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«Cuando aparece el hongo en la planta de tomillo rojo por el exceso de humedad no hay nada que hacer, no funciona ningún tratamiento». Lo dice a LA VERDAD el presidente de la cooperativa de productores y transformadores de plantas aromáticas de las Tierras Altas de Lorca, Antonio José Pérez, mientras supervisa los cultivos, que siguen inundados por las intensas lluvias de las dos últimas semanas, y en los que ya han comenzado a ser visibles los hongos. «Al principio el agua nos vino bien pero ya son demasiados días y no deja de llover», lamenta.
En las pedanías altas el cultivo de plantas aromáticas ocupa una superficie de 150 hectáreas en Zarcilla de Ramos, La Paca, Coy y Doña Inés, de las que un centenar está. El resto son romero y mejorana, menos sensibles a la humedad y a los hongos, reconoce. Aún no han podido cuantificar las pérdidas, pero saben que este contratiempo afectará al rendimiento de la planta, cuya recolección está prevista para los primeros días de junio.
Este no es el único problema que tienen los productores de aromáticas debido las inclemencias meteorológicas. El viento provocó hace dos meses importantes daños en la cubierta del vivero ubicado en la pedanía de La Paca, valorados en 40.000 euros. Aunque tenían el correspondiente seguro con cobertura para el 100% de los daños provocados por lluvia, viento, pedrisco y nieve, «la compañía aseguradora no se hace responsable del siniestro y no tendremos más remedio que ir a juicio», señala Pérez.
Hasta que no reparen los desperfectos no podrá arrancar la producción de plantas aromáticas y medicinales. Tampoco se podrá con la de árboles y arbustos de especies autóctonas, como lentisco, acebuche y algarrobo, más resistentes a la sequía para proveer a la Comunidad Autónoma de ejemplares para la reforestación que va a llevar a cabo con el objetivo de frenar los efectos del cambio climático.
El vivero se basa en la economía circular, ya que en la balsa contigua se recoge el agua de lluvia para su utilización en el riego de las plantas y el techo del aparcamiento que se sitúa a escasos metros está compuesto por placas solares e inversores fotovoltaicos para aprovechar al máximo la energía fotovoltaica. «Es único en la Región pero necesitamos que despegue», afirma.
Los productores también tienen pendiente a día de hoy la adquisición de la maquinaria necesaria para crear un semillero y poder aspirar a conseguir la Denominación de Origen Protegida del tomillo rojo con una correcta selección de semillas. Esa iniciativa tendrá un coste aproximado de unos 190.000 euros y será necesario elaborar un proyecto para poder concurrir a convocatorias de fondos europeos. Para ello cuentan con el apoyo del Ayuntamiento y de la Comunidad Autónoma.
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