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El accidente que tuvo lugar en la desaladora de Valdelentisco –donde reventó un tubo de ósmosis con tal fuerza que rompió una valla protectora– podría ... convertirse en un contratiempo para el Ministerio de Teresa Ribera y su plan para ampliar la capacidad de producción de la red de Acuamed. Esta planta es uno de los pilares para tratar de compensar el recorte del Trasvase Tajo-Segura, de ahí que en el Ministerio no estén por la labor de paralizarla más allá de lo estrictamente necesario, y salvaguardando la seguridad de los trabajadores. De momento, se ha adelantado la parada técnica que estaba programada en Valdelentisco, a la espera del resultado de las pruebas técnicas que se realizan en Japón y Bilbao, amén de una auditoría encargada a una consultora externa para averiguar las causas del incidente y el estado de los equipos e instalaciones.
El estallido de la tubería se considera un hecho inusual, de ahí que se hayan inspeccionado otras desaladoras de Acuamed para evitar más sorpresas. Esto lleva a preguntarse por los años de vida útil de los equipos y los plazos para su renovación, ya que el caso de Valdelentisco ha trastocado algunos esquemas. El agua desalada tiene un coste elevado que tenderá a reducirse, pero no hay que olvidar que estas fábricas de agua requieren también un costoso mantenimiento. Otra pregunta: ¿lo ocurrido en Valdelentisco es casual o debido a unos equipos antiguos que tenían que haber sido renovados hace tiempo? Esta en cuestión se inauguró en la etapa de Zapatero, aunque se construyó antes. Con el programa de ampliación, cabe entender que muchos equipos serán modernizados.
La Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio, aprobó a principios de año los primeros proyectos para la transición agroecológica y la recuperación ambiental del Mar Menor, a los que destinará 16,2 millones de euros. Los beneficiarios son una veintena de instituciones, organizaciones del sector agro, organismos de investigación, ayuntamientos y entidades privadas sin ánimo de lucro. Cosa sabida. Sin embargo, se presentaron otros siete proyectos que no fueron aprobados, al no obtener la puntuación suficiente. Entre los solicitantes, figuran cinco cooperativas y grupos agrícolas; así como las universidades Politécnica de Valencia, la Miguel Hernández de Elche y el Centro Andaluz de Investigaciones del Agua (privado). Todos en coalición. La UMU, la UPCT, el Cebas y Proexport también pujaron como copartícipes en proyectos que no fueron aceptados, aunque sí vieron aprobados otros programas en el primer concurso.
El entubamiento de los caudales procedentes del Tajo para mejorar la calidad del agua que consume la población es un proyecto que se quedó paralizado años atrás debido al rechazo que suscitó en varios municipios y organizaciones ecologistas, ya que dicha canalización restaba un importante flujo de agua al río Segura, entre el embalse del Cenajo y el Azud de Ojós. Este proyecto, no obstante, sigue vivo y dentro de la relación de obras pendientes del Plan de Cuenca del Segura, según revela el presidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Juan Cascales. La canalización del agua del Trasvase destinada a 80 municipios evitaba su paso a cielo abierto por los ríos Mundo y Segura e iba directamente a las plantas potabilizadoras, con lo cual mejoraba la calidad y ofrecía mayores garantías al suministro. Aunque vivo, no se está trabajando en este proyecto, ya que la CHS y la MCT tienen ahora otros frentes prioritarios. Aunque tal y como se está poniendo el cambio climático, no sería extraño que se reactive. A raíz de las protestas, el diseño del entubamiento fue adaptado para transportar un caudal inferior y evitar el impacto en la fauna y flora del río.
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