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R. F.
MURCIA
Domingo, 6 de agosto 2017, 08:42
Gregorio no está feliz, porque no puede estarlo, pero sí se siente satisfecho y en paz. La detención de los tres presuntos implicados en el asesinato de su madre ha llevado sobre esta familia de feriantes esa serenidad que les costaba un gran esfuerzo mantener. «Hemos tenido que aguantar mucho para no perder los papeles, porque desde el primer momento sospechábamos de Ismael y todo el pueblo apuntaba a que había sido él», explica.
Admite que nunca vio con buenos ojos la relación que una de sus hijas había iniciado con ese joven y que finalizó con una orden de alejamiento dictada por el juez, que consideró que existía riesgo para la integridad de la chica.
Durante casi cinco meses, Gregorio y su familia han tenido además que aguantar cómo algunas personas se inventaban los móviles más peregrinos para explicar el crimen: ajuste de cuentas, venganza... «Por fortuna, en este pueblo nos conoce todo el mundo y sabe que somos personas trabajadoras y de bien. Pero te duele que siempre haya alguno que trate de manchar tu nombre. De todas maneras, no hemos querido entrar a ese trapo y ahora, con estas detenciones, todo ha quedado aclarado. Fue un crimen cometido por unos desgraciados de poca monta».
Una vez que el abogado contratado por la familia, Juan Francisco Canales, ha analizado el material probatorio obtenido por la Guardia Civil, Gregorio no alberga la menor duda de que su madre «va a recibir la justicia que merece. Juan Francisco me ha dicho que todo está perfectamente atado y que hay pruebas por todos lados. Hasta han encontrado el ADN de Ismael en las ropas de mi madre y por toda la casa. Ahora lo que espero, sinceramente, es que se pudra en la cárcel. Y sobre los otros dos señores, por llamarles algo, habrá que ver qué participación real tuvieron. Yo tengo claro que si fueran gente de bien no habrían seguido de marcha con alguien que acaba de matar a una mujer».
Respecto de la labor de la Guardia Civil, este feriante de Lo Pagán, propietario de la atracción conocida como 'El Dragón', solo tiene palabras de admiración y agradecimiento. «Empiezo todas mis conversaciones con los investigadores dándoles las gracias y las termino dándoles las gracias. Nunca les podrá agradecer lo suficiente lo que han hecho por mi madre, para que se haga justicia con ella, y el trato que nos han dispensado. Para mí ya son parte de esta familia y tendrán siempre abiertas las puertas de mi casa».
Gregorio asegura haberse quedado impresionado por su capacidad de trabajo y por su competencia profesional. «Aunque cuentan con unos medios bastante escasos, se esfuerzan tanto que sabes que van a tener éxito. Se merecen ir cargados de medallas».
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