Antes agua a Portugal que al Levante

Además de cubrir ampliamente las demandas de la cuenca cedente, el agua almacenada garantiza trasvases al Segura en régimen de normalidad durante al menos dos años. Será así siempre que no se 'retuerzan' o 'reinventen' las reglas de explotación para estrangular las derivaciones al regadío, que es el propósito de algunos, muy contrariados por el hecho de que las reservas de la cabecera del Tajo hayan alcanzado por vez primera el Nivel 1 en 46 años, lo cual permite trasvasar 60 hectometros por mes mientras la situación se mantenga. Esta excepcionalidad ha generado nerviosismo en los ámbitos antitrasvasistas, en los que crecen las voces para cambiar con la mayor urgencia las reglas de explotación y evitar que esto (los 60 hectómetros por mes, y el régimen actual) vuelva a suceder.

Estos niegan agua al regadío del Levante (una media escasa de 210 hm3/año, que bajaría a 130), pero no cuestionan en absoluto el caudal que entra a espuertas en Portugal. Y ni mentar el abortado trasvase del Ebro, con su cuenca al 86%. Cuando PP y Vox abogan por un Plan Nacional del Agua, hay que ver con qué mimbres se hace, ya que la política aplicada a la gestión del agua (sobre los trasvases) difícilmente tiene vuelta atrás. En depuración y desalación, ya está todo inventado en el Segura.

Los regantes del Trasvase mostrarán el miércoles un informe del catedrático Luis Garrote que considera innecesario cambiar las reglas, pero la situación es como un río sin retorno.