Miras opta por lo menos malo

Todo apunta a que el acuerdo estaba precocinado, como ha venido publicando LA VERDAD, y que solo era cuestión de elegir el momento y la forma de comunicarlo, lo más cerca posible de un debate de investidura exprés para ahorrarse el desgaste. El PP pareció ignorar que la formación de Abascal tiene aquí una pasta especial, con elementos muy específicos: fue la única comunidad autónoma donde ganó en unas elecciones generales, y en la que florecen ciertos intereses económicos con la brisa del Mar Menor. Con estos factores, ¿cómo no iba a meter cabeza en un gobierno de coalición, máxime cuando lo ha hecho en el resto de regiones? Que PP y Vox 'vendan' su acuerdo como que se ha evitado una repetición electoral no deja de tener su miga después del tira y afloja vivido estos meses.

Digamos que Vox le ha ganado en gran parte este pulso al PP, obteniendo dos consejerías, las de Fomento y Seguridad, Interior y Emergencias, con rango de vicepresidencia, unas competencias que asumirá Antelo. 'A priori' parecen dos consejerías de bajo perfil en comparación con las carteras más sensibles de Sanidad, Educación y Hacienda, que las ha reservado López Miras para el PP. No obstante, conviene recordar que Fomento tiene a su cargo el Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente del Mar Menor, un instrumento clave, aunque sigue en pañales, para readaptar los usos del territorio y cuyo borrador es poco benevolente con el impacto de la actividad agrícola y ganadera. Sin embargo, el margen de maniobra parece limitado por cuanto el borrador ha pasado a manos de Medio Ambiente. Dicho esto, Fomento tiene un presupuesto raquítico para las tareas encomendadas. El Grupo Parlamentario de Vox ya ha hecho efectiva su política sobre la laguna rechazando la ampliación de la moratoria urbanística, bajo el argumento de que las construcciones no contaminan. Esto alimenta el desencuentro con el PP, sabiendo de antemano que los de Vox rechazan la ley de protección. ¿Aguantarán la presión los populares?

En cuanto a la otra consejería-vicepresidencia, su mero enunciado, de Seguridad e Interior, ya indica por dónde irán las cosas. Queda por ver cómo quedará vestida de competencias y su alcance real. Por ejemplo, lo que atañe a la inmigración.

Vox renuncia a las competencias de Agricultura que tanto ansiaba, y que reclamaba hasta horas antes de hacerse público el acuerdo con el PP, pero tendrá cierto margen de influencia sobre el Mar Menor. La formación de Abascal pretende dejar huella y marca de sus políticas en la Región de Murcia, por lo que resultará interesante conocer el contenido de su compromiso programático con el PP, como recoge el acuerdo anunciado el viernes por la noche.

Hay ciertos vectores en los que ha incidido Vox y que tienen una singular trascendencia en la Región de Murcia: por supuesto el Mar Menor; la inmigración (su obsesión por los menas); su rechazo a la Agenda 2030 y su negativismo del cambio climático; y el pin parental. Eso además de otros posicionamientos.

Puede que una vez instalados en el Gobierno regional, en el poder, los de Vox logren cohabitar con el PP, pero también cabe pensar que se puedan crear compartimentos estancos en los que cada uno vaya por su lado intentando guardar las apariencias. López Miras siempre puede tirar de la palanca en caso de emergencia, convocando elecciones anticipadas. Con las convulsiones políticas que ha vivido la Región, ya se ha visto casi todo.

Esta legislatura será dura por los recortes que están por venir para frenar la abultada deuda pública, amén del repertorio de crisis que nos rodea, por lo que se necesita un Gobierno fuerte y cohesionado. Dicho esto, más que las consejerías o el Defensor del Pueblo murciano, Vox logra su objetivo principal de meter cabeza en el próximo Ejecutivo regional para tratar de condicionar las políticas que pueda. Dependerá de López Miras.