Curados de espanto, ¿qué más puede pasar en la Región de Murcia?

Con el PP perpetuado en San Esteban, cabe preguntarse por la gobernabilidad de la Región de Murcia a partir de ahora. Si habrá un gobierno sólido y operativo, o por el contrario quedará con las manos atadas. Es decir, si la oposición, y Vox en particular, se instalarán en el bloqueo, o en el pacto de los asuntos de transcendencia para la Región. Se verá a la vuelta del verano con la reforma de la ley del Mar Menor y con los Presupuestos de la Comunidad del año que viene, que no obstante pueden prorrogarse sin causar mayores destrozos. Hay otros asuntos de por medio, como el comisionado de la Transparencia y la cuarta ley de Simplificación Administrativa.

Viendo las fechas en la que estamos, López Miras (que estuvo callado hasta ayer) presentará mañana su remodelación del gabinete y acto seguido se marche el personal político de vacaciones, dejando que los asuntos espinosos se cuezan a fuego lento hasta septiembre.

Cabe esperar que conel nuevo gobierno, el PP ofrezc un programa renovado, y sin hipotecas, para afrontar los tres años de legislatura. El flanco de las infraestructuras del transporte está falto de vigor, justo cuando hay mucha inversión del Gobierno de Pedro Sánchez y bastantes asignaturas pendientes. José Ballesta, Noelia Arroyo y Fulgencio Gil, por ejemplo, se han movido más y mejor en este terreno defendiendo a sus municipios. Hay otras competencias, como industria, transformación digital y turismo, que requieren mayores recursos, esfuerzos e imaginación. Mientras que en materia de agua quedan muchas puertas por abrir.

Los 21 escaños del PP en la Asamblea son una base más que suficiente para gobernar: lo era el pasado verano, antes de que claudicara ante Vox, y lo es ahora con mayor motivo. A ver qué es capaz de ofrecer López Miras en esta nueva etapa, en la que tenderá que dialogar mucho y consensuar, lo cual sería un buen síntoma de calidad democrática. El listón quedó muy alto en la época prodigiosa de la reforma del Estatuto pactada por Óscar Urralburu (Podemos), González Tovar y Rosa Peñalver (PSOE) Miguel Sánchez (Ciudadanos) y Víctor Manuel Martínez (PP). Aquello fue de lujo.

La alternativa de convocar elecciones siempre está a mano, pero el PP no abrirá ese melón a menos que tenga garantizada la mayoría absoluta. Es un riesgo demasiado alto como para volver a la misma situación, y menos con el movimiento de Alvise (Se acabó la fiesta) campando por ahora a sus anchas y disputando a Vox el granero electoral. En la Región alcanzó uno de los mayores porcentajes de votos en las elecciones europeas. No parece que Antelo desee realmente unas elecciones anticipadas; y tampoco está por la labor el líder del PSRM, José Vélez. Así que se tendrá que jugar con las cartas que hay, probablemente con más bronca que colaboració. nPese a haber permanecido diez meses en el gobierno, Vox nunca ha dejado de ejercer de oposición al PP.

El terremoto político provocado por Abascal ha eclipsado casi por completo otro acontecimiento no menos relevante, como la petición de la Fiscalía de que se abra juicio contra el secretario general del PSRM, José Vélez, por la adjudicación para la explotación de la plaza de Toros de Calasparra. A la vista de la instrucción, el Ministerio Fiscal aprecia presuntos delitos de prevaricación y de malversación de caudales públicos en su etapa de alcalde. Vélez proclama su inocencia, pero el devenir del caso está en manos de la Justicia, la cual ha sido y es implacable con dos expresidentes regionales del PP y un puñado de exconsejeros y exaltos cargos. Es el fiscal quien acusa, lo cual deja tocado a Vélez, quien tendrá que reflexionar sobre cómo maneja este asunto. Intentará dejarlo pasar, pero le perseguirá hasta su desenlace, cualquier que sea. Un líder en esta tesitura no parece que facilite el objetivo de los socialistas murcianos de darle otro rumbo a la Región.