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Se mantienen los bloques, cambian los actores

CEMOP

Martes, 22 de marzo 2022, 02:07

El trabajo de campo del Barómetro de Invierno comenzó poco después de realizados los comicios en Castilla y León, se desarrolló durante todo el proceso de la crisis interna ocurrida en el Partido Popular y se terminó con el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Por tanto, un complejo entramado de contingencias externas a las variables objeto del Barómetro han estado presentes durante la aplicación del cuestionario a los 820 residentes en la Región de Murcia.

Si las elecciones para la Asamblea de la Región de Murcia 'ocurriesen mañana', el PP sería el ganador con un 36,6% de los votos y 19 escaños, lo que significa poco más de tres puntos de crecimiento sobre 2019 y tres escaños más que en aquella fecha. El Partido Socialista, ganador en 2019, perdería esa condición, y obtendría el 30,3% de los votos, alrededor de dos puntos porcentuales menos y dos escaños menos que en 2019. Por el momento, el cambio en la Secretaría General de esta formación no tiene efectos revulsivos sobre el voto ciudadano y el PSOE mantiene su estabilidad en las preferencias desde otoño de 2019. Unidas Podemos experimenta un ligero crecimiento de medio punto y un incremento en su cuota de representación de un escaño más que en 2019. Este grupo político mantiene el efecto rebote que supuso en el verano-otoño de 2021 su implicación en las movilizaciones del Mar Menor alrededor tanto de la plataforma SOS Mar Menor como de la ILP.

Ciudadanos se queda sin representación en este Barómetro, al no alcanzar el mínimo del 3% para entrar en la Asamblea. Esta era una tendencia que ya se advertía desde la moción de censura al Gobierno regional, pero que había sido sorteada por la crisis del Mar Menor, que de nuevo supuso un respiro a esta formación e incrementó la estimación de su cuota de representación. Sin embargo, sus magros resultados en las elecciones en Castilla y León volvieron a situar a Ciudadanos como una formación con escaso peso en la orientación de los electores.

Si la ausencia en la Asamblea de la formación naranja es un hito importante, hay otro que no lo es menos, y es el crecimiento exponencial que tiene la formación de Abascal en la Región, en línea con los resultados obtenidos en Castilla y León. Vox pasa del 9,5% de voto en 2019 y 4 escaños, al 16,2% de los respaldos electorales y 8 escaños, duplicando, por tanto, su presencia en la Asamblea. No es fortuito que estos dos procesos, desaparición de Ciudadanos de la Asamblea y crecimiento de Vox, se den de forma conjunta, pues esta última formación canaliza un voto de descontento que está en los orígenes, principalmente en las zonas urbanas, de la formación naranja.

Respecto a los datos del Barómetro de Otoño de 2021, el PP mantiene unos resultados similares. Reduce fuertemente las transferencias a Vox (que se sitúan en un saldo neto de 5.000 electores a favor de Vox), sigue absorbiendo voto del PSOE, aunque en proporciones muy pequeñas (apenas 1.200 electores), pero sobre todo se nutre con casi 15.000 electores que en 2019 lo habían sido de Ciudadanos. Si en algo las elecciones de Castilla y León o la crisis interna afecta al rendimiento de los populares es en la masa de electores propios, cerca de 30.000, que actualmente están desmovilizados. Este es el panorama también del PSOE, que se mantiene estable en todas las mediciones, sin apenas transferencias ni captaciones, pero con una bolsa de cerca de 50.000 electores desmovilizados. Si en estas dos formaciones, más allá del fuerte proceso de desmovilización en ambas, no se observan elementos críticos desde el otoño de 2021, es en Ciudadanos y Vox donde sí encontramos grandes transformaciones.

La formación naranja se queda con apenas 10.000 de sus electores de 2019. Transfiere a todo el sistema, al PP principalmente (15.000 electores) y al resto de partidos, casi 6.000. No recibe ninguna captación, ni de otros partidos, como sí había sucedido en otoño, ni de nuevos votantes o abstencionistas. Y tiene a cerca de 50.000 de sus votantes de 2019 desmovilizados. La reducción de su fidelidad, la nula captación de voto nuevo y la alta tasa de desmovilización, que se agudiza en esta última toma de datos, pone a Ciudadanos, por el momento, fuera del parlamento regional.

La contracara de este proceso es Vox. Desde el otoño y aunque reduce las aportaciones que recibe del PP, incrementa la captación desde todo el sistema, incluido el PSOE, Ciudadanos y otras formaciones menores. Es el principal captador de voto nuevo y apenas tiene fugas hacia otros partidos, manteniendo una alta fidelidad. Sin negar su carácter de partido de extrema derecha, hay que observar que Vox tiene una base electoral en esta segunda etapa de crecimiento más cercana al populismo, que hace que reciba voto del desencanto o del descontento ('Cultural Backlash'), y que tiene como efecto ampliar su base electoral a otros espectros ideológicos distintos de los tradicionales de la extrema derecha (en el barómetro actual, un 35% de los que declaran que votarán a Vox se califican como de centro izquierda y centro derecha).

Para concluir, a falta de un año para la nueva convocatoria electoral regional, la relación de fuerzas entre los bloques de izquierda y derecha apenas ha sufrido modificaciones. Los cambios sí se han producido, sin embargo, en la distribución de fuerzas internas en la derecha: el PP mantiene su cuota respecto a 2019 e incluso incrementa su presencia en el bloque al pasar de 16 a 19 diputados, pero, mientras que en 2019 el socio preferente era Ciudadanos con 6 escaños, hoy lo es Vox con 8 escaños. Mismo resultado, con un cambio de socio de coalición.

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