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La pala derribó este viernes un almacén de materiales de construcción en la Vereda de San Miguel, la última demolición pendiente tras la expropiación de terrenos para el ensanche de este camino, en las inmediaciones de la nave del Paso Blanco, para mejorar la seguridad de conductores y viandantes.
Ahora tiene entre cinco y ocho metros de ancho, es de doble circulación y aunque carece de aceras, es muy transitado por los cofrades para los ensayos de los tronos y de la agrupación musical en los meses previos a la Semana Santa, por senderistas y por los musulmanes que acuden a realizar sus rezos a la mezquita ubicada junto al lecho del río.
Entre los propietarios expropiados está la Fundación Santo Domingo, que ha perdido 192 metros de la nave en la que albergan carros, carrozas y los caballos que participan en las procesiones. Tras el retranqueo, la propiedad de los blancos fue reinaugurada hace dos semanas.
El vial pasará a tener 15 metros de ancho, incluida una acera de tres metros en el margen opuesto al cauce del río, explicó la concejala de Urbanismo, María Hernández. Se verá afectado el tramo que discurre entre la carretera RM-701 hasta el inicio del paso por el Guadalentín que finaliza en la carretera C-15, donde el plan urbano establece un nuevo puente para salvar el lecho seco del río.
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