá existiendo mientras no se reforme el sistema de financiación autonómica. El Gobierno de Sánchez lanza otra artimaña política metiendo en el mismo paquete (una propuesta endiablada) la condonación y el trato fiscal privilegiado para Cataluña, lo cual resulta repelente en el contexto de las continuas concesiones a los separatistas.
El Gobierno de López Miras tendrá que decidir cuando llegue el momento si lo toma o lo deja. Y si lo rechaza, otros lo aceptarán, y quizás estaremos peor. La condonación debe ir en paralelo a un reparto más justo de los fondos estatales, a una revisión del sistema de financiación, que es lo que precisa Murcia. Pero no nos engañemos: ninguna comunidad va a renunciar a parte de sus ingresos para compensar las carencias de otras. Uno de los peligros de la condonación, como advierte Ángel de la Fuente, es que invita a la indisciplina fiscal, a que las autonomías gasten lo que quieran porque al final el Estado las rescatará. En este caso hay algo más preocupante: una operación a medida de las exigencias de los independentistas, para que Sánchez siga en el poder.
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