Lucas Jiménez: «Solo cabe construir más desaladoras, nuevos trasvases o la oración»

Indica que las medidas adicionales que plantea la CHS, en el escrito enviado a las comunidades de regantes, se resumirían a su juicio en tres posibles actuaciones. «Habría que aumentar la capacidad de desalación, además de las ampliaciones ya previstas, construyendo más plantas si fuera necesario. Otra opción es construir nuevos trasvases entre cuencas en un tiempo récord; y la tercera, la oración», señala. Esto último llevaría implícito un recorte de regadíos, apostilla.

«La cuenca se enfrenta a un papelón muy gordo con las aguas subterráneas; es un problema muy serio que alcanzará su máxima dimensión en el año 2027», indica en referencia a la fecha tope fijada en la planificación hidrológica. Advierte de que más de 100.000 hectáreas de regadíos de toda clase (del Trasvase, de la propia cuenca y de los llamados tradicionales) pueden verse afectados por el cierre o restricciones de los pozos durante los próximos años, vinculados a las zonas con acuíferos sobreexplotados.

Asimismo, de los 390 hectómetros de déficit estimado para el año 2027, cerca de 200 corresponderían al cierre de sondeos. «Vamos a analizar este escenario con nuestras comunidades de regantes para ver en qué medida les puede afectar», apunta Lucas Jiménez, para quien la demarcación del Segura tendrá que afrontar un doble envite: el recorte programado del Trasvase en más de 100 hectómetros en el horizonte del año 2027, y la disminución de recursos subterráneos en un volumen superior. En un informe, Ailimpo cifra la merma de agua para riego en un 17%.

La CHS fue consultada ayer por LA VERDAD para conocer las medidas adicionales que serían necesarias.