Derriban una casa del barrio de San Pedro en Lorca en riesgo de colapso tras las lluvias

La pala derribó este martes una vivienda en el barrio de San Pedro cuyo avanzado estado de deterioro se vio agravado por las recientes lluvias. La concejala de Desarrollo Local, Rosa Medina, confirmó a LA VERDAD que se ha intervenido de forma urgente «para eliminar el peligro» de colapso de la vieja edificación.

Aseguró que los técnicos municipales continúan evaluando el estado de las viviendas de los barrios altos y de San Cristóbal para realizar los informes correspondientes, pero por el momento no hay previsto realizar más derribos ni desalojar a familias de sus hogares. Los 16 habitantes de siete viviendas siguen realojados en un hotel desde el pasado fin de semana por el mal estado de los inmuebles debido a las filtraciones de agua y corrimiento de tierras.

IU ha remitido al Ayuntamiento una relación de 12 casas afectadas por las lluvias y en muchas de ellas el agua se filtra desde la calle por la mala impermeabilización del pavimento adoquinado, dijo el concejal Pedro Sosa. «Los vecinos no paran de llamar» al grupo municipal para dar aviso de los desperfectos en sus viviendas. Advirtió de que «hay que actuar cuanto antes porque algunas se pueden venir abajo por no tener buena cimentación».

También alertó de la situación de los parterres junto a la iglesia de San Roque, que por la acumulación de agua se han convertido en «verdaderas piscinas» y están provocando filtraciones en las casas contiguas.

Uno de los afectados de la calle Ferrer, en el Calvario Viejo, Antonio Guillén, mostró a LA VERDAD la gran grieta que se ha abierto entre dos paredes del salón de su casa por la que se cuela el agua. Las paredes «siguen empapadas y también toda la subida de la escalera, temo que se me caiga la casa si esto sigue así», dijo.

En la vivienda de Soledad Miñarro, en el barrio de San Juan, «el agua salía del suelo como si hubiéramos abierto un grifo». Aseguró que procedía de la calle porque «no está bien sellada la junta de los adoquines con la fachada». El jueves, cuando se produjeron las lluvias más fuertes, «no dábamos a basto a poner toallas y cubos, estuvimos todo el día quitando agua».

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