Calnegre, el paraíso de moda

«Si tuviéramos otro chiringuito lo llenaríamos también», dice orgullosa a LA VERDAD Isabel Campos, que regenta el Casa Mercedes, y que estrena este año el distintivo de la Guía Repsol. Cocina el asado, el arroz y la tapa con el cotizado pulpo igual que lo hacía su tía Mercedes. El sencillo local, fundado en 1933, cuenta con apenas cinco mesas pero la terraza, en la orilla de la playa, «es un privilegio». Está siempre abarrotada de comensales, hasta 80 en cada turno, que vienen de Madrid, Valencia, Alicante, Almería y Murcia. «Tenemos muy buenos clientes», aclara, y «aunque estamos comenzando la temporada, ya se ve mucho movimiento». El personal que contrata para la temporada, una docena de trabajadores entre camareros y cocineros, es siempre de la zona.

José Antonio Gómez, de la asociación de vecinos del poblado de Calnegre, reconoce que «da mucha alegría ver tanta gente», sobre todo los fines de semana, en una zona en la que apenas llegan a los 50 habitantes en invierno. Lamentó la restricción, «cada vez más fuerte» para acceder a la cala de Calnegre, siempre bajo la vigilancia de los guardas rurales que indican a los visitantes que sigan hasta las calas siguientes cuando el número de coches llega al límite establecido para garantizar la evacuación en caso de urgencia. La dificultad de transitar por los angostos caminos para continuar hasta las calas Baño de las Mujeres y Siscal ha provocado el desplazamiento de bañistas a la playa de Parazuelos, también en el término municipal de Lorca, hasta el límite con Mazarrón. «Tenemos un kilómetro y medio de playa impresionante, a la que antes apenas iba la gente porque estaba llena de algas, pero ahora la han descubierto los lorquinos», afirma el representante vecinal. Por ello el dispositivo especial de vigilancia en las playas de Lorca ha establecido por primera vez un puesto de primeros auxilios, vigilancia y salvamento integrado por dos socorristas en Parazuelos.

Según Gómez, para conseguir alojamiento en el albergue de Calnegre en verano «hay que reservar casi con un año de antelación», por lo que las opciones de hospedaje se limitan a las áreas de autocaravanas. Hay una en funcionamiento en la pedanía de Ramonete, a la que pertenece el poblado y que está a cinco kilómetros de la playa, y está previsto poner en marcha otra en primera línea de playa con 100 parcelas, explica su gerente, Juan Cañavate, que confía poder ponerla en marcha en septiembre.

No hay terrenos para construir vivienda en Ramonete, se queja Manuel Fernández, porque se necesita una parcela de 20.000 metros cuadrados, según el planeamiento, y «eso es prácticamente imposible de encontrar». Pese a los atractivos de Calnegre en verano, los vecinos se quejan sin embargo que desde el año pasado la Concejalía de Cultura no realiza las habituales sesiones de cine de verano y de la escasa iluminación nocturna del paseo.