Setenta 'sin techo' disfrutan de una comida de Navidad en un cortijo de Torrecilla

El sueño de Antonia Mirón, Engracia Poveda y Ángel García se vio cumplido ayer a mediodía al lograr su propósito: que los más desfavorecidos pudieran disfrutar de una particular Navidad. No faltó de nada y los más de cuarenta niños y treinta adultos no solo celebraron una comida con un amplio menú sino que también hubo juegos, talleres y regalos.

La iniciativa, que este año llega a su segunda edición, surgió de una conversación entre los tres impulsores acerca de la comida que se derrocha en Navidad. Tras ponerse manos a la obra llegaron las primeras donaciones, de los alumnos de repostería de Águilas con los postres de sus exámenes finales. A ellos se sumaron una veintena de comerciantes, hosteleros, empresas de transporte y otros emprendedores voluntarios de Lorca y Puerto Lumbreras, que -en coordinación con Cruz Roja- sumaron esfuerzos y lograron que la comida, bajo el lema 'No tendrán un techo fijo bajo el cual vivir, pero sí les podemos dar el calor de un hogar', se convirtiera en todo un éxito.

La comida de Navidad tuvo como escenario el cortijo Venta Vieja, en Torrecilla. La mayoría de los contenidos de la jornada giraron en torno a los más pequeños. Disfrutaron de la comida, pero también de actividades recreativas y talleres lúdicos, como el pintado de camisetas, de instrumentos musicales e, incluso, un castillo hinchable.

Dada la multiculturalidad de los asistentes, el menú elaborado pretendió ser respetuoso con todas las inquietudes culinarias del colectivo. El stand de arroces incluyó no solo el típico lorquino a base de pavo, sino también caldero y de marisco. No faltó tortilla de patatas, brochetas de carne de pollo a la brasa y de verduras a la plancha y una amplia variedad de ensaladas. Pan de leña y ensaimadas, roscones de Reyes y cruasanes se pudieron degustar.