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El bosque de tarayes que cubre el lecho y la ribera del Guadalentín redujo la violencia de la riada por las lluvias persistentes de ... hace una semana, filtró su caudal de basuras y maleza y evitó la erosión, según la Plataforma por la Calidad del Paisaje. «La experiencia vuelve a demostrar que un cauce con vegetación natural es más eficaz para evitar males mayores aguas abajo» e impedir que los residuos llegaran a taponar «puntos críticos» como puentes y pasos de agua, señala la plataforma ambientalista. Considera que sería un «error irreparable» la limpieza de ramblas arrancando la vegetación autóctona, como ha pedido reiteradamente el Ayuntamiento a la Confederación Hidrográfica del Segura porque puede suponer una barrera en caso de riada debido a su extraordinario crecimiento.
La Plataforma por la Calidad del Paisaje detalla que el taray es un arbusto autóctono que «por su flexibilidad y por sus fuertes ramas y profundas raíces ralentiza el curso de la avenida, evita una mayor violencia del agua cauce abajo y ayuda a gestionar mejor el desagüe por los ojos del puente del barrio», como ya sucedió en la riada de San Wenceslao en 2012. La presencia de tarayes o tamariscos ayuda a recargar los acuíferos y a evitar que el cauce sea colonizado por especies invasoras como las cañas, que «son más vulnerables» en caso de escorrentía y cuyo exceso puede suponer un riesgo en pequeños puentes y pasos de agua».
El alcalde, Fulgencio Gil, señaló ayer que el Ayuntamiento deberá derribar varias viviendas de los barrios altos que se encontraban muy deterioradas y cuyo estado se ha agravado por el temporal. No confirmó el número pero precisó que varios de esos inmuebles son de titularidad municipal. Se sumarán al que fue demolido el martes con carácter urgente en el barrio de San Pedro. Según Gil, «lo normal es estabilizar la zona eliminando esas viviendas o edificaciones muy antiguas y en mal estado para limpiar poco a poco» los barrios afectados.
Los mayores desperfectos se han detectado en San Pedro y San Juan y en menor medida en Santa María, pero «también nos preocupa mucho la situación de los cabezos del barrio de San Cristóbal» por su inestabilidad, ya que en otros episodios de lluvias se han producido desprendimientos. Confirmó que las concejalías de Urbanismo, Desarrollo Local y Servicios Sociales están trabajando en la zona para atender a las familias.
Confió en que las 16 personas que han sido desalojadas de siete casas de los barrios altos por los desperfectos causados por las lluvias puedan regresar pronto a sus hogares pero «depende del estado de las viviendas» y confirmó que la atención por parte del Ayuntamiento a los damnificados «está garantizada». Explicó que se ha reforzado el muro junto a la muralla medieval que se derrumbó en el barrio de San Juan para garantizar su estabilidad y que éste será reconstruido en cuanto sea posible. Gil aseguró que la Junta de Gobierno Local aprobará en su próxima sesión solicitar al Gobierno de España la declaración de zona catastrófica.
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