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El desprendimiento de parte de la cornisa de una vivienda en la calle Selgas por las intensas lluvias ha vuelto a poner de manifiesto la fragilidad de las fachadas de las casas más vetustas del casco antiguo. El suceso ocurrió el miércoles por la noche sin que se produjeran daños personales, y tras una primera revisión por parte de los bomberos y de la arquitecta municipal se cortó al tráfico de vehículos y peatones por precaución. La concejala de Urbanismo, María Hernández, confirmó ayer que técnicos de su departamento han dado aviso al propietario del inmueble, que está habitado, y se ha dictado la correspondiente orden de ejecución con carácter urgente para que proceda al saneo, revisión del estado de la fachada y tejados para comprobar si hay tejas u otras piezas sueltas en balcones o ventanas que puedan entrañar riesgo y a la reconstrucción del alero porque «es un elemento protegido».
Hernández aseguró que «lo más importante es primar la seguridad de las personas». Por esta calle, donde se construye el Palacio de Justicia, circulan a diario vehículos pesados por las obras y es muy transitada por ciudadanos que se dirigen a los juzgados de la zona, al Ayuntamiento, al Archivo Histórico o a los colegios cercanos.
La edil aconsejó a los peatones que se alejen de fachadas y cornisas cuando caminen por las calles del casco antiguo en días de lluvia para evitar accidentes en el caso de que se produzcan desprendimientos de elementos de fachadas y tejados. Esta misma semana efectivos del servicio de Emergencias intervinieron en la retirada de cascotes de otra vivienda situada también en la calle Selgas
Según la edil, la Concejalía de Urbanismo, en coordinación con el servicio de Emergencias y Policía Local, iniciará en los próximos días una revisión exhaustiva de las fachadas y tejados del casco viejo para comprobar si su estado ha empeorado por las fuertes precipitaciones y evitar nuevos derrumbes. Recordó que en algunas de ellas el seguimiento es continuo, debido a su inconsistencia, y en el resto se adelantará la comprobación habitual que se realiza en los días previos a la Semana Santa. La zona es frecuentada esos días por miles de personas para asistir a procesiones y otros actos como recogidas de banderas.
Operarios de Aguas de Lorca trabajaron durante la madrugada de ayer y buena parte de la mañana, pese a la lluvia, en la reparación de la tubería dañada por el derrumbe de un muro junto a la muralla medieval en el barrio de San Juan. Tras la retirada de los escombros, la zona fue apuntalada para evitar nuevos desprendimientos y garantizar la seguridad.
Uno de los afectados, Ramón Belmonte, agradeció la rapidez y la eficacia del Ayuntamiento en la intervención y confió en que el muro sea reconstruido de forma más sólida.
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